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— Estoy muy cansada.— soltó un suspiro mientras sonreía y se sentaba en el sillón. — Mis pies me matan.— se quejó y empezó a sacarse delicadamente sus tacos.

Sonreí y me senté al lado suyo para darle un beso casto. Ella lo siguió lentamente para después apegarse más a mi.

Esto iba a más, lo sabía pero ¿cómo no pararlo? Era lo qué siempre quise, lo que había soñado siempre con Ann.

Todo decía qué iba a perder a Ann por lo ocurrido. ¿Qué perdería ahora? Tenia tantas ganas de este momento que no podría hacer fuerza de voluntad cómo para parar la situación.

Esto me estaba matando lentamente.

Al diablo.

Rápidamente me saqué él abrigo siguiendo el beso con Ann. Ella miró de reojo y empezó a abrir el vestido, no podía creer que por fin esto pasaría. Pondría lo mejor de mi, es decir. ¿Cómo no ser perfecto en esto?

Seguíamos con él caliente beso que no nos dimos cuenta de que solo teníamos la ropa interior. Solo estúpidas prendas y la volvería mía.

Quite su sostén mientras ella miraba impresionada mi bóxer, me aguante una risa al ver su cara de placer y vergüenza al verla visto mirándola.

Tomé iniciativa y empece lentamente a bajar mis bóxers, ella lo miraba cómo loca. Y las dudas de la inocencia de Ann rondaron un momento por mi cabeza.

Ann no era tan santa como pensabamos, señores.

Y lo hacía muy bien... Muy bien.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2016 ⏰

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