hermano (ls)

Capítulo 3

Harry & Louis.

"Esta muy oscuro. Arrastro a Boo por el suelo apretandolo solo de una pata; hay muchos ruiditos y estoy buscando a mi hermano Louis.

Mami Jay y Papi lloran y gritan y me dan miedo, una mano me aprieta mi pie y Boo y yo nos caemos. Me duele mi frente porque me la lastime con algo duro, abro mis ojitos que cerré cuando caí y veo que Papi esta sonriéndome.

Yo le sonrío también y quiero tocar su cara, me gusta porque su nariz es muy chistosa, como la de pidoc...pi-no-cho, el muñequito de la nariz larga del cuento que me conto mi hermano. Estiro mi manito y cuando estoy acariciando la mejilla de papi, su piel se pone roja y se llena de agujeros que se estiran y son viscosos.

¡No! ¡no! ¡papi malo! ¡suelta mi mano! ¡Louis! ¡hermano! ¡tengo miedo!

-Hijo, Louis no vendrá aquí.

Papi me da un besito que no quiero y sus ojos se abren mucho y explotan, salpicando en mi pijama y entrando en mi boca. Mami Jay aparece y me aplasta contra ella, haciendo que mi piel me arda y se ponga caliente.

-Tú no vas a ser muy diferente. Tu también vas a abandonarlo -dice mami Jay, mientras mi piel se derrite, pero no entiendo porque me dice esas cosas-. Eres peor, mucho peor.

Sus ojos explotan, igual que los de papi; pero sus manos me siguen apretando, arrastrándome hasta un lugar mas feo lleno de gritos.

¡HERMANO! ¡POR FAVOR! ¡SERÉ BUENO! ¡TENGO MIEDO! ¡HERMANO!"

- ¡Harry! ¡Harry! ¡Cariño abre los ojos! ¡Aquí estoy tesoro! -dice Anne, bañada en lágrimas, acariciando la espalda de su hijo-. Shhh, cariñito, cálmate, fue solo un mal sueño. Solo una pesadilla amor, aquí estoy.

Ella sigue repitiendo eso una y otra vez como un mantra, mientras Harry llora cada vez mas fuerte, aferrándose a ella con sus bracitos gorditos y los ojos muy abiertos, mirando a ningún punto en particular.

-Todo esta bien ahora mi vida, nada malo puede pasarte aquí conmigo chiquito. Tu mami te cuidara.

Harry desenreda los brazos del cuerpo de Anne, mirándola con sus ojitos verdes bañados en lagrimas. Ella es muy bonita y huele a pastelitos recién horneados y a masa para galletas de chocolate; pero no puede quererla. Su hermano dice que solo él puede cuidarlo, que solo a él puede querer.

-Pe-perdón señora Anne -dice Harry con su voz gangosa y suavecita-. No vo-volveré a llorar.

Anne pone una sonrisa brillante y maternal, conmovida y preocupada al mismo tiempo.

-Esta bien hijo, cuando tenemos pesadillas, lloramos y eso no es malo.

Harry seca sus lagrimas con el puño, sorbiendo por la nariz.

- ¿Los grandes también lloran, señora Anne?

-Claro que si pastelito, todos, en algún momento, lloramos -responde, moviéndose sobre la cama de su hijo para cargarlo entre sus brazos-. Eso es algo bueno, ayuda a que nos sintamos mejor después.

El pequeño asiente sin decir nada mas, dejando que Anne lo lleve cargado a la cocina, donde le prepara leche con chocolate caliente. Ella le habla de varias cosas a la vez para mantenerlo distraído, pone un canal donde solo dan dibujos animados las 24 horas hasta que el pequeño se queda dormido, esta vez sin mas pesadillas que perturben su descanso.

Tras llevarlo de regreso a su cuarto y acostarlo en su camita, ella se permite suspirar y observar. Si no fuera tan pequeño, Anne se preocuparía -mas de lo que ya lo hace-, por todas las veces en las que entre sueños, Harry ha llamado a ese demonio con tanta convicción y desespero, que ella cree que puede sentirlo ahí, entre las sombras, vigilando cada cosa que su hijito hace; y eso realmente le asusta.