My Guardian Angel

Capítulo 23.

- Bueno Draco, me tengo que marchar.- Dijo Hermione desde el salón mientras se encontraba frente a la chimenea revisando si había cogido todo lo que le hacía falta.

-De acuerdo, espero que salga todo bien, con todas estas cosas que están pasando no hemos tenido mucho tiempo para nosotros.- Dijo el mientras se acercaba a a la chica y depositaba un beso en su frente y luego otro en sus labios.

-Lo se, pronto tendremos todo el tiempo del mundo. Sólo tenemos que esperar un poco a que el plan funcione y nos libremos de los Downer, luego podremos vivir como se debe.- Dijo ella y le dio otro beso después de separarse de él y sonreírle.

-Vale.-Dijo respondiendo a su sonrisa.

-Y ahora, sabes que tenemos que ponerlo todo en marcha y esperamos que funcione todo. Quiero saber que quieren exactamente de nosotros esos tipos.- Dijo ella separándose de él y cogiendo decidida un puñado de polvos flú.

-Ya sabes, si sucede algo no dudes en mandarme un patronus.- Le dijo él mientras ella entraba en la chimenea.

-Por supuesto, hasta luego.- Dijo ella sonriendo y guiñándole un ojo.

Hermione desapareció y volvió a aparecer en el ministerio luego de decir las palabras correspondientes. Hizo lo que habitualmente hacía por la mañana. Se dirigía a su despacho saludando a conocidos y entró a su despacho, pero cuando se dio la vuelta al cerrar la puerta se sorprendió. Harry estaba en su silla sonriendo, al parecer llevaba esperando un rato.

-Pensaba que había usted olvidado a sus amigos señor Potter.- Dijo la castaña mientras depositaba en su escritorio su maletín y su bolso.

-Eso piensa Ginny, como no la has visitado...- Dijo él sonriendo.

-La verdad es que lo siento, pero están pasando muchas cosas Harry, Draco y yo estamos en peligro, o eso creemos, no sabemos si esa amenaza era sólo para nosotros. Hemos estado por aquí algo ocupados intentando solucionar todo esto.

-¿Qué pasó Hermione? ¿Cómo que en peligro? ¿Amenaza? ¿Qué hay que hacer? ¿Por qué no nos lo habías dicho antes? Ron también está preocupado.

-Pues... El otro día llegó una carta a la mansión diciendo que iba a comenzar nuestro sufrimiento. Lo hemos tomado como amenaza. No tienes que hacer nada Harry, tu tienes tus problemas en tu casa y con Ginny, además no queremos poner a alguien mas en peligro, con Percy, Draco y yo nos basta. Y con lo de Ron... Dile que no se preocupe.- Dijo ella contestando a todas las preguntas que el pelinegro le había formulado anteriormente.

-Pero puedo ayudar, si es necesario puedo hacer que todos los aurores colaboren y pillemos al sujeto que os amenazó. Hermione, me hace falta una de nuestras aventuras. Sabes que puedo ser útil.- Insistió él.

-Está bien Harry... Tenemos que reunirnos todos.- Dijo ella rodando los ojos. Sabía que su amigo tenía poca capacidad de persuasión.

-De acuerdo.- Dijo sonriendo con satisfacción. ¿Por qué no ayudar a la amiga que siempre estaba para él y le ayudaba en todo? Creía que era hora de devolverle todo.

-Por cierto, no debes decirle a nadie más sobre esto. Si contratamos a tus aurores, éstos deben prometer confidencialidad, creemos que no tiene que saberlo mucha gente.- Dijo ella sentándose en la silla que se encontraba al frente de su escritorio pues Harry estaba en la suya.

-No debes preocuparte por ello, no es la primera vez que deben ocultar las misiones en las que trabajan.- Dijo tranquilizándola.

-De acuerdo. Por cierto, dile a Ginny que lo mas pronto que pueda le visitaré porque tengo mucho trabajo. Tampoco puedes decírselo a ella. Si comienza a sospechar algo hablaré con ella. ¿De acuerdo?.- Preguntó y él asintió enseguida.

-Por supuesto, mejor te dejo para que empieces con tu trabajo y yo iré a hablar con todos los aurores.- Dijo Harry despidiéndose de la chica con un beso en la mejilla y saliendo del despacho casi enseguida.

Hermione miró todo el papeleo que se encontraba sobre su mesa. Sabía que no podría concentrarse, pero debía hacerlo. No debería estar nerviosa por lo que vendría a continuación...