Me asomé al balcón de mi casa del Distrito 4, y allí estaba Kalia, apoyada en un árbol. Ví que tenía algo en los brazos, era un bebé, y vi como le dio un beso en su cabecita. Me quedé contemplandoles unos minutos, mientras veía el amanecer, el sol saliendo del océano. Cuando alguien me tiró de la camiseta.
-¡Mamá! ¡Ven! Tengo algo para ti. -Era una niña, una niña con una amplia sonrisa que me recordaba a alguien, y unos grandes ojos azules, como los míos. Y me había llamado mamá.
Me cogió la mano, y bajamos a la cocina. Ahí estaba Finnick, el que sonrió nada más verme, y nuestra hija fue corriendo a abrazarle. Tenían la misma sonrisa.
-¡Mira mamá, te hemos hecho el desayuno!
-Y sin quemar nada. -Añadió Finnick. -Nuevo record para los Odair.
Yo reí y me acerqué a él, que aún tenía a nuestra hija en brazos, y me dio un beso en los labios. De pronto entró Kalia a la cocina.
-Bueno parejita, ¿Desayunamos o qué?
Definitivamente era ella, y su sonrisa era más amplia que nunca. Y lo más importante, estaba viva. Estaba viva y yo tenía una familia.
_____
Me desperté de golpe.
Miré al lado izquierdo de la cama. Finnick seguía dormido. Por un momento, pensé que nada había ocurrido, que no tenía que ir a los Juegos y que mi sueño era real.
Pero solo era un sueño, y tenía que luchar.
Puedo asegurar que fue el mejor sueño de mi vida.
Contemplé a Finnick. Él se merecía ser feliz. No, no iba a despertarle. Me vestí y bajé abajo.
Mags, Steve, Lucy y yo desayunamos en silencio, y Finnick no apareció. La tensión se podía cortar con un cuchillo.
Al acabar, Lucy habló.
-Voy a llamar a Finnick.
-No. -Dije de pronto. -Por favor, ven tu conmigo y Mags con Steve... Pero Finnick no.
Todos me miraron extrañados. Sentía como mis mejillas ardían, y tenía unas ganas terribles de llorar, pero ya había tomado una decisión.
-No puedo despedirme de él. Sería demasiado...
-Lo entiendo. No hace falta que sigas. Vámonos, entonces. -Dijo Lucy.
A si que nos levantamos, y nos fuimos, dejando a Finnick atrás.
No le volvería a ver, estaba segura de ello. No tenía oportunidad alguna en la arena.
Subimos a un aerodeslizador, y allí estaban Jack y Lily, del distrito 1. También estaban los del 2 y los del 5, aliados que querían matarnos. Pero Steve no entró conmigo. Nos inyectaron un rastreador y volamos hacia la arena.
Me condujeron hasta una habitación. Él corazón me iba a mil por hora, y el pecho me dolía con más fuerza que nunca. Se abrió la puerta, y por un momento rezé para que fuese Finnick, quería besarle por última vez.
Pero era Lucy.
Que estúpida, dejamos a Finnick en el Capitolio, y fue idea mia, no podía lamentarme ahora. Pero le necesitaba.
-Cariño... -Se acercó a mi, y me abrazó.
A pesar de que esa mujer era insoportable, ese abrazó logró reconfortarme un poco.
-Se fuerte, y se cauta. Sé que puedes hacerlo. -Se separó de mi, y me apartó un mechón de pelo de la cara.
Como hacía Finnick.
Intenté sonreír.
-Eres muy rápida, corre hasta la cornucopia y coge una mochila, normalmente hay cuchillos dentro. Si tienes cerca un hacha o un arco, cogelo, pero si no, corre y escapa. Siempre puedes optar por hacerte un arco, y si no consigues nada, tal vez los patrocinadores te envíen algún cuchillo. Escondete cerca de la cornucopia, ya que saldrán todos disparados, puedes aprovechar para matar a alguno, y luego ve con tus aliados.
De pronto una voz resonó en la habitación.
-Sesenta segundos.
Bufé.
-La arena probablemente será la tundra, hará frío, pero si te metes en una cueva o cazas algún animal y utilizas su piel, estarás bien. Habrá pocas plantas ya que seguramente nieve, aunque tampoco creo que mucho. Tendrás que cazar.
-30 segundos. -Repitió.
Miré a Lucy.
-Lucy, tienes que hacerme un favor.
-Lo que sea.
Suspiré, con el corazón en un puño.
-Tienes que decirle a Finnick que lo siento, y que yo... Le quiero.
Lucy me volvió a abrazar.
-Claro, cielo. Pero estoy segura de que tú misma podrás hacerlo.
-10 segundos.
El cuerpo entero me tembló, pero me metí en aquel cilindro. 10 segundos más tarde se cerró, y una lágrima se resbaló por mi rostro. Vi que Lucy también lloraba, pero me sonrió, y lo que más me sorprendió, se besó los tres dedos del medio la mano, y los levantó hacia mi.
De pronto, todo se volvió negro, y no pude evitar pensar en Finnick.
Estaba condenada. Esto se acababa. Acudía a mi propio funeral.
Me llevé una mano al pecho, cómo si así lograse evitar que mi corazón saliese disparado. Oía mis fuertes latidos en mis oidos, me estaba poniendo nerviosa y no lograba tranqulizarme.
Pero llegué a la arena.
El sol me cegó, pero logré ver blanco. Nieve.
-"Bienvenidos a los septuagesimo terceros Juegos del Hambre, y que la suerte esté siempre de vuestra parte"
Fin de la primera temporada.
Habrá segunda temporada, y tengo algo muy especial para ella que no he visto que esté en ningún otro Fanfic :D Luego subiré un aviso. ¿Qué os ha parecido la primera temporada?
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El verdadero amor de Finnick Odair. /sin editar/
Fanfiction/esto lo escribí en 2014 :( no me juzguen mucho/ Clarie Morgan es elegida como tributo y tiene que convivir con el asesino de su hermana.