Capítulo 4.

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La alarma comenzó a sonar y Aaron comenzó a maldecir en 50 idiomas distintos.

Las vacaciones de verano habían acabado el día anterior y lo habían pasado entre fans y locuras, al menos estaba alegre de haber aprovechado el último día de libertad.

-¡AARON! -chilló Cameron, abriendo la puerta de la habitación de Aaron de golpe.

-¡Cameron! -Aaron le maldijo desde el suelo, con las sábanas enrolladas por el cuerpo-. ¿Cuántas veces te he dicho que no irrumpas en mi habitación así, puto?

-Lo siento, es que amo despertarte así. -Cameron sonrió, pero la sonrisa se esfumó cuando vio que Aaron se preparaba para lanzarle la almohada que tenía en las manos.

-¡Corre, cobarde!

Aaron quiso correr detrás de Cam, pero no tenía ganas de bajar las escaleras corriendo a las 7 de la mañana.

Se puso el uniforme del instituto, sus queridas vans negras y bajó a desayunar.

-Primer día de universidad y de responsabilidad, ¿serás capaz de hacerlo?

-Me da pereza solo de pensarlo, pero tendré que intentarlo hasta que acabéis el instituto. Aunque si no se me da bien, puede que lo deje.

Cam le guiñó el ojo. Aaron sabía que entre los planes de su amigo no estaba estudiar, que solo iba a la universidad por su familia y porque Mahogany no quería quedarse allí sola.

-Por lo menos puede que en tu clase esté LOX, en la mía no hay nadie de los chicos.

-Míralo por el lado bueno, vía libre con las chicas. Bueno, me abro que no pillo el bus, y a estas horas no hay muchos. ¡ADIOOOOOOOS!

-Nos vemos luego bae. -Reía un inocente Aaron mientras su amigo abría la puerta.

-Awwww, que cosas me dices. -Ponía caras Cameron mientras asomaba su cabeza por el marco de la puerta.

-¡Vete ya por dios!

Aaron se levantó riendo a cerrar, obligando así a que la cabeza de Cameron acabara de salir. Subió las escaleras sonriente para preparar sus libros.

******
 
Nada más bajar del bus, un chico moreno de piel bronceada miraba inquieto a todos lados. Nunca se había molestado en mirar la universidad ya que siempre se excusaba con que quedaba mucho verano por delante para hacerlo. Caminaba con sus gafas de sol, unas bermudas, vans negras y camiseta blanca de manga corta.

-Ei, perdón no te vi. -se excusaba al oír unos libros caer.

-Nono, fui yo. Soy nuevo aquí y...

-Fuera excusas, he sido yo. Por cierto, soy Cameron.

-Noah.

Extendieron sus manos en señal de saludo y siguieron hablando. Cam le comentó las clases que había elegido y Noah miró en las que coincidían.

*******

Las dos hermanas salieron corriendo hacia el bus, que ya había pitado un par de veces en su puerta.

Entraron encontrándose con algún que otro nerd, siguieron andando y llegaron al sector de los más normales, donde ellas deberían ir. Encontraron un par de asientos libres y se cayeron sobre ellos al arrancar bruscamente el  bus.

-¿No estás emocionada? -preguntaba Amaya a su hermana.

-No, obviamente no. Tengo 17 años, ¿de verdad tengo que llevar esta cosa? -se quejaba señalando el uniforme.

-¿Lo dices en serio? ¡Te queda súper sexy!

-No vuelvas a decir eso. -reía Elsa mientras pasaba su mano por la cara de su hermana pequeña.

*******

-Eh, ¿quiénes son esas?

-Mmm. -murmuraba Aaron acomodado en el borde de la ventana, con su sudadera hecha una bola como almohada.

-No lo sé, serán nuevas. -reía Nash.

-¿A por quien de las dos irás? -preguntó Shawn.

-¡Oh chicos! ¿De verdad pensáis así de mí?

-Mmmmm. -Se volvió a oír, pero esta vez era Matt, que copiaba la brillante idea de Aaron de dormir en el bus.

-Chicos, ¿pensáis lo mismo que yo? -preguntó Taylor, mirando a Matt y Aaron con cara pícara.

-¿En despertar a las bellas durmientes? -Hayes se asomó por encima del asiento de Matt, sonriendo igual que Taylor. Le encantaban las bromas.

-Yo tengo algo que puede ayudar. -Carter buscó algo en su mochila y unos segundos después, sacó una trompeta de juguete.

-¿Y tú qué haces con eso en la mochila, Reynolds?

-Jacob aka Ladosblancos me usó de bufón en la fiesta de su primo, no preguntéis. Aquí tienes Tay.

Taylor sonrió y cogió la trompeta, mientras le contaba su plan a sus amigos.

Contaron hasta tres.

Shawn comenzó a cantar con su nota más alta, Taylor comenzó a tocar la trompeta lo más alto posible y Nash y Hayes, que estaban sentados detrás de Aaron y Matt, les taparon la cara con sus chaquetas.

-¡ESTO ES UN SECUESTRO! -chillaron a la vez, Hayes aguantando la risa.

Carter chillaba como si de verdad estuviera en un secuestro. Taylor acabó con el oído reventado, pero no se quejó.

-AAAAH, SOLTADME PUTOS, NO TENGO DINERO -comenzó a chillar Aaron, haciendo lo posible por quitarse la chaqueta de Nash de la cabeza.

-MAMÁ SÁLVAME -chilló Matt, poniéndose de pie sin que los demás lo vieran venir y golpeándose la cabeza con el techo.

-AU -protestó, dejándose caer de nuevo en el asiento. Sus amigos comenzaron a reírse a carcajadas.

-Matt, tío, ¿estás bien? -preguntó Shawn, conteniendo la risa.

-Primero me secuestráis y después me dejáis tonto. Respóndete tú solo, Mendes.

-Matthew, busquemos otros amigos mejores -sugirió Aaron, muy serio.

-Estoy de acuerdo.

Los dos, aprovechando que el autobús había llegado a su destino, cogieron sus cosas y salieron, mientras el conductor les fulminaba.

Aaron, después de despedirse de Matt y entrar en clase, se quedó buscando un asiento al fondo de la clase.

Y entonces la vio.

La española que era fan suya.

Amaya.

Sunshine. | Cameron Dallas, Matthew Espinosa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora