Capítulo I

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Silencio, oscuridad. Se respiraba paz en ese momento. Parecía que estuviera flotando sobre una nube. De pronto, una imagen iluminó mi mente... Fred, Luke, George... Mi primo y mis mejores amigos... Mis padres, mi hermano. Estaban ahí, todos, mirándome, como si estuviera en cama, enferma, y hubieran venido todos. Todo aquel espacio de tranquilidad retumbó como un terremoto.
Me desperté de golpe, con las pulsaciones demasiado rápidas, y sintiendo una dura falta de oxígeno. Tuve miedo. Me levanté, agarrándome a la pared, toda la estructura del edificio. Observé mi alrededor, ¡¿Cómo podía ser posible?! Seguía en el baño de prefectos, justo donde me despedí de Fred y George. Pero había algo, sentí mariposas en el estómago y se me iluminaron los ojos. Ahí, a un paso de mí, la varita que compré en Ollivander's con 11 años. La cogí con decisión cuando otra explosión sacudió el edificio tirándome al suelo. Me sentí débil por un momento, pero, me dije: "No. Nikky, si algo has aprendido en este tiempo, es que la vida nunca es un cuento de hadas. Hay que luchar...". Me levanté y salí corriendo, resbalando en el suelo, pero manteniendo el equilibrio. Bajé las escaleras de dos en dos, encontrándome mortífagos por todos lados, yo les lanzaba un reducto, o a veces un expulso, abriendo el paso hasta la primera planta. A tres escalones del suelo, cogí impulso y salté, me impulsé, agarrándome del marco de la puerta, al interior del Gran Comedor, donde los míos lidiaban una gran batalla contra el mal. Me quedé parada un momento, observando como, poco a poco, los míos demostraban que éramos superiores. Sonreí, al encontrar a mis dos amigos luchando codo a codo, como de costumbre. Avancé hasta estar entre ambos y ayudarles.
- ¡Reducto! -Exclamé, barriendo al mortífago que osaba matar a mis amigos. -Seamus, amigo, ¿qué has explotado ahora para estar tan carbonizado?
-Un puente. -Contestó atacando a otros mortífagos.
- ¡¿Qué?! -Retiré la varita mirándole incrédula.
-Órdenes de McGonagall. -Aclaró Dean, rechazando el hechizo que un mortífago nos mandaba, que me hizo volver a apuntar con la varita al enemigo.
-Nikky, amiga, ¿se puede saber dónde coño estabas? -Preguntó imitando mi pregunta.
-Oh... Por ahí.
-Pues te has perdido un espectáculo. ¡Tu primo se ha enfrentado a todos los mortífagos!
-Es verdad, ¡qué labia tiene nuestro buen Neville! -Halagó Dean.
Por lo visto me había perdido algo muy interesante, pero, creo, que valió la pena. A un lado teníamos una batalla entre Voldemort y McGonagall, Slughorn y Kingsley. Recordé al Voldemort de la otra dimensión, en lo que le dije, no sabía a quién había hecho mal, y quizás nunca volviera a saber de nadie de allí. Tras un brusco giro, vi de refilón a un pequeño y magullado grupo de pelirrojos. Paré en seco, y vi a Bellatrix apuntando con su varita a Ginny Weasley. Pero salió Molly de la nada, con un expelliarmus pudo evitar que Bellatrix lanzara su conjuro.
- ¡¡Mi hija no, mala bruja!! -Exclamó.
Y Molly Weasley y Bellatrix se enzarzaron en una dura batalla. Yo observaba como sus hijos, tras ella, escurrían las varitas entre sus dedos, ansiosos de ayudar a su madre. Nunca había visto a la señora Weasley tan furiosa.
- ¿Qué va a ser de tus hijos cuando te haya matado? -Se burló Bellatrix, tan frenética como su amo, dando saltos para esquivar las maldiciones de Molly. - ¿Qué les va a pasar cuando su mami vaya a reunirse con Freddie?
George trató de hacerla frente, dolido, trataba de aguantar las lágrimas, tal como Arthur y Percy trataban de retenerle a él.
- ¡¡Ni se te ocurra mencionarle, maldita loca!! -Exclamó.
- ¡Nunca volverás a tocar a nuestros hijos! -Chilló la señora Weasley.
Y con un suave movimiento de varita y una furia de los mil demonios, Molly Weasley, aquella sabia, dulce, pero dura mujer, acabó con la maldita Bellatrix. Todos mirábamos con asombro lo sucedido mientras Voldemort rugía, le hervía la sangre por lo que acababa de ocurrir. Lanzó por los aires a sus tres contrincantes, apuntó con la varita a Molly Weasley. George lo vio; yo lo vi, pero sobretodo, quien lo vio e hizo lago para impedirlo, fue Harry, oculto -no sé por qué- bajo la capa de invisibilidad, protegiendo a la señora Weasley. Acto seguido, él y Voldemort salieron corriendo del Comedor, enfrentándose el uno al otro con valentía, y de nuevo, la sala se convirtió en un enorme campo de batalla. En un descuido, un Mortífago se libró de Neville, que quedó aturdido, quedándose con el camino despejado hasta los Weasley; mejor dicho, el Weasley. Su mirada se clavaba en George Weasley, manoseando su varita. Al ver sus intenciones, me libré de los Mortífagos y me abrí camino hasta él. Antes de que lanzara su avada kedebra, me interpuse en su camino, justo delante de George:
- ¡¡Expecto patronum!! -Grité.
Logré vencerlo. Habiendo protegido a George, me volví a él. Me miraba sorprendido de verme allí, le brillaban los ojos, por un momento, no retiró su mirada de mí. Pero algo debió perturbarle porque la retiró veloz, y luego, me miraba avergonzado y tímidamente.

