Octubre

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Estaba acostado en la cama leyendo. Era algo tarde, cuando alguien empezó a tocar mi ventana (Probablemente era Will). Cuando me acerque a la ventana, vi que no era Will si no que tocaba Dimitri. Me sorprendió que estuviera en mi casa a estas horas. Abrí la ventana para que pudiera entrar y preguntar qué pasaba.

Dimitri entro por la ventana y debido a su altura se dio con el filo de la ventana. Hizo una mueca porque debió dolerle. En cambio no pude evitar soltar una carcajada.

-Hey! No te rías de mi dolor-

Logre calmarme un poco y pude preguntar.

-Dimitri ¿Qué haces aquí?-

-Bueno, estaba por el vecindario...Bueno, no. Solo quería verte-

Me ruborice de inmediato por sus palabras. Siempre tenía la habilidad de hacer que pareciera un semáforo en señal de alto. Cuando iba a responderle, me interrumpió.

-Es que... No sabía nada de ti, te envié mensajes pero no respondiste-

-Bueno, estoy castigado, Me quitaron el teléfono. Así que no te pude escribir-

-¡Oh!, Ok. Ahora me siento tonto. Que mal que te castigaran-

-No te preocupes, solo son 2 semanas. No es para tanto-

Me acerco a él, nuestra diferencia de estatura era más notoria. El me lleva como unos 20 cm. Alargo el brazo y toco su mejilla.

-No te sientas tonto, es muy lindo en realidad-

Nuestras miradas se encontraron y duraron enlazadas por unos minutos. Solos los dos en nuestra pequeña burbuja. Dimitri acerco su rostro al mío y unió nuestros labios en un tierno beso. Sus labios eran exactamente como los recordaba, suaves y dulces. Era un beso lleno de cariño. Sus brazos se acomodaron en mi cintura, mientras los míos se enroscaban en su cuello y mis manos vagaban por su cabello. De un momento a otro Dimitri profundizo el beso. Ya no era uno tierno. Si no, uno lleno de pasión. Me besaba como si estuviera hambriento. Hambriento de mí.

Sus brazos que antes reposaba en mi cintura, se aventuraron más hacia el sur. Con ambas manos tomo mi trasero y le dio un estrujón haciéndome gemir en el beso. Nos separamos para recuperar el aliento y lo mire. Mejillas sonrojadas y ojos llenos de lujuria me daban la bienvenida. No necesitaba un espejo para saber que yo estaba igual.

Hundió su cara en mi cuello, besaba y mordía todo su camino. Ya para ese momento ya gemía sin control. No me importaba si mis padres me escuchaban. Solo me importaba él y sus grandiosas manos por todo mi cuerpo. Sin darme cuenta ya no tenía camiseta. Dimitri pasaba sus manos por mi pecho y repetía todo el proceso que había hecho con mi cuello llevándome al éxtasis. Aunque me encantaba sus atenciones, no quería ser único medio desnudo. Quería tocarlo, hacerlo sentir bien. Quería que hiciera sonidos de placer y sentirme orgulloso de que era por mí que lo hacía. Sin pensarlo le quite la camiseta o el verbo correcto sería arrancar. Dimitri soltó una risita por mi impaciencia pero no dijo nada. Estamos en tal sincronía que no había necesidad. Ahora sin camisa pude admirar su cuerpo. Su delgado cuerpo estaba en muy buena forma, me hipnotizaba sus increíbles pectorales y abdominales. Una sonrisa maliciosa apareció en su hermoso rostro, al parecer se había dado cuenta de lo mucho que me gustaba lo que miraba. Sin vacilación me tomo de la cintura y me jalo hacia su duro pecho. Tomo posesión de mi boca con lujuria mientras sus manos jugaba con en la banda de mis shorts como si aún no decidía si bajarlos o no. Así que tome la decisión por él, en un movimiento rápido mis shorts con golpe sordo cayeron al suelo dejándome parcialmente desnudo frente él. La vergüenza era agua pasada y menos me afectaba cuando Dimitri me miraba como si fuera la cosa más hermosa del universo. En un momento estaba de pie frente y en el otro me sostenía en sus brazos. Rodee por inercia mis piernas en su cintura y lo bese como no lo había besado antes. Era una mezcla de dulzura, pasión y deseo. Hice un recorrido de besos y mordidas desde su cuello hasta el inicio de la mandíbula. El solo jadeaba pero cuando mordí el lóbulo de su oreja, un sonido ronco desde el fondo de su garganta llego a mis oídos podía asegurar que llegaría al climax ese momento.

Nos acercamos a la cama y caímos en ella. Yo entre las almohadas y el encima de mí. Continuamos besándonos sin parar, ya no sabía lo que estaba haciendo. Solo quería que Dimitri siguiera haciendo todas esas cosas que me hacían sentir tan bien. Ya la ropa estaba regada por toda la habitación y nuestros cuerpos desnudos hacían una danza especial bajo las sabanas. Ahora ya entendía porque la gente estaba loca por esto. O tal vez no era el acto si no con quien lo hacías. Tenía los ojos cerrados porque la sensaciones me sobrepasaban y tenía que procesarlas. Sentía sus manos en todas partes, hasta en lugares donde solo yo lo había hecho.

-Abre los ojos, Necesito que veas en este momento- Su voz era profunda y rasposa

Cuando abro los ojos, ahogo un grito. El chico que estaba encima de mí, no era el mismo. Su cabello rubio ahora era negro azabache y sus ojos dorados habían cambiado a un azul índigo. El chico que había cambiado de puesto con Dimitri era Will.

En ese mismo instante Desperté.

Lo se Tess, lo que te estoy contando es extremadamente extraño. No es porque no haya tenido sueños húmedos porque entonces te estuviera mintiendo pero nunca tenían rostro. Y menos había soñado de esa forma con Will. No sé qué me pasa. Tal vez esa conversación de Sexo de ayer me afecto de una manera considerable. O Estos 17 años de celibato me están haciendo daño. Creo que dejare leer libro eróticos por un tiempo.

Definitivamente no sé cómo hare para mirarlos en la cara hoy.


 


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Hola Mis lectores.


FELIZ AÑO.


Los Quiero un montón a todos. Los que me comentan o votan y también los fantasmas.


Espero que el 2016 sea aun mejor que este.



Tessa...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora