ERA OSCURA

Claudia I: La Hija de Brianne

CLAUDIA

<La salida parecía más sencilla que la entrada> pensaba Claudia Zola haber cruzado la rivera de oriente, había sido sencillo a los lomos de su blanco corcel, pero el paso hacia Burgundilia en las montañas de Ethilen era otra cosa.

Oficialmente, Solara terminaba en Puerta de Piedra al otro lado del paso montañoso en Burgundilia. Pero la verdadera seguridad de los caminos de Solara, terminaban en la ciudad de Desembocadura de Oriente, en las montañas de Ethilen se reunían los clanes de salvajes y algunas casas de brujas se alzaban en las cimas de las montañas.

El cielo grisáceo se oscurecía con cada paso y que la caravana en la que Claudia iba, se adentraba en la Noche Eterna.

Claudia oía el relinche de su corcel blanco, asustado por adentrarse en la oscuridad de la Noche Eterna, ella sostenía los estribos con el guantelete plateado, ella vestía como todo un caballero con una armadura plateada como vestían los caballeros sureños, su armadura combinaba con su cabello rubio níveo. Su cabello había sido recortado a la altura del cuello y solo con un par de bucles que le caían en ambos hombros.

Su cara tenía rasgos muy solarios: en forma de corazón, su piel era blanca como la leche, el único problema eran sus ojos, eran color ámbar, los ojos enfermizos. Ella llevaba una capa desgastada blanca, y era la única que se había vestido para la situación. El resto vestía con lo que tenía, todos iban a caballo, la columna de al menos una cuarentena de hombres, mujeres, niños y viejos montaban o iban en los carromatos, armados con picas, palas y una que otra espada y hacha.

Claudia llevaba dos sables que colgaban de la silla de su caballo, pero eran cubiertos por la capa. Al frente los espadachines de Wyvern guiaban la caravana por el sendero montañoso.

Si Claudia miraba hacia atrás, veía con claridad un gran rayo de luz de sol que descendía sobre las tierras del sur, Solara: donde el sol caía todo el día, y al frente los nubarrones negros de la noche eterna.

Finalmente llegaron a Puerta Piedra, el portón que era la frontera entre Burgundilia y Solara, era inmensa. Se trataban de dos torreones de piedra negra, unidos por un muro de 30 metros de altura, del que crecía una gran puerta de piedra.

Una construcción que fue creada por El Rey Burgo: Quarren, para frenar el avance de Helios Alexus durante la conquista de Auror.

Desde lo alto de las almenas de los torreones, los guardias vestían con cotas de malla con jubones y el blasón de los dos amantes en escarlata, sobre fondo verde claro.

El hombre representaba al Rey Burgun Koda y a su esposa Dilia de los Hijos del Sol. El emblema real de la familia Lane.

La puerta no se mantenía cerrada jamás, pero desde la coronación de Roseline Lane, en el castillo de Lucero De Rosas, había cierta incertidumbre y confusión en Burgundilia.

El jinete de las Espadas de Wyvern que guiaba la caravana de nuevos reclutas, alzó el estandarte del dragón blanco y la espada fraguada. La puerta empezó a abrirse, ante ellos una mujer a caballo muy hermosa que vestía una armadura ligera, con las piernas cubiertas por unos mallones que le daba un toque muy sensual al apreciar lo tonificado de sus piernas, les esperaba en la puerta, su cabello estaba recogido en una cola de caballo, que era de color rubio níveo y ojos azules como el cielo.

Claudia sabía que se trataba de Lady Galicia Florant, la capitana de fuerzas de la reina Roseline, o como la llamaban los hermanos de sol borrachos, La Reina Bastarda.