Capítulo 12.

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-¿QUÉ DICES? ¿ESE PRESUMIDO, GUSTARME? ¿Qué llevaba la Coca cola que te has tomado?

Elsa le dio la espalda a su hermana rápidamente, fingiendo estar enfadada, pero Amaya pudo ver lo que su hermana estaba tratando de esconder y sonrió.

-Elsa, estás roja.

-¡Mentira!

-¡Verdad! -rió Amaya, que intentó situarse delante de su hermana para hacerla rabiar.

-Por Dios, Amaya, ¡que no me gusta! ¡Pesada!

-Elsa, te conozco bien y sé que cuando mientes, jugueteas con cualquier cosa que encuentres. Y ahora estás jugando con el hilo -le respondió sonriendo Amaya. Elsa bajó la vista hacia su pantalón corto, que tenía algunas zonas que estaban rotas y habían hilos sueltos. Se indignó cuando vio que su hermana tenía razón y que estaba jugueteando con uno de aquellos hilos.

-¡Déjame en paz, Dios! ¡Qué pelma!

-¿Qué pelma? ¡Solo intento que lo reconozcas! ¡Te dedicas a llamarle presumido, egocéntrico y muchas cosas más sin ni siquiera conocerlo y es justo por eso por lo que lo haces! ¡Porque te gusta, o al menos te atrae! Oh, espera, ¿y no será porque creías que tu amor por el chico al que dejaste en España duraría más? -Elsa abrió la boca, pero Amaya no la dejó hablar-: No, no digas nada, no quiero escuchar nada. Me voy a casa de los Jacks. Ni siquiera tendría que haber venido solo porque Cam te haya besado y no hayas sabido cómo reaccionar.

Sin que Elsa pudiera decir nada, Amaya cogió las llaves que habían al lado de la puerta y se fue, dando un portazo para remarcar su enfado. Cruzó la calle golpeando con fuerza las piedras que iba encontrando en el asfalto.

Llamó al timbre.

Un aburrido Gilinsky abrió la puerta, sorprendiéndose después al ver que era la hermana rubia la que había llamado, y sonrió.

-Vaya, cuánto tiempo sin verte, rubia cuyo nombre empezaba por a.

-¿Amaya, puede ser? -sonrió tristemente ella, sin poder esconder la decepción que le había provocado la pelea con su hermana-. Jack, ¿puedo pasar, por favor?

Jack miró al interior de la casa con nerviosismo.

-Eh, uh, claro... -Amaya intentó pasar, pero Jack le detuvo-. Peeero puede que lo que veas no te guste mucho, el que avisa no es traidor.

Amaya no quiso pensar en las palabras de su amigo y pasó al salón, donde vio a algunos de los chicos con un cigarro en la mano y botellas sobre la mesa. Le miraron sorprendidos y disimuladamente intentaron esconder todo entre silbidos.

-Ignoraré esto -dijo la chica al ver que nadie hablaba. Vio que había un sitio libre al lado de Matt y otro al lado de Johnson, suponiendo que Gilinsky se sentaría con su mejor amigo, se sentó al lado de Espinosa.

-¿Y eso? ¿Por qué has vuelto tan pronto? -le preguntó en el silencio incómodo que hubo a continuación. Solo se oían los disparos que salían de los altavoces de la tv.

-Elsa se ha alterado con el beso de Cameron y hemos discutido. No quería quedarme allí sola con ella.

-¿Quieres hablar de ello?

-¡MATALE, 2K, DALE AL GATILLO! -chillaba Johnson mientras tanto.

-¡CAMARÓN OS VA A GANAR A TODOS! -chillaba Aaron a modo de respuesta, que no paraba de ver emocionado la partida.

-Estaría bien. Pero ¿no hay alguna habitación vacía?

Matt cogió a Amaya de la mano y se levantó. La chica le imitó y subieron las escaleras. En el piso de arriba se seguía oyendo alboroto, pero mucho menos. Se metieron en una habitación que parecía la de Nash, puesto que tenía una foto de Sky colgada.

Se sentaron en la cama y Amaya observó la sala donde estaba atentamente.

-¿Quieres empezar? No te quiero presionar.

-Ah, sí, perdona. Es que cuando Cam ha besado a Elsa se ha puesto muy nerviosa y yo he intentado que reconociera que sentía algo por él, que su reacción ha sido por eso. Cállate, por favor, pero le llama presumido, hipócrita y ya te puedes hacer una idea, y le cuesta mucho reconocer las cosas, pero de ahí a llamarme pesada... No sé, me ha afectado.

-Escucha... Amaya. Bueno, que tu hermana lo está pasando mal y puede que diga eso porque Cameron le atrae pero ella no quiere reconocer que ya casi ni se acuerda de su novio español, y esa es su forma de defenderse. Igualmente, parece que se vino a California sin quererlo y eso le está influyendo, ve las cosas por el lado negativo y no quiere admitir que en verdad su nueva vida puede ser divertida y genial. Amaya, tienes que intentar que esté contenta, que viva en el presente y no en el pasado, pero para conseguir eso, vas a tener que soportar muchos ataques de frustración hasta que se acostumbre. -Matthew miró a Amaya, que se estaba fijando en la punta de sus zapatos pensando en las palabras de su amigo.

-La verdad es que tienes razón. Pero no puedo soportar que insulte a mis amigos, o a mí.

-Supongo que tus amigos somos nosotros -sonrió Matt-. Pero tranquila. Nosotros podemos defendernos solos y ya estamos acostumbrados a los haters. Y sé que al final Elsa se dará cuenta de que insultandote te hace daño. Y si no, allí estaremos nosotros para defenderte. -Matthew le guiñó el ojo y Amaya sonrió.

-Muchas gracias, Espinosa. De verdad que te lo agradezco muchísimo.

-Los amigos están para ayudarse, ¿no?

Se sonrieron y se quedaron mirando fijamente uno a otro. Lentamente, sin que apenas se dieran cuenta, comenzaron a juntar sus rostros y sus labios, hasta que estos quedaron separados por unos pocos centímetros...

Sunshine. | Cameron Dallas, Matthew Espinosa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora