67 "Amor"

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—¡Mamá avanza, estamos tarde!— Grité desde la primera planta y miré mi reloj por décima vez.

— ¿Cuál es la prisa?— Dice Gemma caminando hacia a mí.

— Voy a ver a Louis.— Conteste. Ya Gemma sabía quién era Louis y le había contado todo lo que había pasado ayer, ella se puso como loca cuando le dije que  Louis era mi novio, empezó a gritar '¡Lo sabía, lo sabía!" Y luego me abrazo y me felicitó.

—¡Ya estoy aquí!— Mamá baja las escaleras con suma prisa.— Ya está, vámonos. Gemma cuida la casa, si tu papá viene...dile que fui a comer con Harry.

Gemma asiente.

—¡Qué la pasen bien!— Dice Gemma y yo ruedo los ojos.

— Adiós Gemma.

Mamá me dio las muletas que estaban guardadas en su cuarto y pusimos irnos. Tal vez lo de las molestas sea una exageración pero en serio duele. Y los moretones que tengo en mis rodillas no ayudan en nada. Cuando entré al auto, mamá pone las muletas en la parte de atrás de auto y con eso pudimos ir en marcha al hospital.

Llegamos al hospital en menos de diez minutos. Anne me ayudó a salir del auto.

Rápidamente entramos al hospital, no tenía que preguntar por el número de habitación, ya que ayer estuve con él y memoricé el número.

Mamá me abrió la puerta y entré. Estaba Aleisa y Johanna a su lado.

— ¡Harry!— Grita él cuánto me ve y voy a donde él y alcancé a darle un beso en su cabeza.

— Hola.— Sonreí.

— ¿Porque estas en muletas?— Frunce su ceño.

— Mi tobillo.— Hice una mueca.— No está nada bien.

— Es mi culpa.—

— No es tu culpa.— Me apresuro a decir.— Salvaste mi vida.— Acaricié su cabello.

Él sonrió.

— Harry, siéntate aquí. Ya yo me voy.— Dice Aleisa parándose en la silla.

— Gracias.— Respondí amablemente y me senté y puse las muletas en el piso.— Louis, ella es mi mamá, Anne.

— Hola.— Dice mi madre agitando su mano saludando. Louis sonríe tímido. Besé su mejilla.

— Mamá, ella es Johannah, madre de Louis.— Mamá saludó a Johannah.

— Yo iré a comer algo, para que tengan algo de privacidad.— Dice Johannah.

— Yo te acompaño.— Le siguió mi mamá y nos quedamos solos en el cuarto.

Me giré a verlo.

— Bueno, ¿Cómo es-

Sus labios se pegaron con los míos y nos quedamos variados segundos besándonos.

Poco a poco él se separa de mí pero no se aleja.

— Al fin. Desde que entraste por esa puerta he querido comerte a besos.— Susurra contra mis labios y yo sonrío y lo beso de nuevo.— Ouch.

Me separo de inmediato de él.

— Trata de no moverte mucho, no quiero que tus costillas se lastimen más. ¿Cómo va el golpe en la cabeza?— Hace una mueca.

SMS |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora