Capitulo 29; Maya

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Mia's P.O.V (point of view)
Salgo de la ducha y miro la hora, 10:45 pm. Me visto y me pongo la campera vieja de mama. Me siento en el escritorio de mi cuarto con mi computadora cuando mi telefono comienza a sonar, era una llamada de Maya.
—Hola—digo alegre al atender la llamada.
—Mía, la puerta, estoy afuera, ábreme.
—¿Que?—pregunto confundida.
—Ábreme por favor.
—Voy.
Corto la llamada y bajó corriendo las escaleras. Me acerco a la puerta de entrada y la abro. Al abrir veo a Maya sentada en los escalones de la entrada, quien se da vuelta al oír la puerta.
—¿Que pasó?—le pregunto mientras la veo pararse.
—Hey!! Te extrañé hoy Mía. Tendrías que haberme visto. ¡Me lucí!
—¿Que?
Se acerca a abrazarme y puedo sentir perfectamente el olor a alcohol.
—¡Maya por dios! ¿Que te pasó?—le pregunto sorprendida.
Me cuenta los sucesos y simplemente no logró creerle. Primero culpándome por haberla excluido de mi vida, me hecha en cara todos y cada uno de los errores que he cometido en el último tiempo. Y tras hacerme sentir como una verdadera mierda, me mira, me pide perdón y se desvanece.
Sin saber que hacer, y con Maya desmayada  en la entrada de mi casa, le grito a Lucas para que me ayude. Mi padre y Lucas salen corriendo para afuera.
—¿Que está pasando?—pregunta mi padre al salir.
—No lo sé. Acaba de llegar y no ha parado de gritar, hasta que se desmayo.
—Trae el auto Lucas—le dice papa.
En cuestión de segundos, su camioneta se encontraba encendida en la vereda de la casa.
—Ayúdame Mía. Cuida de que no se caiga hacia adelante.—me indica mientras me ayuda a cargarla hasta el asiento trasero del auto.
—Maya... vas a estar bien.—le susurro pensando que logra oírme.—debo llamar a sus padres—le digo a papa quien maneja.
—Yo me encargo—dice Lucas—dame tu celular.
Escucho como Lucas explica la situación a los padres de Maya. Y sigo sin poder creer como una chica como ella haya sido capas de hacer algo así.
Llegamos al hospital y el padre de Maya ya se encontraba esperándonos  en la puerta de la emergencia ya que el trabajaba ahí.
—¿Mia que mierda pasó?—me pregunta cargando a Maya a una camilla con la ayuda de enfermeros.
—No lo sé. Hace un rato llego a mi casa en este estado, y se puso a gritar como una loca, hasta que se desmayo. Lo siento. No sabía que hacer.
El asiente mientras se aleja con la camilla que ahora se encuentra entrando a una habitación.
Agarro mi celular y le envió  un mensaje a Gastón, con quien había perdido un poco el contacto. Pero ya que era el mejor amigo de Maya, me pareció lo correcto. "Acabo de traer a Maya a la emergencia. Apareció en mi casa borracha, se desmayo. Y ahora la están atendiendo"
Recibo una llamada suya. Está llorando. Le explicó lo sucedido y me dice que enseguida iba para el hospital.

