hermano (ls)

Capítulo 18

Es tiempo de movilizar el juego. Poner en jaque las verdades y tender un par de trampas. ¿Tengo paciencia, sabes? Mi lado no esta en tablero, soy el que ha organizado la partida, quién disfrutara viendo al que pierde primero.

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"Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duela el alma por extrañarle"

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"Esperó, esperó y esperó dentro de la casita del árbol, con la cadenita de su mami entre las manos. Ella dijo, portate bien, haz caso a papi y ve afuera, ella prometió que volvería por él, ¡ella había gritado a papá muchas veces, diciendole que el arma no debía estar cerca de él! Entonces, ¿Por qué papá le dio el arma que pesa tanto? No sabe, pero no tiene miedo, porque el señor de ojos azules le dijo que a él no le pasaría nada. Lo prometió, y por eso no esta asustado, no mucho.

¿Por qué escucha a su mami gritar, a su papi decir palabrotas, a sus abuelos llorar? ¿Por qué nadie más los escucha?

Espero más, mucho más, y le dio sueño, sus ojos se cerraron, y cuando volvió a abrirlos, el señor de ojos azules lo estaba mirando, encogido dentro de su casita del árbol. Tenía manchas rojas en todo la ropa.

-Señor -le dijo, tallandose los ojos y aferrando el arma y la cadenita con una misma mano-. ¿Ya puedo ir a ver a mami?

-Asesine a mami niño -respondió el señor de ojos azules, acercándose a él lo suficiente para que el pasamontañas negro resaltara con el color azul de sus ojos-. Te daré una nueva oportunidad, para que crezcas con alguien que va a quererte.

-Mamá y papá me quieren -murmuro, con ganas de llorar-. ¿Ya no los veré más?

-No. Pero verás al tío Liam.

-Papi me había hablado de él, dijo que hizo cosas muy malas, que ya no podía ser de nuestra buena familia.

El señor de ojos azules se arrodillo frente a él y saco de detrás de su espalda una fotografía manchada de sangre. Ahí se veía a la perfecta familia Payne, en el diciembre anterior, reunidos alrededor del árbol, y la puso en el suelo frente a él.

-Metete esto en la cabeza, niño. Hay dos tipos de personas en el mundo, las que ven sus defectos en los otros y por eso los señalan -se quita el pasamontañas y enseña su rotro de rasgos simétricos y descuidados-. Y los que ven sus propias fallas, y hacen algo respecto a ellas. Yo hago algo con las mías -se inclina y junta su rostro bien al del niño, para que lo vea, para que nunca se olvide de él-. Estoy creando posibles fallas para ti, dejandolas pedazo a pedazo sobre una mesa. Elige con cuidado niño, lo que vas a hacer con ellas en el futuro -se aleja solo un poco, preparado para empezar a dar indicaciones-. Mi cabello es oscuro, mis ojos son café, casi amarillos, y soy muy alto y delgado. ¿Me veo así, niño?

Kennan niega, asustado, sin entender nada. ¿Podría ir a buscar a su mami ahora? ¿Si estaba muerta entonces significaba que ya estaba viviendo en el cielo, tomando sopa de nube, igual que su perrito Thor?

El señor de ojos azules gruñe con fastidio.

-Así es exactamente como me veo, es lo que dirás cuando te pregunten, ¿Lo entiendes ahora? Ojos café, cabello oscuro, alto y delgado. Repítelo.