Capitulo XVII: Esclavo

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– Hasta pronto verónica, espero compartir más contigo

– Igualmente Saul – Respondí bajándome del auto

– Amor, feliz tarde nos vemos ahora, no olvides que veremos la casa a eso de las cinco de la tarde – dijo la zorra plantando un beso en los labios de Anthony

– No lo olvido, estaré ahí

Yo avancé sin esperarlo, y el parecía sereno, pero una vez que el auto de Saul arrancó, comenzó a caminar apresurado, diciendo mi nombre entre dientes, pero no le hice caso al menos hasta que llegamos a mi oficina.

– ¿Esto es lo que quieres para mí? ¿ lo que crees que merezco? Que bien disimulas frente a tu novia, pero cuando ella no está me envías flores con notas ridículas, ¿que quieres? ¿que cuando ella se vaya me lleves a correr a mitad de la noche? Todo esto es maravilloso Anthony, pero cuando ella aparece se vuelve basura

– ¿Que se supone que debo hacer?, no se como lidiar con esto, no te quiero fallar pero...

– Vete de mi oficina, y esta vez hablo en serio, largate

– Verónica, yo encontraré la manera de que esto me haces sentir sea posible – Se estaba acercando mucho a mi rostro, y eso era para mi el equivalente a la criptonita para SuperMan.

– Aléjate de mi

– Mirame a los ojos y dime que me aleje de ti – Me hipnotizó por completo, su pupila era oscura y cada vez más grande

– Yo.. Tu.. No.. – Estaba balbuceando como una tonta

– Tus manos tiemblan verónica y están frías, justo como ayer. Mi corazón rebota tanto que puedo oírlo, justo como ayer ¿y sabes cuando suceden estas cosas? – Hizo una pausa acompañada de un respiro desesperado – Cuando estamos juntos – Respondió a su pregunta rozando mi mejilla

Mi enojo seguía en mis recuerdos pero mi corazón estaba limpio de cualquier sentimiento negativo hacia el Anthony, funcionaba como una especie de filtro desde mi cerebro hasta mi corazón evitando que ni siquiera una pizca de razón influyera en mis emociones

– Buenas Tardes, te traje algo, me preocupa que no hayas comido – Dijo Tania, entrando a mi oficina sin tocar, eso se estaba volviendo costumbre. Al escuchar su voz, Anthony tomó un poco de distancia.

– Me alegra que apoyes mi idea, gracias por venir a decírmelo en persona, Feliz tarde socio – Dije volteando el rostro hacia la puerta para indicarle que se fuera

– Buenas tardes Sr. Miller – Dijo Tania ruborizada

– Buenas tardes bailarina – Fue lo último que dijo Anthony antes de salir de mi oficina

Este ultimo comentario dejó las mejillas de Tania en rojo carmesí

– ¿Que demonios fue todo eso? – Preguntó con los ojos abiertos como platos

– ¿De que hablas?

– ¡YA BASTA! no puedes hacerte la loca todo el tiempo, los vi ¿crees que se hicieron invisibles cuando pasé por esa puerta? tomaron distancia, es cierto, pero vi lo cerca que estaban y como se miraban, ademas, ésta mañana te invito a comer ¿fueron?

– Tienes razón Tania, no puedo seguir callando todo, confiaré en ti, estoy enamorada de Anthony pero dudo que él sienta algo por mi.

– A mi me parece que él no te quita los ojos de encima, ni cuando fuimos a la fiesta de Marcela, ni ayer en el evento o la fiesta, incluso cuando estaba bailando conmigo me dijo lo bella que eras y lo estúpido que era Manuel, de eso nos reíamos y créeme no dejaba de mirarte

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