Capítulo 10.

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Matt, después de su entrada triunfal, se quedó mirando a Amaya y frunció el ceño. Esta, que le miraba con la boca semiabierta, no podía parar de mirarle. El corazón le iba a mil por hora y notaba el sudor cubrir las palmas de sus manos mientras sentía los ojos de Matthew clavados en los suyos.

-¡Matt! ¿Sigues medio tonto por lo de esta mañana? -Taylor se acercó a él e intentó darle un beso en la mejilla a modo de disculpa.

-Ew, quita bicho -dijo Matt riéndose y empujando a su amigo-. Mañana no sabré entender matemáticas por culpa de este payaso.

-Yo te amaba, Espinosa. -Taylor se llevó las manos al pecho dramáticamente e hizo como si se estuviera secando las lágrimas, haciendo que Matt se riera más todavía.

-Sabes que yo en el fondo te amo Caniff. Cameron, bro, cuanto tiempo sin verte, a ti si que te quiero dar un beso, ven aquí amor.

Matthew se acercó a Cam y le sujetó los brazos para que no forcejeara mientras ponía morritos e intentaba darle un beso a su amigo.

-Esperad, esperad. Aquí falta alguien. ¡JOHNSON, GILINSKY! ¿DÓNDE ESTÁIS?

Se dirigió a la cocina, donde según Shawn habían ido, y los vio allí rebuscando entre los distintos armarios y cajones de la cocina. Habían paquetes por el suelo, botellas medio vacías por la encimera y distintas bolsas de papas y golosinas.

-Hey, parece que haya pasado un tornado por aquí. ¿No encontráis la limonada?

-¿Es la voz de la de Matthew Espinosa la que estoy escuchando? -Jack G dejó de explorar otro armario y sonrió al ver a Matt mirando el desorden con cara desconfiada. Se estrecharon las manos sin parar de sonreír y Johnson hizo lo mismo.

-¿Necesitáis ayuda? -preguntó Matt, apoyándose en el banco de la cocina y mirando divertido a sus amigos.

-Nos vendría bien -aceptó Gilinsky.

-Nah, en verdad ya nos hemos rendido con la limonada. -Johnson se llevó las manos al pelo y se lo revolvió-. En lugar de eso tenemos aquí la Coca cola preparada como plan B.

-Venga, que nos están esperando. No queremos que la morena se ponga de peor humor, ¿verdad?

-Esperad, de eso quería hablaros. ¿Quiénes son esos tres? La rubia me suena mucho y creo que sé cuándo la vi, la morena también me suena bastante.

-Son una familia española que se han mudado hace nada -explicó Gilinsky-. Al parecer, la rubia se lleva bien con los chicos y la morena con Shawn, y somos vecinos. La verdad es que son majas y la rubia es muy cute, es fan nuestra. ¿Y el tercero? Cuando nos hemos venido solo estaban ellas dos, pero llevamos aquí bastante rato.

Jack paseó la mirada por la cocina, mordiéndose el labio inferior para no echarse a reír por el desastre que Johnson y él habían preparado.

-No hace falta que lo jures. Venga va, dadme eso y me presentáis a los hermanos. -Matt le arrebató la Coca cola a Johnson y empujó a sus amigos suavemente para impedir que no se pusieran a recoger en ese momento.

-¡Traemos Coca cola y a un Espinosaurus salvaje! -exclamó Johnson-. Pero se comporta bien, a no ser que le hagan enfadar, entonces tiene un poco de mala le... ¡AU!

-Lo siento, has enfadado al Espinosaurus -se disculpó Matt. Johnson se frotó la parte de la cabeza donde Matt le había pegado y se abalanzó sobre él con una sonrisa, consiguiendo tirarlo al suelo, mientras los demás comenzaban a animar a uno y a otro.

-También se le puede domar con bastante facilidad, aquí ven. -Johnson rió y se levantó, Matt le fulminó con la mirada y le maldijo en voz baja.

-Bueno, qué, ¿alguien me presenta a los nuevos miembros del squad? -Se dirigió hacia Amaya, que comenzó a mirar a su alrededor mientras tragaba saliva nerviosamente, aunque al no encontrar ningún sitio donde esconderse, decidió quedarse donde estaba.

Elsa vio a su hermana y apretó los labios para no reírse.

-Me parece que a ti te conozco, ¿verdad? La chica con la que me choqué en aquella esquina cuando iba a reunirme con Cameron y Aaron. De verdad que siento mucho aquello, espero que no te hicieras daño. Me sentí muy culpable.

-Y-yo... Estoy b-bien...

-Me alegro. Soy Matt, encantado.

-L-lo sé, v-veo tus vídeos... Amaya...

Matthew estiró la mano para estrechar la de Amaya, que no paraba de temblar.

-Oh, venga, tranquilízate, que ya somos amigos -dijo guiñándole un ojo y sonriendo. Amaya sonrió también y Matt le pasó el brazo por los hombros, dándole un medio abrazo. La chica bajó los ojos al suelo sonriendo y notó que los colores le subían a la cara. El corazón le latía muy fuerte y esperaba que Matt no pudiera oírlo, o que tampoco pudiera notar cómo temblaban sus piernas. Tenía miedo de que en cualquier momento se pudiera venir a abajo, pero por suerte logró sujetarse.

-Yo soy Elsa, encantada -se presentó la morena. Se estrecharon las manos. La verdad es que no parecía que estuviera de mal humor y parecía simpática.

-Yo Noah -dijo Noah, tímido, puesto que él en lo que se refería a conocer personas era muy tímido.

-¡Un chico! ¡Otro bro más! -exclamó Matt con emoción-. ¡Pues bienvenidos al grupo! Estoy impaciente por saber qué nos depara el futuro.

Matt guiñó el ojo a los hermanos mientras sonreía, los tres intercambiaron una mirada y sonrieron, tenían los mismos pensamientos.

Yo también.

Sunshine. | Cameron Dallas, Matthew Espinosa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora