Me encontraba completando rápidamente mis fichas médicas para que mis colegas puedan atender a mis pacientes durante mi ausencia. Me encantaba mi trabajo y lo hacía de buena manera, sonriendo y con letra legible. La puerta de mi consultorio/oficina es golpeado y Valentina, mi secretaria/enfermera, entra.-Doctora, su marido y su hija llegaron. –avisa. Levanto la vista un segundo para sonreírla. Se me aceleraba el pecho de tan solo escuchar que los amores de mi vida estaban aquí.
-Hazlos pasar, por favor. –le digo. Sale con un asentimiento de cabeza y decido seguir completando los espacios en blanco rápidamente.
Dejé a un lado el bolígrafo y tomo el sello para presionarlos en las hojas, dejando una marca de:
Doctora Gianna Migliore de Galler,
Anestesióloga GeneralTrabaja en el Centro Médico Nacional y en un hospital privado llamado La Costa, los cuales había sido mis objetivos desde que ingresé a la facultad.
Justo cuando completo el último documento, dejando mi firma con el sello, la vocecita más hermosa llena mis oídos.
-¡Mami! –dice ella entrando, con su vestido amarillo revoloteando, hasta mi asiento. Me giro en la silla y la agarro justo a tiempo cuando brinca hacia mí.
-¡Hermosa! –digo correspondiendo a su abrazo.
Ella es Soraya Galler, princesa del sol y la luna. Hija del Noah Galler y mía, Gianna Migliore. Tiene cuatro años y es producto de un amor verdadero. Nació días después de haberme recibido como Anestesióloga, luego de unos de doce largos años más de estudio.
-Papá compró helado. Pero no le digas que te dije, porque iba a ser sorpresa. –dice ella por lo bajo, pero no lo suficiente para que el hombre de mi vida lo oyese.
-So, te escuché. –dice él mientras se adentra al despacho blanco que me toca como oficina y consultorio, iluminando su presencia con ese pantalón de mequilla gris, su camisa blanca desabotonada en el cuello y remangada hasta los codos.
Él era todo un dios griego, podría decir que se trataba de mi Christian Grey.
-Pero, papi... si yo no dije nada. –reprocha ella bajándose de mi regazo para que me levante.
-¡Mi amor! –le digo correteando hasta él, y esta vez yo lanzarme en sus brazos.
-¿Lista para irnos, rayo de sol? –pregunta mientras sus manos se posan en la parte baja de mi espalda y choca su frente con la mía.
-Sí. –le respondo dándole un beso en la boca, necesitándolo desde la mañana. ¡Hace diez horas nos habíamos dado el último beso!
Me había casado con Noah al terminar la facultad de medicina, seis años después de comenzar la universidad. Él me lo había pedido después de su fiesta de graduación. Obviamente dije que sí, casándonos así dos años después. De regalo de bodas habíamos recibimos por parte de nuestros padres una pequeña casa, la cual para los dos nos iba más que bien los primeros tiempos hasta hace cuatro años, cuando llegó Soraya.
Después de casarnos, no tuvimos tiempo de ir de luna de miel formalmente ya que yo me encontraba estudiando y trabajando a la par de Enfermera Anestesista, para recibir mi primer título después de cuatro años más de estudiar. Ya iban diez estudiando en la facultad. Pero de todos modos teníamos nuestras noches con el amor de mi vida, quien pudo haberme decepcionado un poco la primera vez que decidimos hacer el amor...
-No sabía que eras... -había dicho después de terminar. Fue apenas en el primer año de facultad, aún tenía dieciocho años cuando se lo entregué, liberando toda la endorfina.
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Te adoro
RomanceGianna Migliore tiene 17 años. Junto con su mejor amiga, Tarah Jenner, buscan trabajo para sus vacaciones de verano. Los padres de Gianna le dicen que no es necesario que trabaje, pero Tarah le consigue uno no muy común en su país. Uno muy bien pa...