-Este lugar da mucho miedo, Matt.
-¿De verdad tienes miedo? ¿Nunca has estado en un lugar así? -sonrió él. A Matthew le hacía mucha gracia cómo aquella chica podía pasar de ser tan lanzada a estar muerta de miedo en un segundo. Y aún así, le gustaba mucho.
Ella negó.
-En mi ciudad no hay bosques así...
-Entonces me siento feliz de poder decir que estuve contigo en tu primera excursión al bosque salvaje y con los animales salvajes devorahombres...
-Matthew.
-Vale, era broma. Si quieres cogerme la mano para sentirte más segura...
Amie no dudó; le cogió de la mano enseguida, cosa que pilló a Matt por sorpresa y que hizo que su sonrisa aumentara.
-¿Cómo se supone que nos van a encontrar estando aquí en medio de la nada?
-Pues ni idea, la verdad. Pero después de tanto tiempo estando con Carter sé que esos pequeños detalles no se le ocurren en sus grandes ideas.
-Qué guay.
En ese momento, los arbustos más cercanos a ellos se movieron y Amaya chilló entre dientes. Matt se giró, alarmado.
-¿Qué pasa, bae?
Al oír la última palabra, el corazón de Amaya comenzó a latir más rápido de lo que nunca había latido. Sintió un mariposeo por el estómago.
-Se ha movido.
-Amaya, esto está lleno de animales. Relájate, ¿vale? Estoy contigo, lo voy a estar hasta que el estúpido jueguecito del chino acabe, no te preocupes, y no tengas miedo.
-Estoy acojonada, no te voy a mentir, pero haré como si no -dijo la chica, y rió.
Le apretó la mano y Matt sonrió.
-Bandanas y Jackie-Chan llamando a Orejas y Pelucarpenter.
-Te he visto original con los nombres, Bandanas -protestó Aaron-. ¿Qué nombre es Pelucarpenter?
-Me he acordado de la época que tenías un pelo que parecía una peluca/casco.
-¿Y por qué yo soy Jackie-Chan? -protestó también Carter.
-No quieres que te llamemos El chino, pues te quedas con Jackie-Chan. Tú lo has querido.
-Y no hablemos de Orejas. Ahí se ha lucido, pobre LOX -dijo Shawn.
-Cállate, Shawnson.
-También te luciste con ese.
-¿Podéis callaros de una vez y seguir con el plan? -protestó Cam a través del móvil, que usaban como walkie-talkie.
-Hagamos caso a Gamba y empecemos.
-¿Gamba?
-Amaya me ha dicho que el nombre de Cameron era Camarón en español y que es una gamba. Me venía de perlas.
-Rubio, Moreno, entráis en acción cuando yo os diga -interrumpió Carter. Los Jacks se dieron por aludidos. Carter les dio la señal y tras chocar los puños, los dos salieron corriendo con el flamenco y con uno de los cocodrilos hinchables. Hicieron ruido moviendo arbustos, pisando ramas, aplastando hojas...
Cuando oyeron que Amaya ahogaba un grito, se acercaron más a ellos con sus amigos hinchables y los pusieron a la vista.
-¿Matt? Creo que estoy flipando, pero juraría que el flamenco de Gilinsky está ahí.
-¿Qué dic...? OH DIOS, QUE ADEMÁS ESTÁ FLOTANDO. El chico chilló, apretó la mano de Amaya y comenzó a correr con ella detrás.
-No me lo puedo creer -murmuró Johnson, intentando aguantarse la risa. Fue ver a su mejor amigo riendo a carcajadas y explotó.
-Hay un cartel en el suelo.
-¿Qué dice?
-Id hacia la cabaña; o está noche alguno morirá.
Matt reconoció la letra de Jacob, pero no lo dijo, porque sentía que protegía a Amaya y eso le encantaba.
-¿Hay una cabaña?
-Está muy cerca. Siempre me escondo ahí cuando no quiero ser víctima de las bromas de los chicos -confesó Espinosa, ruborizado-. Vamos allí. Saben de ese sitio, nos encontrarán.
-Ladosblancos y Youngbloodgurl a Bandanas y Jackie-Chan. Van hacia allí.
-Recibido.
-Youngbloodgurl, claro que sí -se mofó Bea.
-Te iba a llamar Exrubia, no te quejes -sonrió Jacob.
-Dios, te odio -dijo Bea poniendo los ojos en blanco, sonrió, y le besó.
-Shawnson, Orejas y Pelucarpenter llamando a Hass y Nashty. Prepararos, que ya están prácticamente en la puerta. Els, Gamba, igual.
-No es muy bonita y está vieja pero...
-No, si es genial. Creepy, sacada de una película de misterio y asesinatos. Lo único malo son las telarañ...
En aquel momento, la luz de la bombilla que colgaba en el techo comenzó a parpadear. Al mismo tiempo que Nash juguetaba con ella, Hayes hacía como que estaba subiendo y bajando los escalones de la cabaña.
-JODER, ¿Y AHORA QUÉ PASA? -preguntó Amaya en un ataque de nervios. Abrazó a Matt muy fuerte, que se quedó sorprendido por su reacción.
-Sshh, tranquila. Todo va a salir bien. Arriba hay un farolillo. Lo entenderemos y nos quedaremos allí. ¿Vale?
La chica asintió, y aunque intentó esconderlo, Matthew vio que intentaba esconder un par de lágrimas.
-¿Vendrán?
-Sí, seguro.
Se oyeron murmullos.
La puerta se abrió, y Matt entró sujetando la mano de una temblorosa Amaya. Esta estaba llorando en silencio, pero Matthew se dio cuenta y se giró hacia ella alarmado.
-No, Amaya, no llores, ¿vale? Todo va a salir bien. No hay por qué llorar.
-Tengo muchísimo miedo, Matt. Todo esto me ha recordado a... una cosa que me pasó, que nadie sabe, y que quiero olvidar con todas mis fuerzas...
-No te voy a obligar a que me lo cuentes si no quieres, Amie. Pero... ¿y si hago algo para distraerte?
-¿Algo cómo qué?
-Esto.
Matthew se acercó a ella, lentamente. Amaya vio sus intenciones y cuando faltaban milímetros para que sus labios estuvieran juntos, se lanzó y acabó con la distancia que los separaba. Sentía mariposas en el estómago, de nervios y también de felicidad. Matt también. Por fin estaba besando a aquella chica tan especial para él. La chica que le hacía feliz sin ninguna duda.
Los dos sonrieron en medio del beso.
-¿Ha funcionado?
-¿Te sirve esto como respuesta?
Y se volvieron a besar, esta vez con más seguridad y menos torpeza.
Cameron, escondido en aquella sala sonreía. Elsa no. Elsa sólo pensaba en qué le había pasado a su hermana hacía tiempo, que nadie sabía.
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Sunshine. | Cameron Dallas, Matthew Espinosa |
FanfictionSunshine. Seguro que alguna vez habéis escuchado esa palabra. Dicen que, cuando un ídolo es tu sunshine, es una de las personas a las que más quieres que están presentes en tu día a día. Magcon: un grupo de doce viners y youtubers que viven en Cali...