Capítulo 22

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-¡Mi amor, mi amor! –gritaba por el pasillo hacia su habitación. Entré sin avisar y lo vi girarse hacia la puerta. - ¡Mi amor! Terminé el... Ay, perdón. No sabía que estabas estudiando. –dejé de gritar cuando vi todos su libros y su CD's en la cama junto a él.

-¿Gianna, que haces aquí? –preguntó confundido.

-Vine a contarte que terminé el colegio. He aprobado todas y tengo un 5 felicitado en historia. Gracias a ti, mi amor. –decía mientras me acercaba a su cama. Luego lo besé.

-¡Felicidades, preciosa! No tienes que agradecérmelo a mí. Lo hiciste tú sola, proponiéndote algo. –sonrió y lo abracé. No separamos. - ¿Qué hora es? –preguntó.

-Casi las cinco. –respondí sabiendo la hora que miré hace algunos minutos.

-¿No iba yo a pasarte a buscar? –preguntó.

¿Qué?

-¿Buscar de dónde? –pregunté confundida.

-De tu casa. –respondió seguro.

-Noah, no sé de qué me estás hablando.

-Gianna, hoy es 20. Tenemos una cita.

-¿Una cita? ¿Cuándo concordamos tener una cita? –pregunté confundida. Yo me encontraba con mi uniforme de colegio.

-¿No te lo dije? –preguntó algo aturdido. Negué. - ¿Es en serio o me estás jugando una broma?

-Noah, no sé de qué cita hablas. –respondí seria. Se llevó una mano a la frente.

-Mierda. Esto con la universidad me va a matar... Hace que olvide cosas y piense que digo pero no lo hago. –soltó. Sonreí.

-Mi amor, así es el estudio. Descuida, no importa. ¿Qué hora es la cita? –pregunté mientras tomaba su rostro en mis manos, haciendo que baje los brazos.

-Voy a pasar a buscarte a las siete. De tu casa. –respondió. – O iba... Lo demás es sorpresa. –sonrió victorioso. Lo miré confundida pero asentí de todos modos.

-Bien. Entonces me voy, no tengo mucho tiempo. –dije bajándome de la cama. Antes de que pueda seguir mi camino a la puerta, una fuerza mayor me vuelve a jalar hacia atrás, dejándome bajo mi novio.

-Te extraño tanto. –dijo mientras besaba mi cuello y viajaba a los costados, clavícula, hombro.

­­­-Yo también te extraño. –respondí.

Hace ya casi un mes que fue nuestra última salida, además de que fue con Tarah e Ian. Ambos estábamos muy concentrados estudiando. Él para su examen de ingreso a la facultad y yo por mis finales de la escuela. Solo nos veíamos cuando yo tenía oportunidad de venir a su casa una vez a la semana y él fue a mi casa dos sábados por las tardes.

Ya no había toqueteos de Noah y Gianna, ni se imaginan cuantas endorfinas debíamos de tener nosotros dos juntos. Había días que ni siquiera los calmantes para dormir que tomaba surgían efecto en mí. Mentiría diciendo que es a causa del estudio, porque el real causante de mantenerme despierta el cien por ciento del día y noche es Noah, que de solo pensarlo me mantiene enérgica.

Su mano entró bajo mi camiseta acariciándome lentamente, haciendo que quiera sentirlo más pero mi raciocinio me decía que lo detuviera porque no pararíamos y además que su pequeña hermana estaba en la puerta observándonos de brazos cruzados.

-Liv. –solté nerviosa alejándome de los labios de Noah.

-Liv está bien, amor. –Noah intentó besarme pero lo detuve.

Te adoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora