Capítulo 13.

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-¿Chicos? ¿Estáis aquí? Oh, mierda, lo siento much...

Cameron miraba desde la puerta a Amaya y Matt, que estaban prácticamente besándose, aunque al darse cuenta de lo que estaba presenciando, comenzó a sonreír pícaramente.

-¿Espinosa? ¿Gómez? ¿Hay algo que queráis decirm...?

-FUERA DE AQUÍ DALLAS -chilló un ruborizado Matt, lanzándole una almohada a su amigo. Cameron salió corriendo de la habitación esquivando la almohada y corrió escaleras abajo a contarle a sus amigos la novedad, llamándoles a gritos.

-Mierda, qué vergüenza -maldijo Matt. Amaya, que estaba tan roja como él, sonrió avergonzada. ¿Realmente había estado a punto de...?

-S-será mejor que... -tartamudeó Amaya. Por una parte quería alejarse de Matthew por culpa de la vergüenza, pero por otra no quería irse, quería que ese deseado beso pasara.

-Eh, sí, claro...

-Si ni siquiera sabes lo que iba a decir -rió Amaya. Matt se fijó en que los ojos de la española estaban brillando.

-Eh, ¿será mejor que bajemos? ¿Será mejor que vuelvas a casa? -preguntó Matt más avergonzado. Amaya comenzó a reír.

-Decía que será mejor que me vaya a casa y lo hable con mi hermana. Ahora que ya sé que hacer, intentaré arreglarlo. Matthew...

El rubio al oír su nombre, se giró hacia la chica.

-Gracias. De verdad.

Se acercó dudando a él y le dio un beso en la mejilla.

-Te acompaño hasta tu casa.

Amaya bajó la mirada y vio que su mano y la de Matthew tenían los dedos entrelazados. Amaya sonrió sin poder evitarlo. Estrechó la mano de Matt entre la suya y se levantaron. No decían nada, pero no era un silencio incómodo.

-¡Que vienen los tortolitos! -exclamó alguien, Carter.

-¡Callaos todos! -gritó Hayes en susurros.

-¡Vamos a darles la bienvenida que se merecen! -exclamó después Taylor.

-Oh, mierda -maldijo Amaya, escuchando a sus compañeros. Matthew sonrió, sabiendo que sus amigos iban a reaccionar así pero temiendo que Amaya se sintiera incómoda.

-Corre y no pares, ¿vale?

Amaya asintió y Matt bajó corriendo el último tramo de escaleras, la chica le siguió por el recibidor mientras los demás comenzaban a llamarles y siguieron corriendo hasta que salieron de la casa dando un portazo. Se soltaron la mano y comenzaron a jadear.

-Ya que estamos, te acompaño a tu casa, aunque el trayecto sea muy corto.

-Yo me preocupo porque después te van a empezar a picar con esto. Maldito Cam.

-Son mis hermanos, nos lo contamos todo, no me importa que lo hagan -se encogió de hombros Matt. Buscó con la mirada la mano de Amaya y se la cogió lentamente. Amie sonrió más.

*************

Elsa tenía los libros abiertos sobre el escritorio, pero no era capaz de estudiar. Se distraía continuamente mirando por la ventana el cielo azul y completamente libre de nubes y el sol que brillaba con fuerza.

Menudo día para discutir.

Comenzó a mordisquear el lápiz que había estado usando. Quería ir a por Amaya y disculparse. Sabía que había sido su culpa, que aquel beso con Dallas le había puesto nerviosa y por eso su paciencia se había agotado tan rápidamente. Pero su orgullo no le dejaba.

En ese momento, su móvil comenzó a sonar. Diego, pensó. No lo sabía nadie, pero desde que lo habían dejado, seguían hablando todos los días por teléfono, de normal a altas horas de la noche, cuando todos estaban durmiendo y no se podían enterar.

Con estos pensamientos y olvidando a su hermana por un momento, se sorprendió al ver que quien llamaba no era Diego, sino que era un número desconocido.

-¿Sí? -respondió en español, pensando que alguno de sus amigos se había cambiado de número y que le estaría haciendo una broma pesada.

-¿Qué? -respondió una voz al otro lado de la línea.

-¿Cameron? -preguntó una sorprendida Elsa.

-Perdón si te molesto, quería saber si...

-¿Cómo narices has conseguido mi número?

-Eh... Uh...

-Ha sido Noah, ¿verdad?

-¿Noah? No, qué va...

-Dallas.

-Vale, sí, ha sido él. ¿Puedes prestarme atención ahora?

-Vaya, perdona, que como no estás acostumbrado a que no te hagan caso...

-Elsa, no te pongas así, ir por ese camino no te llevará a ningún lado... Solo tratas de evitar lo inevitable.

-Lo siento, es que he tenido un problema con mi hermana y...

-Lo sé, Amaya está aquí. Peleas de hermanos, a Sierra y a mí nos pasa todo el tiempo.

Elsa quiso preguntar quién era Sierra, pero no lo hizo 1) para que Cameron no se creyera que le importaba su vida y 2) porque claramente estaba hablando de su hermana.

Un silencio incómodo se adueñó de la línea.

-¿Elsa? ¿Sigues ahí?

-Esto... sí...

-Solo quería decirte que siento haberlo hecho. No quería porque sabía que te haría sentir incómoda, pero tampoco quería quedar como un estrecho delante de mis amigos, supongo que lo entiendes. En fin, lo siento y tranquila, no volverá a pasar.

-Cam, no dramatices, tampoco es para tanto...

-¿De verdad? Pues tu reacción ha sido bastante mala... -Elsa iba a responder, pero antes de que pudiera hacerlo, Cameron siguió hablando-. Bueno, me tengo que ir, Aaron me la está montando buena. Adiós, dulces sueños.

-Dulces... Sueños... -respondió Elsa, escuchando cómo Dallas colgaba después.

Intentó ignorar qué rápido latía su corazón.

Sunshine. | Cameron Dallas, Matthew Espinosa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora