Capítulo 7

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-Miren esto-dijo Dyla unos 15 minutos despues de que se nos unio a la limpieza, estaba mirando algo en la ventana, Thomas y yo nos acercamos a él, y al llegar a su lado, pudimos ver lo que señalaba, mis ojos se abrieron muy grandes. En la pared, justo al lado de mi ventana, estaba la marca de una mano. La mano era bastante grande, más que la de mis hermanos. La marca era de tierra, como si el que hubiera apoyado su mano allí, hubiera estado escarbando y la tuviera sucia-¿Alguien abra entrado?-preguntó Dylan.

-No. No escuché la ventana ser abierta, y sabes que esta ventana hace ruido, y yo no baje en ningún momento-era verdad, la ventana de mi habitación tenía las bisagras un poco rotas y oxidadas, así que al abrirla o cerrarla hacía mucho ruido.

-Esto no pudo desordenarse solo-dijo Dylan de nuevo.

-¿Crees que no lo sé?-respondió Thomas, un poco exasperado.

Yo me puse a arreglar mi cama mientras ellos seguian arreglando y tirando las cosas, poniendolas en bolsas. Decidimos no tirarlas por el momento y mostrarles a mi padres cuando regresaran, pues no era normal que una habitación, totalmente arreglada, de un momento a otros, mágicamente, este desarreglada y con casi todo roto.
Y era imposible que yo lo haya hecho, pues odiaba ordenar mi habitación, y justamente por eso la tenia lo mas ordenada que podia. Y Thomas no lo hubiera hecho, no es asi, ademas de que no le conviene porque terminara ordenandola él. Dylan suele hacer bromas muy pesadas si se lo propone, pero él ni siquiera estaba.

Cuando terminamos de limpiar toda la habitación, me quede observandola, faltaban un montón de cosas, y ahora se veia más espaciosa. Vacia.

-Miralo de esta forma-dijo Dylan-hicimos una limpieza general, tu cuarto nunca estuvo tan limpio.

-¿Y las cosas que perdí?-pregunté molesta. Mi hermano se encogió de hombros dandose cuenta de su error.

Luego de aquello, Thomas se fue a su habitación a terminar el proyecto en el que trabajaba, Dylan fue a ducharse.

Baje a la cocina a ver si podia comer algo, pero antes de poder abrir el refrigerador para buscar algo de comida, un objeto llamo mi atención arriba del modular.
Me acerque a este, observando el obejo, me estire un poco para poder alcansarlo, pero obviamente no lo aria. Antes de que pudiera darme cuenta, una maceta, que estaba al lado de aquel objeto, calló muy cerca, muy, raspando mi cabeza, y probocando que retrocediera gritando, junto al estruendo de aquella maceta de mi madre.

Escuche a mis hermanos bajar corriendo al escuchar mi grito.

-¿Qué ocurrio?-preguntó Thomas arrodillandose a mi lado.

-Yo... no lo sé... e-eso se calló-respondí agitada y asustada.

-¿Me estas diciendo que se cayó solo?-interrogó Dylan, con el ceño fundido, al observarlo bien pude ver que solo traía sus pantalones, seguramente al escucharme gritar salio de la duche asi como asi y se puso sus pantalones para venir a verme sin importarle nada.

-Si.

-Si se te calló a ti solo dinoslo, no nos enojaremos-dijo. Sabia que no me creerían.

-¡No se me callo a mi!-reclamé enojada-Ademas, yo no llego hasta allí-señale arriba del mueble, con mi mano temblorosa. Ellos miraron alrededor dandose cuenta de que no habia una silla, ni nada, cerca en el cual hubiera podido subirme.

-Esta bien, lo siento-dijo Dylan.

-¿Estas bien?-preguntó Thomas ayudandome a pararme, yo asentí con la cabeza y acomode mis anteojos. Thomas me abrazo y acaricio mi cabello-Esta bien, no ocurre nada.

Luego de aquello, Dylan volvió a subio a su habitación a terminar de vestirse, Thomas me preparo un sándwich ya que mis manos temblaban demasiado para hacer algo, y luego lo acompañe a su habitación, mientras él terminaba su proyecto en el que estaba trabajando hace días con tanto esfuerzo, yo estaba sentada en su cama terminando mi comida.

