Al amanecer, bueno, supuestamente, mejor dicho al despertar, intenté estirarme y noté otra vez que estaba encadenada, qué raro, no soñé absolutamente nada, de seguro el cansancio fue tan grande que mi cuerpo no tenía energía para soñar, primera vez que no tuve pesadillas y tuve que dormir tan incómoda, pero hay algo en mi cama que no me agradó, toda mi cama estaba manchada de sangre en mi lado derecho, supe que me desangré por las heridas de mi brazo cuando estaba dormida, quise ver si mi otro brazo estaba igual, pero me llevé un gran susto cuando volteé hacia mi izquierda, estaba Jeff mirándome fijamente.
- ¡Hola! Qué bueno que despertaste - me dice, solté un pequeño grito del susto - Ya estaba ansioso por qué despertaras - decía mientras recorría alrededor de la cama - Tengo hermosos planes para el día de hoy - me estremecí un poco, me senté en la cama, no sabía que me haría, se acercó a los cuchillos que estaban en la mesa quirúrgica, y agarró unos cuantos - Estas son dagas - y dale con las clases de tipos de cuchillos - Pero no te explicaré para qué sirven, solo te lo demostraré - quería cerrar mis ojos pero no pude, me clavó una daga en la misma herida de ayer, y otra en mi pierna izquierda emparejándolas, el dolor era insoportable, temblaba, intentaba aguantarme, pero era muy difícil, luego me clavó otra daga en un costado de mi cintura, solté un grito de agonía con todas mis fuerzas, creo que estaba empezando a llorar del dolor, sabía que lo estaba disfrutando, pero mi mente solo pensaba en el dolor, el otro me lo clavó en el vientre, sentía que me estaba muriendo desangrada o por fallo de algún órgano que una daga haya alcanzado, sentía mi pulso triplicándose, no aguanto el dolor, estaba gritando, estaba agonizando, escuchaba su risa, sentía que no sobreviviría ese día, que no habría un mañana ¿Acaso este es mi fin? Estaba llorando, esta tortura física es horrible, me siento enferma de repente, y todo lo expresaba - Vamos, que estas dagas no llegan a ningún órgano, están hechas para eso - no sabía si tranquilizarme por saber que no moriría o si alterarme porque seguiría viva en manos de este psicópata.
No sé por cuánto tiempo tuve las dagas en mi cuerpo, pero me sentí muy mal cuando me las sacó, al parecer no estaban en buen estado, esto afectaría mucho mi salud, es más, ya sentía los efectos, él se fue, pero en unos instantes regresó con una botella transparente, no sé lo que era ya que no alcancé a leer lo que decía la botella, pero me la empezó a echar por encima de mi cuerpo, al contacto con mis heridas sentí un ardor insoportable, volví a gritar, me estaba quemando, sentía que me echaba fuego, era alcohol, pero como dolía, no sé si lo hacía por las dagas o por hacerme sufrir, okay, no sé cómo dude de eso, obviamente era por la segunda razón, si es un desalmado.
Me lo estaba echando por todas las heridas, las de hoy y las de ayer, salpicó un poco a mis ojos, eso no podía faltar, al menos el olor me quitaba el mareo, sentía que estaba pálida, pero ni de verga que alguien se vaya a dar cuenta, solo sé que quería vomitar, la sopa-sangre de ayer se me estaba subiendo hacia la garganta, el sabor era horrible, intenté aguantarme.
- Jeff - intenté buscar piedad, me sentía demasiado mal, respiraba muy seguido - Tengo que vomitar - dije cabizbaja.
- ¿Acaso crees que te dejaré salir de la cama? - dijo levantando una ceja, no se estaba riendo.
- Por favor - dije, sentía que no aguantaría.
- Voy por un balde - dijo sin más y salió de la habitación, volvió con un pequeño balde azul, una vez que lo colocó sobre mi, mi cuerpo no lo toleró más y vomité, seguí vomitando un par de veces, una vez que terminé él me limpió la cara sin cuidado con un paño y se fue, pensé que algo haría con el vómito, todo estaba en mi contra, pero escuché el sonido del agua, supuestamente estaba lavando el balde, cuando volvió empezó la limpiar los cuchillos y apartar los que ya estaban oxidados, por ejemplo, todas las dagas.
- ¿Lavaste el balde? - le pregunté por curiosidad.
