Doctora Corazón

Nuestra primera cita, un pequeño error

Nuestra primera cita, un pequeño error

—¡Qué bueno que es viernes! Ya no soportaba más al señor cara de papa y su estúpido bisoñé mal acomodado —refunfuñé cuando salía de bañarme ya con ropa limpia y muy cómoda lista para acostarme en un sillón, comer palomitas y chocolates mientras veía la televisión, ese era mi viernes perfecto.

Katherine y Sherly terminaban de lavar sus platos luego de comer. Se sentaron en una de las sillas del comedor.

—Oigan… ya que es viernes ¡hay que salir a divertirnos! —gritó alegre Sherly moviendo sus pies de arriba a abajo.

—¡Sí! Escuché que abrieron un lugar genial no muy lejos de aquí ¿Vamos? —preguntó Katherine, miró a Sherly y esta aceptó desde luego, me miró a mí y desvié la vista.

—No tengo muchas ganas de ir —susurré jugando con mis dedos.

La verdad era que mantenía la esperanza de que Ángel llegara y pudiéramos salir como según lo había dicho. Pero si me iba con mis amigas tal vez llegaba y yo no estaría... ¡Grr! ¿Por qué demonios me preocupaba demasiado?¿Él era el que quería verme no? Yo no… ¿o sí?

—¡Ay no Ailyn! ¡No sea así! Somos las tres mosqueteras, las tres chicas hermosas y sexys ¡Las chicas súper poderosas! ¿Recuerdas? —inquirió mirándome con suplica.

—¡Yo soy burbuja! —gritó Sherly alzando los brazos al aire con una sonrisa de lado a lado.

— Yo Bombón —siguió Katherine con una mano en la cintura y un giño.

—Sí, sí, y yo Bellota —mascullé rodando los ojos.

—¡Somos un grupo, un clan, una banda, toda una pandilla! Debemos estar todas juntas o ninguna —inquirió con una mueca.

—¡Todas para una y una para todas! —gritó Sherly emocionada.

—Pero enserio chicas, no quiero salir hoy. Me quiero quedar aquí y dormir mucho, ustedes salgas y diviértanse… que Jeremy sea Bellota —agregué sentándome en el sillón mientras abrazaba un cojín a mi pecho.

Si Ángel decía la verdad y tenía planeado verme, entonces todo estaría bien… pero no quería que Sherly y mucho menos Katherine se enteraran que estaba esperando a Ángel ¿Pero qué tal si solo fue una broma? ¿Y si ya se le olvido? ¡Rayos! Y yo aquí de tonta esperándolo…

Apreté el cojín clavándole mis uñas.

— ¡Sí!

—¡No! De ninguna manera haré el mal tercio. Ven por favor —insistió mirándome como perro a medio morir.

Cerré los ojos para no mirarla, no podía soportar ver a una persona con esa expresión o a punto de llorar, si la observaba también me daban ganas de llorar.

—Katherine, en serio me quiero quedar porque…

Mi celular empezó a vibrar encima de la mesa de centro antes de que terminara de hablar. Lo tomé y miré quien llamaba…. "Lucifer Clarkson"

Mis ojos se abrieron y una sonrisa estúpida se formó en mi rostro.

—¡Ángel! —Grité emocionada, las chicas me miraron confusas por lo contenta que soné al mencionar su nombre, reaccioné y cambié mi expresión a una molesta— Digo… ¡¿Quién demonios de dio mi número a Ángel?! —fingí ira mientras que ellas seguían mirándome curiosas.

—Tú lo llamaste primero, seguro se registró tu número —la escuché pero yo seguía viendo mi celular vibrando.

—¿No contestarás? —preguntó Sherly señalando el teléfono en mi mano moviéndose desenfrenado.