Jung HaNi
La habitación olía a YoonGi. Todo me recordaba a él. Todo indicaba que era su cuarto. Era muy sencillo, casi minimalista.
Las paredes y el techo estaban pintados de blanco. Había una gran ventana que daba hacia el enorme patio trasero en donde había una piscina cubierta. Las cortinas eran de un azul oscuro. Su cama era más que de dos cuerpos, con sábanas negras y un cobertor blanco encima. A ambos lados de ella había una mesita de noche con lámparas en cada una. El suelo estaba cubierto por una alfombra blanca. Al fondo había dos puertas, una de ellas daba hacia el baño y la otra a un armario infinito que ya había investigado.
A un lado había un estante con libros de la universidad y cuadernos muy bien ordenados. Al otro costado del cuarto tenía un escritorio de madera oscura con un portátil encima. El controlador del equipo de música también estaba sobre el escritorio y desde él salían cuatro parlantes que se encontraban en las esquinas del cuarto.
Además, había un cuadro con una foto. En él estaban YoonGi, al parecer sus padres y un joven, quizás era su hermano, se parecían mucho. La señora sonreía ampliamente y me enterneció encontrar similar aquella sonrisa a la de YoonGi. Los ojos pequeños los había heredado de su padre. Ambos chicos estaban de pie detrás de sus papás y también sonreían alegremente.
Me pregunté por qué YoonGi nunca hablaba de ellos. Por qué vivía con sus tíos. Por qué dejó Busan y vino a Seúl ¿Quizás por estudios?
Tuve el tiempo suficiente de husmear todo el cuarto, claro que sin tocar muchas cosas. Tal vez se enojaría si encontraba algo fuera de lugar. Aunque antes de irse me dijo claramente:
- Mi cuarto será el tuyo por ahora. Me quedaré en uno para visitas. Siéntete como en tu casa.
Suspiré y me lancé a la cama recién hecha. YoonGi estaba siendo muy considerado conmigo, y hacía que pensara cosas extrañas.
Él había ido a la universidad, tenía clases toda la mañana hasta las doce. Claro, él tenía que seguir con su vida. No porque yo tuviera licencia médica tenía que quedarse a vigilarme. En realidad, para eso estaba Yang Mi.
- Hola Yang Mi – saludé entrando a la cocina.
Decidí bajar para sentirme un poco menos encarcelada. Me había pasado toda la mañana en el cuarto de YoonGi sin hacer mucho más que ordenar la cama y dar vueltas por la habitación. Suga me había despertado temprano antes de irse para que tomara desayuno. Se aseguró de que comiera y me dio los medicamentos. Me quedé despierta después de eso.
- Hola, HaNi – respondió con una sonrisa amable.
Yang Mi se movía ágilmente por la cocina perfectamente ordenada y limpia. Al parecer preparaba el almuerzo. Ya era medio día, y mis horarios de comida señalaban estrictamente que debía almorzar a las una. YoonGi se encargó de dejar eso bien claro cuando se fue. Estaba siendo un mandón.
- ¿Qué preparas?
Me senté en una de las sillas altas alrededor de la mesa americana que estaba al centro de la cocina. Desde ahí podía ver claramente como Yang Mi cortaba verduras y las echaba a un sartén.
- Según la lista de la doctora Choi los carbohidratos y las verduras son muy buenos para tu salud. Así que estoy cocinando japchae ¿te gusta?
Inmediatamente asentí.
- Me encanta.
Me sentía un poco mal con que Yang Mi tuviera que ocuparse de mí y de mi alimentación. YoonGi le había pasado las listas y los horarios de comida, y tenía órdenes claras de seguirlas al pie de la letra. Sin embargo, no dije nada, porque la noche anterior ya se lo había comentado cuando YoonGi había salido de la sala de estar a hablar por teléfono. La señora me había asegurado de que se sentía muy a gusto conmigo en la casa, y que no le molestaba ni un poco cuidar de mí. Fue muy lindo de su parte.
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Honda DN-01
FanficEscuchaba el rugido de su moto cada noche. La maravillosa máquina soltaba un aullido que se comparaba con una buena base de hiphop para mis oídos. Jamás pensé que me encontraría con él, y mucho menos esperé que sobre esa moto se encontrara una perso...