Capitulo X: Peligrosa Alianza

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Tania aún se encontraba temblando producto de todas las emociones que le produjeron aquellos recuerdos.

– Tania, Ya tranquilízate, puedes confiar en mí, considérame tu amiga.

– Pero.... Srta. Moore

– Verónica, así me llamo, quiero que me llames por mi nombre, guarda las formalidades para Laura. Además, somos de la misma edad, o bueno eres un poco mayor pero no para tanto – Le dije en tono de confianza – Se me ocurre algo divertido, ven, subamos a mi habitación.

Tania me siguió hasta la habitación, pero se quedó parada en la puerta con la mirada hacia el suelo.

– Ven Tania, no seas tímida, pasa.

– Está bien, dígame que desea.

– Oye, creo que quedamos en que me dirías verónica ¿o no?

– Está bien, Verónica, dime que hacemos aquí.

–Te presento mi closet, es el mejor calmante ante cualquier problema, será como ir de compras pero dentro de esta "humilde" morada.

– ¿Qué insinúas? No entiendo.

–Anda pruébate lo que sea, lo que te guste te lo obsequio.

–No no es prudente, usted es mi jefa.

–Por favor Tania, ya me hacía falta tener una amiga, aunque realmente nunca tuve una, pero sería divertido ¿no crees? – Fui por un par de jeans envejecidos con corte alto, unas sandalias blancas de tacón grueso y un kimono estampado rosa floreado con una blusa crema de fondo – Esto te irá bien, póntelo.

Tania lo miró un par de veces, hacía gestos de desaprobación, pero en una parte de ella se veía que ansiaba probarse no solo ese si no todo el resto de la ropa que había en el armario.

Un par de minutos después, fue a uno de los vestidores, dejó volar su uniforme de mucama y comenzó a vestirse, y a los pocos minutos salió un poco apenada.

– ¡Tania! te queda muy bien, pero tienes que soltarte esa trenza y estarás lista – Fui hasta donde estaba y le deshice la trenza – ¡Guau! ¿Qué se hizo Tania? – Dije mientras me reía – Ven mírate al espejo.

Tania, realmente estaba disfrutando el momento, no es que me callera muy bien, pero pensé que si me iba a quedar en Londres al menos necesitaba alguien en quien confiar, además que la amistad de Tania podría serme útil en cualquier otro momento.

– Realmente si me veo bien – Admitió apenada – ¿Tienes maquillaje? – Preguntó

– No estoy segura pero por aquí debe haber, ayúdame.

Buscamos en el closet hasta que dimos con un compartimiento totalmente nuevo para mí, tenía un control remoto adherido y comencé a presionar todos los botones para intentar operarlo, y el armario comenzó a girar dejando al descubierto más ropa, pulse el mismo botón una vez mas y apareció toda una sección de maquillaje, prendas, zapatos, gafas y bufandas, era todo un mundo de la moda, encerrado en ese armario.

– Ok, esto nunca deja de sorprenderme, ¿sabías que esto estaba aquí?

– No, no lo sabía, jamás había visto nada igual.

– Bueno, bienvenida, allí está el maquillaje que me pediste.

Tania se acercó al mostrador que exhibía el maquillaje. Tomo unas cuantas cosas y dijo:

– Mi sueño, era ser maquilladora, en honduras trabajé en el salón de belleza que tenía mi madre, hice varios cursos y digamos que soy buena.

STALKER: Mas que un juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora