Iba caminando tranquilamente entre la multitud de raperos underground luego de una gran pelea callejera entre esa chica, Hyuna, y yo. Me sentía dichosa, le había lanzado a la cara a esa maldita perra todos los malos pensamientos que tenía de ella entre verso y verso; la dejé impactada, sudando como si hubiese corrido una maratón y temblando como si tuviese parkinson. Le había ganado, y por mucho.
Ahora me retiraba a mi cómoda casa, ya era algo tarde, 00.30 hrs. Pensaba que ya era hora de volver, ¿no? Una hora prudente.
- ¡HaNi! te luciste hoy preciosa, nunca te había visto tan inspirada. Dame esos cinco. – me habló Tony caminando a mi lado.
- Ya lo creo, Tony – golpeé mi mano contra la suya. – No crees que me propasé ¿o sí? – mirándolo con una mueca en la cara.
- Nooooo, no. Claro que no HaNi, esa puta se merecía eso y quizás más. – Su comentario me hizo soltar una gran carcajada. - ¿Vienes a celebrar? Sabes que hay una fiesta a las una, ¿verdad? – preguntó al momento que íbamos saliendo del estacionamiento abandonado.
- Ah, sí, ya lo sé. Pero prefiero irme a casa, mis padres estarán esperándome. – dije deteniéndome.
- Bueno, preciosa. Ve con cuidado, ¿nos vemos mañana? – preguntó mientras me abrazaba.
- Claro, te llamó a la seis, en la tarde tengo que ir a retirar mi máquina. – deshice el abrazo.
- Wow, hace mucho que no la tenías.
- Sí, por fin mi juguete vuelve. Estoy ansiosa. – sonreí.
- Seguro que quedará estupenda. Cuídate HaNi. – dándome un beso en la mejilla.
- Siempre, Tony. – me despedí mientras seguía mi camino.
Tony era un amigo de la infancia, no éramos iguales pero nos llevábamos demasiado bien. Nos conocimos a los tres años por nuestros padres que eran amigos. Fuimos a la escuela y preparatoria juntos, y nos separamos para, yo ir a la universidad y él comenzar a trabajar en un taller pintando autos. Recuerdo que una vez le preste mi primera moto para que practicara, y... me arrepiento. Esa moto era negra con líneas rojas, quedó totalmente púrpura, y no precisamente porque la pintura que utilizó mi buen amigo hubiese sido de ese color, sino que primero decidió pintarla azul, y no le resultó, cambiando a rojo (porque era "el color de la furia") y, bueno... resultó eso, un horrible, horrible color morado con secciones más rojas. Por suerte, pudimos arreglarla, enviándosela al jefe de Tony, y, actualmente ¡Gracias al cielo! miamigo ya se ha perfeccionado.
Llegué a mi casa luego de caminar unos 10 minutos, abrí el portón y luego la puerta principal. Me dirigí a la pieza de mis padres y ahí estaban, acostados juntos mirando televisión.
- Hola, señores. – dije brincando sobre ellos sólo para escuchar cómo se quejaban.
- Ah, mi hija se ha dignado a llegar – expresó mi padre dándome un beso en la frente. Me ubiqué entre ellos separándolos y abrazando a mamá.
- Lo siento, hubo un evento grande y no podía venirme antes. – cerré los ojos mientras sonreía triunfante.
- ¿Ganaste? – pregunto mi madre retorciéndose bajo mi abrazo de oso.
- Obvio – sonreí.
- Siempre lo supe, HaNini. – mi padre no se cansaba de decirme así, odiaba ese sobrenombre pero estaba demasiado cansada como para protestar.
- Bien, me voy. Padres, ha sido un gusto estar con ustedes. Buena noche. – me despedí dándole un beso a cada uno en la mejilla, para luego bajarme de la cama. - ¿Mis hermanos? – me detuve en el umbral de la puerta.
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Honda DN-01
FanfictionEscuchaba el rugido de su moto cada noche. La maravillosa máquina soltaba un aullido que se comparaba con una buena base de hiphop para mis oídos. Jamás pensé que me encontraría con él, y mucho menos esperé que sobre esa moto se encontrara una perso...