Ya estaba todo listo para viajar, mi maleta estaba hecha y también tenía permiso de mi papá para usar la Nissan Altima, que él la había llevado para lavar y llenar el tanque de combustible. Podía escuchar a lo lejos como se preparaba mi familia para salir, mientras yo seguía en mi cama.Íbamos a salir con Noah más tarde que mis padres, debido a mi inconveniente de madrugar. Escuché a mi puerta abrirse y mi madre habló.
-Gianna, ya nos vamos, cariño. –avisó.
-Hmm... -me quejé apenas.
-Gianna, te quiero allá para el medio día, ¿me escuchas? –ese era mi padre.
-Está bien. –respondí adormilada.
-Cuídate. –sentí que me dio un beso en la cabeza, o mejor dos.
Mi alarma sonó a las nueve y treinta, y una vez despierta envié un mensaje a Noah.
Yo: Acabo de despertarme, iré en un rato.
Noah: Estoy duchado. Te espero entonces.
Yo: Te amo.
Noah: Te amo más.
Me levanté a ducharme también y al salir de mi recamara pude sentir el calor infernal que hacía. Dejé a mi cabello secarse solo y mandé mi fleco hacia atrás, porque ya estaba largo y no quería usarlo más. Metí mi maleta en la cajuela mientras rogaba que a mi novio no se le ocurriera llevar una más grande, porque tal vez no quepa.
Me puse los lentes de sol, tomé mi cartera y cerré con llave la casa, dejando todas las luces de afuera prendida. Saqué el auto y esperé a que el portón se cerrara para ir hacia mi rumbo.
Cuando llegué a la casa de los Galler, me percaté de que ellos también iban a salir porque Steven llevaba una conservadora a la parte de atrás de su Jeep, donde había bolsos varados dentro.
-Hola. –saludé desde el portón de afuera. Él se giró.
-¡Gianna! Pasa, está abierto. –señaló el portón. Entonces entré.
-¿Van a salir también? –pregunté. Él asintió.
Escuché a Camille avisar a gritos que ya me encontraba allí, ella salió arrastrando una pequeña maleta negra, vi como su marido la tomaba y se dirigió hacia mí, pidiendo que abra la cajuela de mi auto. Se sorprendió en ver mi maleta rosa gigante.
-Noah solo dijo que era hasta el domingo, no todo el mes, Gianna. –lo miré encogiéndome de hombros.
-Soy una mujer, señor Galler. –respondí sonriendo con orgullo.
-Deja ya las formalidades, yerna. –dijo él cerrando el auto y guiñándome un ojo. Señaló hacia la casa. –Ahí viene. –miré en la dirección.
Noah era jodidamente hermoso a la luz del sol y sus remeras blancas. Fui a abrazarlo.
-Debemos irnos. –dije en cuanto vi la hora. – Mis padres nos querían para el medio día, pero definitivamente no llegaremos. Así que... -conté una vez que toda la familia Galler se reuniera en su vereda.
-Bueno, entonces, que se diviertan. –Camille besó mis mejillas. Luego pasó a su hijo, dándole un fuerte abrazo.
-Gianna, te hago responsable de mi hijo. –Steven me habló. Me sonrojé.
-Papá.-escuché decir a Noah en tono quejoso. Reímos.
Nos subimos al auto y Camille una vez más nos dijo que nos cuidemos y que yo prestara atención a la carretera, a Noah que no me distrajera mientras conducía y cosas de madres. Respiré hondo y me digné en conducir.
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Te adoro
RomanceGianna Migliore tiene 17 años. Junto con su mejor amiga, Tarah Jenner, buscan trabajo para sus vacaciones de verano. Los padres de Gianna le dicen que no es necesario que trabaje, pero Tarah le consigue uno no muy común en su país. Uno muy bien pa...