- Claro ¿qué pensaste? ¿Que te haría comer tu propio vómito? - de hecho, era justo lo que me temía.
- Pues... Sí - Jeff dejó de limpiar los cuchillos y se sentó en mi cama.
- ¿Sabes qué se siente limpiar un vómito? Se siente asqueroso ¿De qué me sirve provocarlo si yo también salgo perdiendo? - en verdad tenía razón - Además, se lo que se siente.
- Mentiroso - no me creo ese cuento, todos en la vida hemos aguantado unas ganas alguna vez pero hasta ahí.
- No te pido que me creas, la cosa es que cuando era muy chiquito, mi mamá estaba más pendiente de mi hermano, sobretodo por sus clases de guitarra, así que no me podía atender, pero una vez me enfermé, y como ella tenía que cuidarme, Liu faltó como por una semana a sus clases, una vez estaba a punto de vomitar y me dijo "si vomitas te lo doy de comer" ya lo tenía en mi boca así que tragué, a media noche vomité a escondidas, con el miedo de que mi mamá se diese cuenta, aguanté todo el día, y me tuvieron que llevar a un hospital porque las bacterias del vómito empeoraron mi salud -
- Estás jodiendo - él soltó una risa, se escuchaba tan normal, estábamos conversando bien, apenas me di cuenta, fue tan extraño.
- No quiero que mueras de hambre por no soportar lo que comes apenas en las primeras semanas de diversión, aún queda tanto por hacer - ahí está la parte psicópata que faltaba, volvió a apretar la herida en mi pierna, se sintió demasiado doloroso.
- Hijo de puta - dije, volvió mi odio.
- Jane, te diré un dato muy interesante, tener óxido de metal en la sangre en más dañino que haber fumado 70 años seguidos - yo quisiera saber de dónde saca toda esa información - Así que si no quieres que esa sea tu muerte, que es más larga e igual de dolorosa que otro tipo - decía mientras acariciaba con una daga mi costado derecho - tendrás que seguir las reglas -
- ¿Qué reglas? -
- Después te las digo - ¿Qué clase de lógica del diablo es esta? Estaba luchando con contradicciones innecesarias, que estupidez, dice que aún no me quiere matar, y luego me amenaza con cortarme con una daga oxidada, dice que no quiere que sienta lo que es comer vómito, pero para otros tipos de tortura está de primero ¿Qué sigue? ¿Que diga que no quiere verme calva y después me arranca el cabello? Qué suerte que todo lo que pienso, jamás sale por mi boca, o le estaría dando nuevas ideas de tortura.
Ya ha pasado más de una semana desde que estoy secuestrada por este loco de remate, no veo la luz del día desde hace ya 10 días, no sé cómo intentar escapar si no conozco el lugar en donde estoy, Jeff aún no quiere que salga de esa habitación, ya las sábanas estaban llenas de toda la sangre que perdí, y en verdad temo aún de lo que pueda hacer, a pesar de que mi odio sea profundo, sé que él es más fuerte que yo en demasiados aspectos, y aún no conozco esas supuestas reglas que él inventó, aunque ya me acostumbre un poco, muy poco, a lo típico, cortes, apuñaladas, agujas, la última vez me castigó con agujas me obligó a dormir con unas cuantas en la espalda, literalmente, aflojó más mis cadenas, me volteó e insertó muchas agujas en mi espalda y me colocó como estaba anteriormente, no pude dormir esa noche, lo más extraño es que fue la única noche en la cual no pude dormir, como siempre terminaba muy cansada y no soñaba nada. Ni siquiera sé qué hora es, creo que es 13 o 14 de Septiembre del 2013, es lo único que sé, la fecha, no sé dónde estoy, ni qué hora es, es más, no sé ni siquiera si es de día o de noche, no veo nada, no escucho nada, solo el ventilador de mi techo que jamás para, el sonido de la puerta, y el interruptor de la luz, aunque aún tengo un mal presentimiento de que no solo mancharé las sábanas de sangre por el resto del tiempo aquí.
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Tortura (Jane The Killer)
FanficSi creíste que ser quemada viva, que haya perdido a sus seres queridos asesinados a sangre fría, y que toda su vida se derrumbara en un solo momento fue todo, estás equivocado, adéntrate en la historia de Jane Arkensaw, sus secretos, su actual vida...