Me levanté muy pronto y prepare un gran desayuno, levanté a, aún no sabía el nombre. Se quejó de querer dormir más tiempo y la obligue a levantarse para que se ponga a buscar trabajo. Miró su móvil y se puso en pie, en la mesa parecía otra. Hablaba más de la cuenta, supe que se llamaba Soraya, que estudiaba un curso de noseque, y que era hija única. No paraba de hablar, me sorprendió tanto cambio de actitud. Empezó a preguntarme sobre mi vida, la relación que tenía con Karim, sobre él. Hasta que se metió en el tema de su detención:
-¿Por qué lo detuvieron?- preguntó delicadamente - Cuando estaba conmigo, parecía una buena persona...
-Tráfico de drogas- respondí secamente, intentando desviar el tema.
-¿¿¿Tráfico de droga!?? Pero... ¿Cómo?- exclamó exagerando el tono de voz.
-Pues como lo escuchas, traficaba y lo han pillado, punto.
-Habrán pillado también al cabecilla del grupo ¿no?
-¿Cómo? No sé a qué viene tanta pregunta.
-Me gusta la acción, te habrá contado quién es el jefe seguro- dijo medio sonriendo a la vez que le daba el último trago al café.
-Esto es la vida real, no una película- empezó a impacientarse y a insistir más en hablar del tema- Bueno, levántate ya. Llevaremos los niños a una amiga y tú te vas a buscar trabajo que tú hijo tiene que comer.
-¿Me tengo que fiar de tu amiga para dejarle mi hijo?- preguntó con cara de asco
-¿Me tengo que fiar yo de ti para dejarte en mi casa?- le estaba cogiendo manía y no era para menos, cada vez me era menos soportable y eso que solo era el primer día, ya Allah dame paciencia.
-Era broma mujer.
Cuando llegamos a casa de Khadija, Soraya se fue en busca de trabajo y yo me quede el poco rato que me quedaba a contarle todo.
Después de haberle contado todo con lujo de detalle, se quedó unos instantes callada. Y movió la cabeza de lado en lado queriendo decir un ''no''.
-No me inspira confianza, ¿por qué la echaron sus padres cuando ya ha dado a luz? Y no antes
-No sé... Fíjate que no me he dado cuenta de eso- dije pensativa.
-Salamo 3likom hermosas- saludó Mohamed sacándome de mis pensamientos. Creo que ni le respondí.
-Pero... si no fuese de fiar, no dejaría a su hijo a nuestro cargo ¿no?- pregunté como si no hubiese visto a Mohamed
-¿De qué estáis hablando?- preguntó. Después de explicarle todo le dio la razón a su madre. Me habían terminado de confundir, empecé a tener miedo. No sé a qué pero lo tenía. Me aconsejaron que si veía algo raro, buscase la forma más delicada para sacarla de casa.
Pasó una semana y no notaba nada raro aparte de que siempre estaba pegada al móvil, eso era normal todos lo estábamos. Mohad cuando no me veía en casa de su madre me llamaba para ver que tal todo. Me encantaba su atención y su manera tierna de preocuparse.
Todo iba con normalidad hasta que un día, aquel día que nunca podré olvidar. Aquel día que marcó mi vida para siempre, un día en que aprendí una gran lección. Entré a casa deje a los niños y encontré a Soraya. No era normal, ya que salimos juntas y ella no tenía llaves. Por lo cual le pregunté que cómo había entrado y me respondió con una gran carcajada.
-¿Dime cómo diablos has entrado Soraya?- estaba nerviosa y empezaba a preocuparme.
-Eres tan tonta e ingenua tía, no pensé que iba a ser tan fácil engañarte. A ver en parte sí es verdad que yo fui la amante de tu marido pero ese hijo no es nuestro obviamente. Pero a mi nadie me echó de casa, mis papis no me controlan jajaja ¡Chicos salid! - me quedé de piedra, literalmente. Algo impedía que me moviese. Vi como dos grandullones salían de mi habitación con una toalla húmeda, me la pusieron rápidamente en la boca y la nariz. No me dio tiempo ni a gritar, recuerdo cual fue mi último pensamiento, Nassir.
Desperté en un cuarto oscuro, atada de manos y pies a una silla. Escuchaba vagamente el llanto de un niño, no sabía distinguir si era de mi hijo o del otro. Empecé a parpadear lentamente, había un rayo de luz que entraba forzosamente por un pequeño hueco que tenía la pared, o ventana. No sabía exactamente lo que era. Escuchaba en forma de eco risas y personas hablando. Mi cabeza daba mil vueltas, me sentía demasiado mal. No podía moverse apenas y no tenía fuerza ni para gritar.
-Se está despertando- dijo una voz femenina, que creo que era la de Soraya - ¿Fátima? ¿Fátima? - Levante lentamente la cabeza, vi borrosamente una figura. En cuanto se volvía más nítida supe que era ella. Estaba destrozada físicamente, pero emocionalmente estaba peor.
-¿Na... Nassir?- pude pronunciar con dificultad.
-Tu hijo está bien, ¿vale? Ahora simplemente tienes que responder a lo que yo te pregunte, no queremos hacerte ningún daño así que colabora con nosotros ¿Dime que sabes del jefe de Karim?
-Nada- dije segura de mi misma, mientras poco a poco iba recuperando mis sentidos. No me podía creer que estuviese ahí por culpa de él.
-¿¡QUÉ ME DIGAS QUE SABES!?- se enfureció cogiéndome del pelo
-Nada, te lo juro por la vida de mi hijo que nada- respondí entre gemidos de dolor y lágrimas.
-Y porque no me querías responder la otra vez que te preguntaba ¿eh? Algo sabes. Dímelo o le haremos daño a tu hijo...- dijo fríamente.
-No a mi hijo no por favor, por favor a él no. Te juro por Allah que no sé nada te lo juro- no podía más. Temía por la vida de mi hijo y lo peor es que no sabía nada. O quizás sea lo mejor, ya que si supiera algo tendrían motivos para hacerme daño.
Vino un hombre alto, enorme. Con la cara tapada y bien vestido, me miró unos segundos y sacó el móvil para llamar, hasta que escuche:
-Hola amigo mío, te tengo una gran sorpresa ¿A que no sabes a quién tengo aquí conmigo jajaja? A tu ex mujer y a tu hijo, simplemente quería avisarte de que si abres la boca. Nosotros le abriremos dos tumbas para estos dos ¿Quedó claro?
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡KARIM COBARDEEEEE!!!!!!!!!!!- grité con furia- Yo no sé nada os lo juro, no sabía que el traficaba hasta que lo detuvieron, por eso me divorcie de él. Dejadme salir por favor- no paraba de llorar y llorar...
-Me da que te va a tocar quedarte con nosotros una semana, al menos para que tu marido no abra la boca- dijo Soraya con chulería.Continuará...