—Mía...—dice Gastón entrando por la puerta de la emergencia seguido por Bruno.—Necesitaba a alguien que me trajera, espero no sea molestia para nadie. Pero necesitaba venir.
—Está bien—digo parándome a abrazarlo— ¿Tienes idea de porque hizo esto?—le pregunto cuando nos sentamos.
—Ya hace un par de meses que está consumiendo alcohol. Pero en estas últimas semanas se está comportando muy distinta. Ya varias veces apareció en mi casa súper borracha. Hace dos días volvió a pasar, cuando se despertó al otro día se había olvidado completamente de todo. Un tal chico que creo se llamaba Sebastian  la pasó a buscar por mi casa. Estuve todo el día tratando de llamarla, pero no logre comunicarme con ella. Y ahora me llamas para decirme esto. Mía... ya no sé que hacer con Maya. No puedo pasar por esto solo. Necesito nuestra amistad devuelta. Necesito que vuelvas a ser mi amiga.
—Nunca deje de serlo. Perdón si me distancie de ustedes un poco.—le digo y me abraza.
Después de unos veinte minutos, llega la mama de Maya. Súper preocupada entra acompañada de un desconocido.
—Mía, ¿Que pasó? ¿Donde está Maya?
—La están atendiendo—le informo. —Su esposo estaba aquí cuando llegamos y se hizo cargo de que la atendieran al instante.
—Mi EX esposo—me recalca.
—Ah, lo lamento. No sabía nada.
—No hace falta tu disculpa querida. ¿Me puedes explicar cómo llegó Maya a tu casa?
—No lo sé. Me llamo desde la puerta de casa y cuando abrí, estaba muy acelerada, como con demasiada energía, gritando de todo. Hasta que se desmayo. Pero no sé cómo llegó hasta mi casa. Ni donde estaba. ¿No estaba en su casa?
—No... anoche me dijo que pasaría la noche en tu casa. ¿No fue así?—me pregunta con un tono de voz sin duda de preocupación.
—No...—miro a Gastón como para pedirle para contar lo que el previamente me había explicado y el asiente.—Anoche Maya llegó en mal estado a lo de Gastón. Y pasó la noche ahí.
—¿Que?—pregunta la señora mirando a Gastón.
—Si, y perdón sé que debería haberme comunicado con ustedes.
—¿Después a donde fue?—pregunta la madre de Maya.
Gastón duda en contestar.
—Un chico llamado Sebastián la pasó a buscar. Pero no sabemos a dónde fueron, lo otro que sabemos fue que luego apareció en este estado en mi casa.—digo.
—¿QUE?—exclama ella sorprendida y se voltea rápidamente para ver al chico desconocido .
El chico me fulmina con la mirada. Supongo que el era Sebastián.
—¿Fuiste tu? ¿A donde te llevaste a mi hija?
—¿Que? Yo no hice absolutamente nada. La última vez que vi a Maya fue la misma vez que tu. Ayer estuve todo el día en la universidad, acabo de llegar. ¿Como es posible que haya sido yo?—dice este indignado.
—¿Entonces porque dicen que fuiste vos?
—Maya me dijo que había llamado a Sebastián y que alguien la había ido a buscar. Supuse que era el mismo Sebastián con el que había hablado.— se explica Gastón.
—Maya me llamo. Pero nunca atendí el teléfono. Estaba en clase—responde Sebastián.
—¿Entonces con quien se fue? ¿Alcanzaste a ver el auto en que se fue?—le pregunto.
—Era un auto negro, creo que era un Audi, pero de verdad no estoy seguro. No me fijé demasiado en el auto. Sé que el que conducía era un chico rubio. Bastante parecido a ti—le dice Gastón señalando a Sebastian.
—Agustin—dice la mama de Maya—el otro primo de Maya, el hermano de Sebastián.
—¿Porque te parece que fue mi hermano?—le pregunta Sebastián.
—Llámalo—le dice.
Sebastián lo llama, y recibes la noticia de que Agustin si la había recogido de lo de Gastón y que Maya lo había acompañado a un bar. Maya estaba muy bien, no había tomado nada y se estaba divirtiendo. Así que la dejo con sus amigos y el se fue un rato, al volver Maya no estaba. Y tomando en cuenta los horarios que nos dijo, al irse del bar, apareció en mi casa.

Dos horas más tarde, Maya ya estaba bien y yo ya me encontraba en casa. Papa me había dado un sermón sobre las drogas y de como no debía consumirlas.
Me senté en mi cuarto con Lucas quien me había traído la cena al cuarto y comenzamos a hablar.
—¿Que es esto?—me pregunta recogiendo un pequeño paquete del suelo.
Lo miro, era el regalo que Ben me había dado por mi cumpleaños.
—No lo sé. Un regalo supongo. Nunca lo abrí.
—¿Puedo?—me dice despegando los bordes de la cinta adhesiva.
Abre una pequeña cajita y saca una pulsera con un pequeño dije y lee "3 años" y al instante supe a lo que se refería, eso era por los tres años que el había logrado mantenerme sana, sin córtame.
Lucas examina la pulsera, y saca de el envoltorio otro pequeño sobre, lo abre y saca una carta. "Mía..." comienza a leer. Le saco la carta de las manos y leo las primeras palabras, enseguida los ojos se me llenan de lagrimas al recordar lo mucho que había hecho Ben por mi, y como a pesar de todo había sido capas de lastimarme de la manera en que lo hizo. Dejo de leer y con los ojos escaneo el resto de la carta, bajo la vista, y a final de la carta leo "Te amo."


Nota de autor:
Perdón! Perdon! Perdon! Perdon!
Hasta yo sé que demore demasiado... muchísimo tiempo sin publicar. Perdon!
Espero hayan disfrutado este capítulo.
Para el siguiente capítulo, el 30, tenía pensado hacer una mini maratón de dos o tres capítulos, que serían un poco más cortos, o uno solo especial más largo...
Como siempre espero hayan disfrutado. Muchas gracias por todo el apoyo,
~Mica

entre ellos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora