Tortura (Jane The Killer)

Capítulo 7: Cuero

Desperté con una sábana encima y sin las cadenas en mis muñecas, no me había dado cuenta de esto, era muy extraño, la sábana era completamente nueva y acogedora, con estampado de cebra, recordé que una amiga hace 7 años tenía una igual, pero que no la quería usar hasta... Mejor lo dejo hasta ahí porque me estoy temiendo algo que no me quiero temer. Me senté en la cama cubriéndome con la cálida y acogedora sábana, no había paradero alguno de Jeff a mi derecha, noté que aún estaba encadenada de pies, y al inspeccionar a mi izquierda, sorpresa, ahí está Jeff, creo que se estaba acostumbrado a vigilarme dormida o algo por el estilo, me estaba fastidiando, tenerlo viéndome directamente, me preocupa el hecho de que me haga cosas mientras esté dormida ya que suelo desmayarme del cansancio.

- Buenos días - me dijo, me sentí pudorosa por unos momentos, me hacia sentir más incomoda el hecho en como me vigilaba, parecía tener una mirada de deseo, me limitaba a desviar la mirada para no pensar en ello, pero no podía evitarlo.

- ¿Por qué me miras así? -

- ¿Así cómo? -

- De manera tan... Digamos... Directa - se estaba haciendo el loco de seguro.

- ¿Y si te quiero ver así? -

- Es que no me gusta que me veas así - al decir eso último explotó en carcajadas, tenía un poco de razón, fue algo estúpido en realidad, me tiene secuestrada, hace conmigo lo que le da la gana ¿Y me estoy quejando de la manera en como me mira? Vaya chiste.

- Es que estoy pensando en qué hacerte el día de hoy - eso me puso nerviosa, trague saliva y empecé a temblar, mis fuerzas se desvanecieron automáticamente, temía pensar lo que me haría, me siento completamente exhausta de las veces pasadas.

- ¿No podemos tomar un día de descanso? Por favor -

- Déjame pensarlo... No, me encanta jugar contigo - decía mientras recorría alrededor de la cama - Y con tu cuerpo - cuando se paró al lado empezó a acariciarme el rostro, me estaba poniendo nerviosa, quité la cara rápidamente - ¿Acaso no te gusta como se sienten mis manos? ¿Ah? Dime ¿Que tal se siente? - empieza a manuciarme, metía su mano debajo de la sábana, intentaba quitármelo de encima, pero note que mi debilidad era casi extrema.

- Déjame en paz - decía con molestia.

- ¿Acaso mis manos no son suaves? -

Se sentía como una dura caricia contra algo firme y tieso, que hacia pequeños movimientos fastidiando cada uno de mis sentidos, dos pieles chocantes que se sienten exactamente igual - Se siente como cuero - deduje, pero al ver su sonrisa macabra me entró un escalofrío, sabía que le había dado una idea, cabe destacar que solo conozco 3 habitaciones en todo ese lugar, y hay como de 10 a 15 habitaciones.

- Ya sé que hacer contigo -

- Ay no - dije para mí.

- Ay sí - en verdad no sabía que me haría, solo se que me haría algo, mi cabeza no está para pensar.

Me llevó a arrastres de cadenas a otra habitación, con tan solo apreciar detrás del marco de la puerta pude sentir un intenso deseo de salir corriendo de ese lugar, había todo tipo de látigos y correas, estaba lleno de objetos de tortura hechos de cuero, me congelé por ese momento, solo logro apreciar esos mecanismos tan sencillos y tan dolorosos.

Hace 1 año

La lluvia distorsionaba la vista de aquellos que veían por la ventana y la nublaba de aquellos que salían por la puerta, eran aproximadamente las 6 de la tarde y en las noches lluviosas no solemos tener clientes, el lugar esta bastante lejos de las luces de la ciudad, y conducir de noche a esas horas con un ambiente que no favorece en nada lograría ser muy peligroso, la gente que viene a nuestra disposición a esa hora suele pedir hablar con nosotras y tomar alguno que otro trago de alcohol, suele ser algo más social de lo habitual, algunos piden, digamos, "servicio especial" por el hecho de que algunos tienen el fetiche de tener que estar en día de tormenta, eso era normal, sobretodo para el resto de las chicas, como yo no soy parte de eso no solía pasar por eso, tampoco que me importaba, no había ocurrido ningún conveniente, hasta el día de hoy.