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Ya era de noche, mis padres ya habian llegado y estaban terminando de hacer la cena, mientras mis hermanos y yo veiamos una pelicula de acción.

-Niños, la cena esta lista-nos llamó mi mamá, los tres nos levantamos y caminamos hasta el comedor. Nos sentamos en nuestros lugares mientras nuestro padre terminaba de poner los platos con comida.

Siempre le deciamos que podiamos cocinar para cuando ellos llegaran, pero insistian en que al menos, querian hacer eso.

Una vez que mi padre terminó de servir la comida, todos comenzamos a comer, mientras nuestro padre nos contaba una anecdota graciosa que le habia ocurrido.

-¿Y cómo les fue a ustedes?-preguntó mi mamá una vez que nuestro padre termino de contar.

Dylan y Thomas intercambiaron miradas antes de hablar.

-Nosotros... tenemos que hablar con ustedes-habló Dylan.

-¿Qué sucede?

-Bueno, resulta que hoy vino Luka a hacer un proyecto con _______, y yo estaba terminando el mio. Y luego, los escuche hablar alterados en la habitación de ella, me acerque a ver que ocurria y vi toda su habitación destruida y...

-¿Qué hiciste?-preguntó mi padre con el ceño fruncido, sin dejar terminar de hablar a mi hermano.

-Na-nada.

-Ella no fue, sabes que ella no desordena su habitación para no ordenarla despues. Ademas, hay un montón de cosas rotas, que definitivamente ella no destruiria, son recuerdos preciados para ella.

Mi padre no quitó su ceño fruncido, pero se levanto de la mesa y subió las escaleras.
Poco después, mi padre bajo con muy mala cara y se sento de nuevo en su lugar.

-No se que clase de berrinche has hecho, pero estas castigada por dos semana. Tu habitación esta totalmente vacia, vi en la bolsa todos tus adornos, todos destruidos.

-Pero, papá, ella no...

-No la defiendas, Thomas. Dije dos semanas de castigo, y dos semanas van a ser. Ahora, lava los platos-me ordenó, ya que todos habian terminado de comer, se levantó y se fue.

-Lo siento-susurró mi madre y fue detras de mi padre, seguro para intentar disminuir mi castigo.

Mi padre casi nunca se enfadaba, era bastante comprensivo, pasiente y amoroso, y siempre pedía explicaciones.
A mi jamas me habia levantado la voz, mucho menos castigado, siempre eran mis hermanos los castigados-principalmente Dylan-, asi que estaba bastante sorprendida por el castigo, y porque no pidio explicaciones.

Lave los platos, con el ceño fruncido. Sabia que seria muy dificil creer que una habitación se destruiría sola. Y mis padres no serían los que creerian aquello. Si yo estubiera en otra posición y otra persona me dijera aquello, yo me reiria en su cara, y no le creeria. Pero como que me pasó a mi, claro que lo creia.

Al terminar de lavar todo, subí a mi habitación, un escalofrio recorrió mi espalda a cruzar la puerta pero intenté ignorarlo. Busqué mi pijama y al tenerlo, me dirigí al baño. Me bañé lo más rapido que pude, sin lavarme el cabello. Al terminar, me puse mi pijama, lave mis dientes y fui a mi habitación.

Cuando me estaba por acostar, para intentar dormir y olvidarme de todo el pesado día que habia tenido, mi padre entró a mi habitación, y se sentó a mi lado en la cama, yo me senté para observarlo mejor.

-¿Por qué lo hiciste?-preguntó.

-Yo... te juro que yo no lo hice-contesté y mi padre fruncio el ceño.

-Yo sé que una habitación no puede destruirse por si sola, asi que hasta que me digas la verdad, castigada-contestó y se fue.

Simplemente volví a acostarme, intentando dormir.

Sentía mucho frio, por mas que estubiera bien arropada.

Los amodoro.

*Belu

Paranormal~Thomas Sangster y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora