Capítulo 9 (I)

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Te quiero. Te amo. Te necesito; por eso, en un futuro, quizás destruya el mundo... o a ti.

- ¡Mgh!...

La habitación tenia cierto grado de temperatura que llamaba peligro completamente. Harry intentaba recordar el listado de frases en francés que debía aprender para el examen que tendría el día siguiente; sus manos subieron por los costados, se deslizaron con cuidado por cada pedazo de piel, apretaron el cuerpo duro y se perdieron espalda abajo, empujándose con mas fuerza hacia adentro.

-Un...-murmuro Harry, el aire escapando de sus labios y chocando contra un hombro oscurecido de tinta-. Deox...trois... quatre... ¡cinq!

Un grito se escapo de los labios del menor cuando otra mordida en su pezón lo hizo retorcerse. Seis, siete, ocho, nueve...veinte mas. ¿Cuántas mas? Mas, mas, mas.

-Mordre... ma peau.... -dijo Harry, sonando como un lloriqueo incontenible. Se aferro lo mejor que pudo, desestabilizándose cuando el cuerpo grande y duro se alejo.

Los ojos azules, de pupilas borrosas, negras y enormes. Los sonidos eran violentos, fuertes. Louis observo el cuerpo desnudo y sangrante de Harry sobre la cama, lo atrajo a sus brazos y lo empujo con fuerza contra el cristal del ventanal. Entro en el dilatado agujero sin mas, dándole nuevamente la bienvenida al calor y la estrechez agónica, placentera. Un ruido bestial abandono sus labios y murió en la garganta de Harry cuando este empezó a penetrarse a si mismo con movimientos constantes y violentos, saltando y chocando contra el abdomen de Louis, golpes rudos contra el vidrio, una lucha de lenguas, saliva, dientes, uñas y sangre.

Todo lo que mis manos puedan tocar, todo lo que mi cuerpo pueda sentir, todo lo que mis pensamientos pueden crear...

-Lou...-chillo, impacientándose. Harry sabe que puede llegar mas hondo, que puede ser mas placentero, mas doloroso, mas perfecto-. Yo quiero...quiero...

-Lecciones de francés, bebé-dijo Louis, repartiendo lametones y mordidas pequeñas por las mejillas de Harry, sin perderse de sus ojos verdes bañados en deseo-. Hazlo bien, o me enojare amor.

Harry suprimió una queja y entreabrió sus labios, pasándose la lengua por ellos y lamiendo la sangre que empezaba a gotear por su cuello.

-Penetre plus fort... frere -pronuncio con dificultad, con sus pensamientos enredados igual que sus piernas y brazos al cuerpo de Louis-. ...Mon frere...

Louis apretó sus manos a las caderas de Harry, sin control. Salio en un movimiento brusco y giro a Harry contra el ventanal, omitiendo la vista del jardín y los arboles de la residencia. Rozo su pene caliente contra la espalda de Harry, atrapando entre sus dedos la desatendida y goteante erección del menor, apretó la punta mientras sin aviso entraba y se mantenía adentro quieto, esperando.

Le gustaba eso, a él y a las voces les gustaban esos momentos, en los que torturar a Harry se volvía tan erótico y único, que todo lo demás cobraba sentido. Su bebé no era ya un ángel, no en momentos como esos, y eso lograba trastocar sus pensamientos y derrumbarlo, someterlo y someterse a eso, a un cumulo de dolor, falta de oxigeno y sangre, mucha sangre, la sangre de su pequeño. Todo se resumía en eso, en sentirse el uno al otro en posiciones en las que ambos eran un revoltijo de piel y color rojo, con emociones vibrantes y chispas de locura.

Harry apretó los ojos, con un dolor palpitante en la cabeza, en el ano, en todo el cuerpo.

¡si!

-Je t'aime, Loui...

Porque la piel de Louis es cálida, suave, reconfortante. El dolor es solo una prueba de que ambos están ahí, sintiéndose; una confirmación de que todo es real, un modo de alejar el miedo y el horror que serian sus vidas si no estuvieran juntos.

hermano (ls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora