Capítulo 17- Septuagesimo terceros Juegos del Hambre.

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Me asomé al balcón de mi casa del Distrito 4, y allí estaba Kalia, apoyada en un árbol. Ví que tenía algo en los brazos, era un bebé, y vi como le dio un beso en su cabecita. Me quedé contemplandoles unos minutos, mientras veía el amanecer, el sol saliendo del océano. Cuando alguien me tiró de la camiseta.

-¡Mamá! ¡Ven! Tengo algo para ti. -Era una niña, una niña con una amplia sonrisa que me recordaba a alguien, y unos grandes ojos azules, como los míos. Y me había llamado mamá.

Me cogió la mano, y bajamos a la cocina. Ahí estaba Finnick, el que sonrió nada más verme, y nuestra hija fue corriendo a abrazarle. Tenían la misma sonrisa.

-¡Mira mamá, te hemos hecho el desayuno!

-Y sin quemar nada. -Añadió Finnick. -Nuevo record para los Odair.

Yo reí y me acerqué a él, que aún tenía a nuestra hija en brazos, y me dio un beso en los labios. De pronto entró Kalia a la cocina.

-Bueno parejita, ¿Desayunamos o qué?

Definitivamente era ella, y su sonrisa era más amplia que nunca. Y lo más importante, estaba viva. Estaba viva y yo tenía una familia.

_____

Me desperté de golpe.

Miré al lado izquierdo de la cama. Finnick seguía dormido. Por un momento, pensé que nada había ocurrido, que no tenía que ir a los Juegos y que mi sueño era real.

Pero solo era un sueño, y tenía que luchar.

Puedo asegurar que fue el mejor sueño de mi vida.

Contemplé a Finnick. Él se merecía ser feliz. No, no iba a despertarle. Me vestí y bajé abajo.

Mags, Steve, Lucy y yo desayunamos en silencio, y Finnick no apareció. La tensión se podía cortar con un cuchillo.

Al acabar, Lucy habló.

-Voy a llamar a Finnick.

-No. -Dije de pronto. -Por favor, ven tu conmigo y Mags con Steve... Pero Finnick no.

Todos me miraron extrañados. Sentía como mis mejillas ardían, y tenía unas ganas terribles de llorar, pero ya había tomado una decisión.

-No puedo despedirme de él. Sería demasiado...

-Lo entiendo. No hace falta que sigas. Vámonos, entonces. -Dijo Lucy.

A si que nos levantamos, y nos fuimos, dejando a Finnick atrás.

No le volvería a ver, estaba segura de ello. No tenía oportunidad alguna en la arena.

Subimos a un aerodeslizador, y allí estaban Jack y Lily, del distrito 1. También estaban los del 2 y los del 5, aliados que querían matarnos. Pero Steve no entró conmigo. Nos inyectaron un rastreador y volamos hacia la arena.

Me condujeron hasta una habitación. Él corazón me iba a mil por hora, y el pecho me dolía con más fuerza que nunca. Se abrió la puerta, y por un momento rezé para que fuese Finnick, quería besarle por última vez.

Pero era Lucy.

Que estúpida, dejamos a Finnick en el Capitolio, y fue idea mia, no podía lamentarme ahora. Pero le necesitaba.

-Cariño... -Se acercó a mi, y me abrazó.

A pesar de que esa mujer era insoportable, ese abrazó logró reconfortarme un poco.

-Se fuerte, y se cauta. Sé que puedes hacerlo. -Se separó de mi, y me apartó un mechón de pelo de la cara.

Como hacía Finnick.

Intenté sonreír.

-Eres muy rápida, corre hasta la cornucopia y coge una mochila, normalmente hay cuchillos dentro. Si tienes cerca un hacha o un arco, cogelo, pero si no, corre y escapa. Siempre puedes optar por hacerte un arco, y si no consigues nada, tal vez los patrocinadores te envíen algún cuchillo. Escondete cerca de la cornucopia, ya que saldrán todos disparados, puedes aprovechar para matar a alguno, y luego ve con tus aliados.

De pronto una voz resonó en la habitación.

-Sesenta segundos.

Bufé.

-La arena probablemente será la tundra, hará frío, pero si te metes en una cueva o cazas algún animal y utilizas su piel, estarás bien. Habrá pocas plantas ya que seguramente nieve, aunque tampoco creo que mucho. Tendrás que cazar.

-30 segundos. -Repitió.

Miré a Lucy.

-Lucy, tienes que hacerme un favor.

-Lo que sea.

Suspiré, con el corazón en un puño.

-Tienes que decirle a Finnick que lo siento, y que yo... Le quiero.

Lucy me volvió a abrazar.

-Claro, cielo. Pero estoy segura de que tú misma podrás hacerlo.

-10 segundos.

El cuerpo entero me tembló, pero me metí en aquel cilindro. 10 segundos más tarde se cerró, y una lágrima se resbaló por mi rostro. Vi que Lucy también lloraba, pero me sonrió, y lo que más me sorprendió, se besó los tres dedos del medio la mano, y los levantó hacia mi.

De pronto, todo se volvió negro, y no pude evitar pensar en Finnick.

Estaba condenada. Esto se acababa. Acudía a mi propio funeral.

Me llevé una mano al pecho, cómo si así lograse evitar que mi corazón saliese disparado. Oía mis fuertes latidos en mis oidos, me estaba poniendo nerviosa y no lograba tranqulizarme.

Pero llegué a la arena.

El sol me cegó, pero logré ver blanco. Nieve.

-"Bienvenidos a los septuagesimo terceros Juegos del Hambre, y que la suerte esté siempre de vuestra parte"

Fin de la primera temporada.

Habrá segunda temporada, y tengo algo muy especial para ella que no he visto que esté en ningún otro Fanfic :D Luego subiré un aviso. ¿Qué os ha parecido la primera temporada?

El verdadero amor de Finnick Odair. /sin editar/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora