Capitulo 12; tazas de lagrimas no de cafe.

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Ben nos llevó a todos en su auto hasta el café del cual nos habían hablado Maya y Gastón.
Al entrar nos sentamos todos en una mesa junto a la ventana. Yo pegada a la ventana con Gastón alado y Ben enfrente a mí con Maya alado.
Se nos acerca una moza y nos da un menu a cada uno. Después de todos haber elegido lo que queríamos la moza se va y todos nos quedamos hablando.
—Asique... Mia, ¿De una escala del uno al diez...—comienza a preguntar Gastón—que tan bien dirías que besa Ben?—Maya estalla en una carcajada que hace que varias personas giren a mirarla.
—Por dios, vas a hacer que nos echen— le advierto intentando cambiar de tema.
—Como aquella ves que hiciste que nos echaran del lugar de bolos por pegarle al encargado del lugar.
Maya no responde, ni siquiera parace haber notado el comentario de Ben ya que no discutió ni le contesto de ninguna manera, simplemente miraba fijo algo con cara extraña por arriba del hombro de Gastón.
—¿Qué miras?—le pregunto cuando me doy cuenta de que Ben y Gastón también están mirando en esa dirección.
Me doy la vuelta y por un momento siento que se me nubla la vista.
Al otro lado del restaurante visualizo a mi padre sosteniendo la mano de una mujer, a la cual no logro ver ya que esta de espaldas, mientras le coloca un anillo en el dedo, ¿Pero qué demonios estaba pasando?
Me paro y me acerco de a poco mientras intento esquivar la gran cantidad de mesas que se encontraban dispersas por el lugar.
En eso el chico sentado al costado de la señora se levanta y puedo ver a mi hermano sentado alado de mi padre sonriendo pero al percatar mi presencia su cara cambia totalmente.
Una ves ya cerca de la mesa me paro alado de mi padre y visualizo mejor la cara de aquella señora, era la mujer que había visto en mi casa el día e que Bruno se apareció pidiendo ayuda.
—¿Se puede saber qué demonios pasa aquí?—pregunto mirando fijamente a mi padre.
—Mia, tranquila, ven un segundo conmigo, deja que terminen de comer tranquilos.
—Comer tranquilos mi abuela, quiero saber qué pasa aquí—mira la mano de la señora y presto más atención en el anillo, era el de mama.
Enseguida una lagrima cae por mi mejilla.
—¿Qué demonios tienes en la cabeza papa? ¿Acaso estas loco?
—Mia tranquilízate porfavor—me pide mi hermano nuevamente.
—No me voy a tranquilizar hasta que me expliquen que carajo está pasando aquí y porque está vieja plástica está usando el anillo de MI madre!
—Mia, esta no era la manera de que te enteraras...—dice mi padre casi en susurro.
—¿¡De que?!—pregunto apoyando mis manos con fuerza sobre la mesa haciendo que el vaso de quien fuese que estaba sentado alado de la mujer se cayera.
—De que...—tarda en decírmelo.
—¿¡¡DE QUEE?!?—grito en un tono excesivamente alto.
De pronto siento que una mano me toca el hombro, giro mi cabeza y veo a Ben mirándome con asombro.
—Ven conmigo, o sino tú harás que nos hecharan—me dice tranquilo e intentando hacerme sonreír.
—¡No! Quiero saber que mierda pasa aquí!
—Mia, acompáñame afuera porfavor.—me pidió mi hermano con tono suave.
—No.—contente cortante.
—Mia, sales en este mismo instante para afuera—de pronto su tono de hermano sobre protector y preocupado desapareció y se transformó en un tono frío e irreconocible.
Me agarro del hombro con un poco más de fuerza de lo necesitada y me guió hasta afuera.
—Papa por fin se atrevió a hacer algo bueno por sí mismo y comienzas a gritar así como una loca sin siquiera saber porque está haciendo lo que hizo? Mia, por dios tranquilízate, papá por fin consiguió a alguien que lo hace casi tan feliz como mama solía hacerlo, y tuvo el coraje de enfrentar todas las mierdas que tenía en su cabeza y atreverse a contarme, ¿te imaginas eso? Papa pidiéndome consejos sobre citas... Papa...pidiéndome consejos sobre citas—repite.
—¿Papa va a casarse?—pregunto confusa y con más lagrimas en mi cara por lo que me dijo mi hermano.
—Si Mia.
—Papa va a casarse—digo esta vez en forma de afirmación.
—No te lo dijo porque quería estar completamente seguro antes.
—Papa va a casarse— vuelvo a repetir mientras luchaba contra los sollozos que comenzaban a impedirme hablar.
—Si Mia... Pero todo va a estar bien ella te va a caer muy bien... Solo tienes que conocerl..—lo interrumpo.
—Papa va a casarse—digo esta ves llorando totalmente mientras por alguna razón caigo de rodillas al piso.
—Mia—dice Juan mientras se agacha para abrazarme.
—¿Porque no me lo dijeron antes?—digo ahogada en mi propio llanto.
—Porque papá no estaba del todo seguro.
—No lo puedo creer...
—Tranquila Mia.. Porfavor.
—¿Qué hacía ese día en casa cuando la vi?
—Estaba discutiendo unos asuntos con papa.
—¿Qué asuntos?
—Eso no me corresponde decírtelo a mi.
—¿Que pasa?—pregunto más alterada.
—Si todo sale bien, es muy probable que nos mudemos.. Ya que la familia sería más grande.
—Ni de chiste.
—Mia no entraríamos... A menos que quieras compartir tu cuarto.
—Pero si no es conmigo con quien se casa, que duerma con papa, ¿O acaso son estupidos?
—No Mia, no es solo ella, tiene un hijo
—¿Qué?
—Si, de tu edad. Va a tu mismo colegio.
—¿Qué?—pregunto nuevamente, a este punto hasta a mí me asombra lo estupido que es mi comportamiento ahora.
—Si
—¿Quién?
—El chico que estaba sentado con nosotros en la mesa—me explica mientras me ayuda a pararme.
—No alcance a verlo.
—un tal Lucas.
—Aah, si ya sé quién es—digo tras pensarlo un poco—No creo haber hablado con él nunca.
—entonces sabes quién es?
—si, está en el equipo de futbol.
En  ese momento me doy la vuelta para dirigir mi vista nuevamente al café y veo a mi padre, su futura esposa, mi futuro hermanastro, y a mis tres amigos mirándome.
—¿Quién será el padrino?—digo todavía furiosa con mi padre.


Nota de autor:
Perdón por no publicar en mucho tiempo, y capas que estos últimos dos capítulos fueron aburridos pero es información muy importante para los próximos!
Qué lo disfruteenn



entre ellos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora