hermano (ls)

Capítulo 4

Cosas de hermanos.

Dos años y medio después.

Recientemente ha descubierto algo que no es de su agrado. Louis no es estúpido y analiza perfectamente el comportamiento de todos esos otros seres que estorban con sus imperfecciones en el mundo. Las mujeres, se le quedan viendo como estúpidas.

Se imagina a sí mismo saltándoles encima con su cuchillo para rebanarles la cabeza y espiar con el filo en sus cerebros, deshacer poco a poco cada una de las conexiones que envían estímulos sexuales en su dirección. Hacerlo no le causaría problema, y siempre se complace de entrar en una conversación interesante con las voces sobre nuevas y llamativas formas de despedazar una indeseable mujer.

Pero no lo hace, porque desagradablemente, son demasiadas. Una gran perdida de tiempo.

Matarlas a todas conllevaría toda una semana, y él puede deducir que habrá más, lo cual es un enigma para Louis.

¿Qué tiene él de llamativo para las mujeres?

Su piel siempre tiene tono bronceado y aun así su rostro luce pálido en contraste con sus ojos azules y fríos, sus labios son muy delgados y casi desaparecen cuando los frunce, es muy desordenado respecto a su aspecto físico, dejando en un revoltijo su cabello y la escasa barba que olvida recortar.

Aunque es muy limpio. ¿Quizás eso llama la atención? ¿Estar limpio?

Hace un sonido de disgusto con la lengua. Su bebé es un niño tan precioso y limpio, que Louis no puede mas que cuidar un poco de si mismo, para estar presentable ante él. Razón por la cual va al gimnasio los martes y los jueves, por la que recuerda de vez en cuando, que su cuerpo es un medio que necesita combustible para funcionar bien y que su hermanito arrugara la nariz y lo señalara con su dedito si no se alimenta.

Todo lo hace por su hermoso Harry, su pequeño hermanito; no para ser observado por esas desagradables mujeres.

- ¡Mh! ¡mhuh! ¡hghm!

Louis meneo su cabeza ligeramente, escapando de sus cavilaciones. Observó a la mujer que tenia frente a él.

Tenia una falda blanca deportiva, unas zapatillas Nike y un top negro de ejercicios.

-No pretendía cortar ahí -dijo-. Fue mi error.

Saco el pequeño cuchillo que enterró sin cuidado en el abdomen de la castaña -que tenia amarrada en el sótano de la bodega -, lugar que le sirve tanto para trabajar como para dormir. Entrecerró los ojos y se concentro, abriendo paso a las voces.

Entonces, repaso el filo del cuchillo con su dedo indice y procedió a colocarlo suavemente sobre el lugar punteado en la muñeca derecha de la castaña. Se dio un segundo para observar sus ojos marrones, rojos e inundados en lágrimas, con el terror y la ansiedad presentes en cada uno de los espasmos inquietos que daba su cuerpo sobre la mesa en la que está firmemente amarrada.

-Esto si es lo correcto -habla despacio, dejando que su tono de voz bajo y entre cortado a falta de uso se mezcle con los gemidos lastimeros de la joven-. Usted me toco.

Louis alzo el martillo que tenia en la mesita continua, lo planto sobre la parte superior del cuchillo, y dio un golpe fuerte.

La mano se desprendió del brazo en un sonido bastante hueco que se confundió con el chillido ahogado de la victima, dejando un reguero de oscura sangre sobre la superficie de la mesa, goteando hasta el suelo.

(...)

Harry se mira al espejo, detallándose a si mismo con demasiada sospecha. Su cuerpo ha cambiando los últimos días, se si siente muy raro; su cintura es pequeña y sus piernas son más largas y delgadas,el color de su cabello se esta oscureciendo pero conserva iluminaciones rojizas que contrastan con el sol en sus cada vez mas desordenados rizos; las lineas de sus labios se ensancharon con un tono mas rojizo, el color de sus ojos se intensificó y la curiosa mirada verde parece además desconcertada cuando se la regresa a sí mismo a través del vidrio.