No hablamos nada; no hicimos nada. Solo nos miramos con una sonrisa en los labios. Yo recordando que él siempre había estado ahí, y que siempre había estado ahí yo para él.

Cuando finalizó la batalla, yo me encontraba con Dean; por poco un mortífago no nos mata. Por suerte, Harry mató a Voldemort antes, y Arthur Weasley derribó al mortífago. Miré a mi alrededor, todo había quedado destruído, habían caído muchos, amigos, conocidos, todos alumnos de Hogwarts, profesores y otros que vinieron a ayudar, pero también enemigos, montones mortífagos yacían en el mismo suelo que pisábamos, descansados, suspirando aliviados de que, al fin, todo hubiera acabado. Miré a Dean, incluso algo de felicidad había en mi semblante, pero en el suyo no. Agitado, buscaba con la mirada por todas partes algo. Me miró.
- ¿Sucede algo, Dean?
-Seamus... No está... Por ningún lado.
Hasta ese momento no había caído en ello. Agarré a Dean y corrimos por todo el Comedor en su busca, rezando por que no estuviera tendido en el suelo. Mi subconsciente decía: "no, otro no, no puedo perderle a él también, no por favor, no puede ser cierto...". Oí mi nombre entre la multitud y luego oí el de Dean. Ambos miramos a la puerta del Gran Comedor, y justo allí, con la cara y el pelo manchado de ceniza, cansado, pero vencedor, se encontraba Seamus. No pudimos respirar hondo hasta que le tuvimos con nostros; corrimos a su lado, abrazándolo. Nos había dado un buen susto, ojalá no volviera a hacerlo nunca.

Cuando ya me reencontré con todos mis amigos, me acerqué con algo de miedo a Arthur y Molly Weasley, que se encontraban riendo junto a casi toda su familia.
-Hola... -Titubeé. Nada más verme, Molly se acercó a mí con los brazos extendidos.
Yo estaba confusa.
-Gracias. -Se separó. -Has salvado la vida a George. Anda, -sonrió -está fuera, ve y habla con él. -Sonreí.
Caminando hacia la salida me pregunté cómo Molly pudo saber que andaba buscando a George. Por una parte, era lógico, era la novia de su gemelo, y éramos muy buenos amigos, pero, quizás solo quisiera saber cómo estaban. Todo lo olvidé cuando le vi mirando a las montañas. La brisa suave relajaba los músculos, como si flotaras sobre una nube. El cielo estaba despejado, y había luz, puede que fuera nuestra imaginación. Me acerqué a él, le miré, tenía la mirada perdida en el horizonte. Me quedé a su lado, pero no dije nada.
- ¿Por qué has vuelto? -Preguntó al cabo de un rato de silencio y observación. - ¿No era tan perfecto ese mundo?
-Sí... Lo era... -Nos miramos. -Hasta que dejó de serlo. Comprendí que estaba siendo muy egoísta... ¿Cómo iba a dejarte aquí sufriendo?
- ¿Sufriendo? ¿Crees que no puedo apañármelas solo?
-Te creo muy capaz, George... Pero no serías feliz.
- ¿Solo eras egoísta en ese mundo?
-Lo digo por lo que me dijiste, Georgie. Lo que tú sabes, lo que yo sé. Lo que el otro tú me dijo.
- ¿Q-Qué te dijo exactamente?
-Algo... -Me miró, quería saberlo, pero me gusta jugar... -Solo te diré... Que yo también.

George me miró de abajo, me despedí de él y me alejé para reunirme con Neville para contarle que al fin me había dado cuenta de que, aunque siempre amé a Fred, también sentía algo por George, pero como no lo sabía, no sentía gran cosa. Pero ya no volvería a sufrir, George era lo único que me quedaba, y ese sentimiento cada vez crecía más...


Al fiiiiin!!! :') Ya tenía ganas de empezar con esta segunda parte, ahora Más que amor (GW). ¿Qué sucederá con Nikky ahora que se ha dado cuenta de lo que siente por nuestro Georgie??? Espero que os guste tanto esta novela como la primera. Por cierto!!! Necesito hacer el trailer de ambas historias. ¿Alguien se ofrece, o conoce a alguien que podría hacerlos? Por ahora solo necesito el de Que suerte tenerte (FW), ya más adelante se haría el siguiente.

En fin, eso es todo, creo.

Travesura realizada ; )

Más que amor (George Weasley): Segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora