Capítulo 5.

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Aaron se quedó mirando a la española con curiosidad. ¿Sería ella o le estaría jugando una mala pasada su cerebro?

Estaba sola, sentada en un pupitre situado en una esquina de la clase, al lado de las ventanas. Ni siquiera se había dado cuenta de que Aaron la estaba observando.

Había sido muy amable con Cameron y él, pese a tener dificultad con su lengua y la emoción, así que decidió acercarse a hacerle compañía. No sabía cómo iba a reaccionar. Allí en el Billboard High School of California (aka BHSC) todos se conocían desde pequeños y aunque habían personas que veían los vídeos de lo que antiguamente había sido Magcon, no había ninguna fan como la ella. Nadie trataba a Aaron, Taylor, Carter, Hayes, Nash, Matt o Shawn de manera diferente por lo conocidos que eran, solo eran personas normales como los demás.

Aaron sonrió y fue hacia su pupitre, un poco avergonzado porque le tuviera que ver con el horrible uniforme.

-Hola, española -saludó, sin dejar de sonreír.

Amaya le miró, al principio sin interés. Cuando se dio cuenta de que era Aaron, se quedó mirándolo de arriba abajo con los ojos muy abiertos.

-¿A-Aaron Carpenter? ¿Q-qué...? ¿D-de verdad eres t-tú?

-Bueno, si no fuera yo, no te recordaría de ayer. -Aaron rió y le guiñó el ojo. Amaya se puso roja.

-Oh, Dios, qué vergüenza -murmuró Amaya en su idioma, tapándose un poco la cara para que Aaron no pudiera verla.

-Oh, venga, no te tapes la cara. Estás muy mona así. -Al ver que Amaya intentaba esconderse más, Aaron se volvió a reír.

-N-no esperaba que estuvieses aq-quí...

-Tampoco yo esperaba encontrarte aquí, pero ha sido una suerte. ¿Puedo sentarme a tu lado en clase?

-C-claro. Pero con la condición de q-que me ayudes siempre que no e-entienda algo, mi inglés es b-bastante malo...

-Ah, entonces me voy.

-¿Qué? -preguntó ella, alarmada y triste. No sería Aaron tan malo, ¿verdad?

-Tranquila, que era broma. No soy tan cruel como mis amigos -dijo Aaron riéndose. Amaya también sonrió.

En ese momento el profesor entró y Aaron se sentó al lado de Amaya, quien tenía el corazón latiéndole a mil por hora. No podía creerse que tuviera al sonriente Aaron Carpenter sentado a su lado. De vez en cuando él le echaba miradas para comprobar que se enteraba de todo.

No había ido tan mal.

******

Shawn se quedó mirando la entrada de su clase. No se podía creer que tuviera que pasar un tiempo apartado de la música para acabar sus estudios, pero allí estaba. Al menos estaba con sus mejores amigos...

Bueno, pues adelante.

Entró, buscando alguna cara conocida o un sitio libre que no le disgustara.

Mientras buscaba un sitio que le agradara, vio a una de las chicas del autobús, en las que Nash se había fijado. Miraba seria al resto de la gente y parecía incómoda. Sobre su mesa había una agenda y un estuche.

Vio que a su lado había un sitio libre, y como me gustaba la ubicación, se sentó allí. Podría dejar de atender sin que los profesores se enteraran y componer canciones tranquilamente.

Se sentó allí sin dirigirle la palabra y sacó una libreta donde tenía borradores de canciones suyas.

En la libreta ponía en grandes letras Shawn Mendes y a Elsa no se le pasó por alto. ¿Por qué le sonaba tanto aquel nombre?

De pronto, cayó en la cuenta. Era ese cantante que a Amaya le gustaba tanto, que a veces incluso ella escuchaba. Sintió que tenía que decirle algo.

-Perdona, ¿tú eres Shawn? Mi hermana es una gran fan tuya -dijo, un poco avergonzada por interrumpir al concentrado Shawn. Pero él sonrió y asintió con la cabeza.

-Vaaya. Mi sis se volverá loca cuando se lo diga.

Shawn rió y miró a su compañera, que tenía un brillo de admiración en los ojos.

-Cuando quieras dile que se pase por aquí, que me encantaría conocerla.

-La harías muy feliz, la verdad. Por cierto, soy Elsa, encantada -se presentó con una sonrisa.

-¿Elsa? Nunca lo había oído, qué bonito. Supongo que no hace falta presentarme, encantado de conocerte.

Shawn y Elsa se estrecharon la mano con una sonrisa.

-Sí, bueno, no soy de aquí. Donde vivo es un nombre común.

-Oh, ¿y de dónde eres?

-España.

-Adoro España, he ido un par de veces y es precioso, me encantaría vivir allí.

-Cuando quieras te llevamos. -Elsa le guiñó el ojo y sonrió. Iba a darle más conversación pero en ese momento entró la profesora y suspiró.

Shawn sonrió ante su reacción y sacó un libro para esconder su libreta de compositor.

Sunshine. | Cameron Dallas, Matthew Espinosa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora