Dos

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Elena
-Oye, la de los mocos, ¿cómo te llamas?- digo y la chica se ríe.
-María- dice con una sonrisa mientras se levanta y se sacude los pantalones.
-Yo Elena, encantada- dije estrechándole la mano después de hacer su misma acción.

Sof también se levanta y se presenta.
-Soy Sofía, Sof para los amigos.- dice y nos reímos por lo último.

-Elena, ¿y Paula?- dice preocupada, ya que había pasado bastante tiempo porque estábamos a lo nuestro hablando con María.
-Ehhh no se, la última vez que la ví fue en el suelo- dije, e inconscientemente las tres miramos al suelo encontrándonos una Paula dormida.
Sí señores, no se cómo esta chica puede dormirse en el suelo. Y más si es en una cafetería.

Uno de los chicos que se estaba riendo de nosotras coge una jarra que hay en un lado de la barra y se la echa en la cara.

La víctima, en este caso, Paula, pega un bote y grita:
-¡ME CAGO EN LA LECHE DEL CANGREJO! ¡QUIÉN COJINES HA SIDO!- dice un tanto enfadada. Esta chica si la despiertas, es capaz de dejarte sin generación.

El pobre chico se fue corriendo donde estaban los demás, disimulando cual no haber roto ningún plato.

***

Paula
Estaba soñando con una patata con alas y con bigote cuando de repente siento un tsunami en lo que viene a ser mi cara.

Después de echarle unas maldiciones gitanas al causante de haberme despertado, me levanto y me dirijo a las chicas.

-No habréis sido vosotras ¿verdad?- dije amenazándolas.
-No- dijeron las tres a la vez.
Dan un poco de miedo ya que han respondido sincronizadamente y puse una cara rara.

-Me llamo Paula, encantada.- dije mirando a María y dándola dos besos.
-Yo María- dijo ella imitando mi gesto.

-Entonces, ¿quién ha sido?- dije volviendo al tema anterior mirando a las tres.

-Un chico de esos, el castaño de ojos claros.- dijo María.

Me dirigí hasta el grupo de pringados esos que se han reído de nosotras hace un momento.

-A ver, tú el de los ojos bonitos- dije señalando al susodicho.

La pandilla de pringados se giraron y me miraron con caras divertidas.
Yo, los miré de arriba a abajo con cara de ver mierdas andantes rodeadas de moscas gordas y negras cual carbón.
Ehhhhh vale, no.

-¿Quién, yo?- dijo con cara de sorprendido, aguantándose la risa.

-Sí tú.- dije seria.-Uno, ¿cómo te llamas?, y segundo, ¿por qué me has despertado?- dije.

-Uno, me llamo Blas, y segundo, ¿cómo te has dormido en menos de diez minutos?- dijo sorprendido y a la vez con un tono de gracia en su voz.

-Eh vale Blas, yo he preguntado primero, ¿por qué lo quieres saber?- dije confundida.

Mírame Con Otros Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora