Capítulo 16- Lo que jamás podrá cumplirse.

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-¡ABRID LA PUERTA, YA! -La voz de Lucy resonó con fuerza en mi cabeza, y los golpes en la puerta aún más.

Abrí lentamente los ojos, y me encontré con Finnick bostezando. Sonreí, y cuando me vio sonrió también.

Ayer, después de ver el vídeo de Kalia, volvimos al apartamento. Estuvimos en el balcón juntos en un banco que había, hablando sobre nuestras vidas antes de llegar al Capitolio, sobre como nos gustaría vivir realmente, y sobre lo que haríamos juntos si fuesemos libres. Dolía pensar que ninguno de nuestros planes se podría realizar. Recuerdo haberme apoyado sobre su hombro, y recuerdo haber cerrado los ojos con una sonrisa en la cara.

Y me desperté en mi cama, con él a mi lado.

-¡FINNICK, CLARIE!

-¡Ya vamos, tranquila! -Gritó Finnick, y nos levantamos.

-¿Qué narices pasa? -Pregunté a Finnick.

-Ni idea, pero descuida, Lucy siempre exagera todo. -Sonrió y se empezó a vestir.

Le imité, y en dos minutos salimos de la habitación, Lucy seguía allí.

-¡Hay paparazzis en la puerta del apartarmento! Estoy segura de que Snow les ha dejado entrar. Finnick, Clarie ¡Saben lo vuestro!

Abrí los ojos como platos y miré a Finnick.

-¿Cómo es posible? -Pregunté.

-Al parecer, no sois muy inteligentes. Ayer os besasteis en un pasillo público. Donde hay cámaras. Han infiltrado esas imagenes.

Me llevé una mano a la frente. No había caído en eso.

-Bueno, no perdamos la calma, ¿Qué quieren? -Preguntó Finnick.

-Saberlo todo, saber como habéis pasado del odio al amor en poco más de una semana y saber como habéis superado vuestros rozes.

Suspiré. Lo que me faltaba, que mi vida personal fuese un espectáculo. Aunque bueno, realmente empezó a ser un espectáculo desde que salió mi nombre en la cosecha.

-Bueno... Tal vez esto incluso te haga ganar patrocinadores, Clarie. -Informó Lucy. -Pero me parece muy incoherente por vuestra parte. Es como si yo saliese con Steve ¿Os parece eso normal?

"Steve tiene mejor gusto" Pensé, y sonreí para mis adentros. Lucy se fue, y Finnick y yo nos quedamos solos.

-Ya hablo yo con ellos, Clarie, es mejor que hoy te tomes un respiro. -Dijo con media sonrisa.

-Esta bien, te espero abajo. -Dije yo, y nos dimos un pequeño beso en los labios.

-Te quiero, Clarie. -Añadió él, y se fue.

Me quería. Si, lo sabía. Lo veía cada vez que me miraba y él seguro que lo veía cada vez que le miraba yo a él. Y era una sensación maravillosa.

Puse la televisión, y nuestro romance ya era una gran noticia, nuestro vídeo circulaba, y nunca me había sentido tan humillada. Eso era algo íntimo, algo mío y de Finnick personal, que el Capitolio, como siempre, lo convirtió en un espectáculo. Snow había conseguido el show que deseaba.

Subí a mi habitación y poco después llegó Finnick.

-¿Qué les has dicho? -Pregunté, algo nerviosa.

-La verdad. Simple. Yo te quiero, y tú me quieres a mi. No hay que dar muchas más vueltas. -Sonrió- De eso ya se encargan ellos.

Sonreí y me acerqué a él.

-¿Y ahora qué? -Pregunté.

-Ahora, señorita Morgan, tenemos todo el día para nosotros. -Se acercó más a mi y rodeó mi cintura.

-¿Todo el día? -Dije con una estúpida sonrisa, rodeandole la nuca.

-Todo el día. -Añadió, y me besó.

_________

-Tienes que dormir. -Dijo Finnick.

Hoy pasamos todo el día juntos. Por la mañana después del desayuno, dimos un paseo por el Capitolio, muchísima gente nos pedía fotos y nos hacían preguntas sobre nuestra relación, respondimos a un par de ellas. Había chicas del Capitolio que saludaban a Finnick con una sonrisa tonta, y a mi me miraban con odio.

Después, comimos todos juntos y hablamos sobre los juegos que mañana empezarían, y por la noche, Finnick y yo cenamos en el balcón solos.

-Pero no quiero dormir, Finnick, no quiero desperdiciar mi última noche durmiendo. -Contesté, a regañadientes.

-Créeme, vas a necesitar descansar, a si que no te enfades, y duerme. -Repitió.

-¿Y qué pasa si no quiero?

-Oh, sí, vas a querer.

-¿Porqué?

-Porque... -Sonrió picaramente, y se levantó de la mesa.

-¿Qué haces?

Se acercó a mi y me agarró por la cintura, me colgó sobre su hombro y me llevó a la habitación. Me puse a reir mientras lo hacia, y oía como el también.

-¡Bajame, Finnick! ¿Qué pasa hoy contigo? -Dije, riendome.

-Como quieras. -Contestó, y me tiró sobre la cama.

El se cayó encima de mi, sonriendo. Su sonrisa me encantaba, logró enloquecerme desde el primer momento. Le agarré el rostro con las manos, y le acaricié los labios con el pulgar. El sonrió, e hizo desaparecer la poca distancia que nos separaba basándome, me agarro el rostro con las manos y yo le rodeé la nuca. Empezó a bajar sus labios hasta mi cuello, y empezó a besarlo suavemente. Luego se tumbo a mi lado.

-No sabes cuanto te voy a hechar de menos. -Le dije, en un susurro.

-Volveremos a vernos, Clarie, estoy seguro de ello. -Me sonrió.

Le quería. Sí, definitivamente, me había enamorado de él, y me partía el corazón saber que nos iban a separar, que mañana me iba para no volver nunca, y que solo me quedaban un par de horas alado de la única persona que poseía mi amor.

-Te quiero, Clarie, y nunca me cansaré de decirtelo. -Me dio un beso en los labios, y luego uno en la frente.

Dejé que esas maravillosas sensaciones me invadieran, que sus labios me enloquecieran una vez más.

-Yo también, Finnick. Nunca olvidaré todo lo que has hecho por mi.

Noté como se me cayó una lágrima, y el pasó su dedo pulgar por mi rostro para limpiarmela. Me acerqué a él, y puse mi cabeza en su pecho, le abraze, y el me rodeó con sus brazos bajo las mantas.

-Ahora duerme, Clarie, mañana todo empieza.

Me dio un beso en la frente, y así, juntos, esperamos el amanecer, no dormimos mucho realmente, pero simplemente nos relajaba tenernos cerca, nos reparaba, y así pasamos la mayor parte de la madrugada.

Imaginando miles de historias juntos que jamás podrían cumplirse.

Porque se había equivocado,

"Mañana todo empieza" había dicho el.

No,

Mañana, todo acaba.

El verdadero amor de Finnick Odair. /sin editar/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora