CAPÍTULO 16

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Narra Jimin.

Abrí mis ojos pesadamente. Me encontraba rodeado de paredes blancas. Sin un solo cuadro, o algún color que le diera algo de emoción a la habitación en la que estaba.
Miré mis muñecas. ¿Por qué estarían vendadas?
Seguí observando la habitación y en ella solo habían dos camillas, una en la que estaba yo tumbado y otra vacía; una mesa en medio de ambas camas; y encima de esta un jarrón con una rosa que dejaba bastante de desear y una hoja.
Estiré mi mano y alcancé la hoja. Que resultó ser un parte médico.

Nombre: Park Jimin.
Edad: 20 años.
Motivo de traslado: intento de suicidio.
Respuesta a los medicamentos: positiva.
Problemas: perdida excesiva de sangre
Alta: denegada hasta previo aviso.

¿Quién era ese chico? Quizás era el propietario de la camilla que ahora estaba vacía. ¿Cómo podía ser capaz de haberse intentado suicidar? ¿Realmente podía la gente estar tan mal en la vida?
Volví a dejar la hoja en la mesa ya que no era mía. Yo no soy Park Jimin, yo soy... Espera un momento. ¿Quién soy yo?
Entonces me entró en pánico. No tenia ni idea de quién era, ni de como me llamaba, ni de quienes eran mis padres, ni de donde estaba, ni del motivo por el que estaba allí. No era capaz de recordar nada.
Intenté levantarme con grandes esfuerzos, ya que mis piernas estaban dormidas de haber estado en esa posición todo el tiempo. ¿Cuánto llevaba allí?
Una vez de pie la luz que había encima de la puerta empezó a brillar y un ruido muy molesto penetro en mis oídos.
En pocos segundos una enfermera entraba por la puerta con una bandeja en brazos que depositó en la mesa y me agarró de los hombros haciendo que me volviera a sentar en la cama.
El puñetero pitido dejó de sonar. Y yo que me había dejado incluso colocar una pulsera en la mano, miré a la enfermera.
-Buenos días señorito Park. ¿Se encuentra usted mejor?
Giré mi cuerpo para buscar a la persona con la que estaba hablando, pero solo estábamos nosotros dos.
-¿Quién eres? ¿Y con quién está hablando?
-Muy bien. Espere un segundo.
Y salió por la puerta dejándome allí. Sin respuesta alguna.
A los pocos minutos entró un hombre.

-Veo que ya ha despertado. Y digame. ¿Cómo se encuentra?
-Emm...bien supongo.
-Si no le importa voy a tomarle un test.
-Vale.
El hombre se sentó en la cama vacía y se sacó un papel del bolsillo, junto con un lápiz y después de garabatear algo que no podía ver empezó a preguntar.
-Bien. Digame su nombre.
-Em...me llamo...No puedo acordarme.
-De acuerdo. ¿Tienes alguna idea del porque estás aquí?
-Pues..no.
-¿Recuerdas algo de tu vida?
-No...
-¿Cómo te sientes ahora mismo?
-¿Cómo debería sentirme?
-Bien señor Park. Nos vemos en unas horas. Por ahora descansa. La comida se servirá en media hora.
Y abandonó la sala. Park. ¿Ese era mi nombre?
La impotencia que sentía en esos momentos era bastante grande. No conseguía acordarme de nada. Y las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.
Volví a mirar mis muñecas y agarré una de las vendas. Tiré de ella hasta que me la quité y repetí el mismo proceso en la otra mano. Una vez que había conseguido quitarme las dos, observé los grandes cortes que había en ellas. Y pensé en la hoja que había leído hace poco.
Motivo de traslado: intento de suicidio.

¡Había sido yo! Yo era Park Jimin. Yo era la persona de 20 años que había intentado suicidarse. ¿Cuál había sido mi motivo?
Volví a levantarme de la cama. Y esta vez no sonó la alarma. Me encaminé hacia la puerta y la abrí. Encontrándome con un pasillo largo y vacío. También era blanco. Se ve que al creador del edificio le gustaba ese color.
Caminé por él hasta llegar al ascensory al entrar toque el botón que decía ~recepción ~
Ni que estuviera en un hotel.
Una vez abajo me dirigí a la mesa donde se encontraba una mujer con cara de pocos amigos.
-Hola.
-Su nombre.
-M-Me llamo Ji-Jimin.
-¿Qué quieres?
-Pues... Yo...
Ahora que lo pensaba no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Ni de lo que quería. Ni de nada.
-Vamos. No tengo todo el día. Mi turno acaba en dos minutos.
Y dicho esto la mujer empezó a recoger las cosas que tenía encima de la mesa.
-¡Eh!
Me di la vuelta para mirar a la persona que había dicho eso, y pude ver al medico de antes .
-Señor Park usted no puede salir de la habitación. Aun no le han concedido el alta. Acabo de llamar a un familiar suyo, y viene hacia aquí. Vuelva a la habitación por favor.
-Vale.
La verdad es que tenía unas ganas terribles de saber quien era mi familia. Así que le esperaría con impaciencia. El médico me acompañó de nuevo a la habitación y allí estuve sentado en la cama.
Cuando llevaba unos 20 minutos esperando, la puerta volvió a abrirse.
Y la verdad no esperaba encontrarme a esa clase de familiar.

Detrás (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora