Lucas entra a mi habitación con los trabajos que tenía que hacer para ponerme al tanto con la clase, para poder volver a integrarme a la clase el lunes siguiente.
—Aquí tienes, hay visita abajo—me dice después de darme los libros.
—¿Quien?—le pregunto.
—Quien te parece...—me dice saliendo del cuarto.
Salgo de la habitación en pijama y pantuflas y bajo las escaleras hasta llegar a la entrada de la casa.
—Hola...–me dice Bruno.
Desde el día de los cortes no lo había visto, me habían dicho lo qué pasó en la clínica entre el y papa pero, nunca pude hablar con el ya que papa me saco mi celular para que no estuviera expuesta a comentarios negativos, recomendación de Morales.
—Hola–le respondo sonriendo.
—¿Podemos hablar?—me pregunta.
—Claro, ven conmigo.
Como Lucas estaba estudiando en el living y después de lo qué pasó tengo prohibido subir con gente a mi cuarto sin papa en casa, fuimos al patio trasero de la casa y nos sentamos en la gran amaca colocada entre los árboles.
—Mía, necesito que me digas porque, necesito que me digas que no fue completamente mi culpa.
—No puedo hablar del tema, no es lo que mejor me hace—le contesto.
—Te puedo ayudar, dejar de hacer lo que sea que haya hecho, ayudarte con lo que necesites, pero por favor, necesito saber.
—Lo que necesitas es creer que no fue tu culpa, pero no puedo mentir—le digo entre lágrimas—no quiero decir que haya sido solo por tu culpa porque claramente no fue así, pero si tuviste algo que ver.
—¿Por Lucia?
—No solo por ella. Por como me dejaste cuando más te necesitaba, por como ignoraste cada ves que Lucía me humillaba y me hacía pasar las peores horas de la vida, como ignoraste todos los mensajes y todos los rumores que corrieron por internet sobre mi. Y como dejaste que la perra de Lucia transformara mi vida en un infierno.
Me mira atónito, y me pide disculpas unas cien veces, habla y habla y habla.
—Quiero que podamos empezar de cero, un nuevo comienzo, entre los dos. Para poder mostrarte que cambie, que no soy el mismo imbecil. Y que te puedo ayudar.—me mira en busca de respuesta—por favor.
De a poco acerca su rostro al mío, al punto de que sus labios casi tocan los míos. Pero me alejo.
—No puedo hacer esto, no ahora. Tengo muchas cosas que solucionar.
—Entiendo.
Se produce un silencio incómodo por un par de segundos.
—¿Cuando vas a volver al liceo?—me pregunta.
—Mañana—le respondo–ya ha pasado bastante.
—¿Quieres que te pase a buscar para ir? Ya sabes, como la camioneta de Lucas está en el taller.
—Perfecto, muchas gracias.Nos quedamos hablando un rato más y acordamos encontrarnos al día siguiente para ir juntos.
—No hagas nada estupido—me dice cuando nos despedimos.
Lo abrazo y nos quedamos así por un rato.—Por favor , cuídate—me dice mientras seguimos en el abrazo.
Lo miro cuando nos separamos y asiento.
—Gracias—le digo.Al día siguiente al sonar la alarma de mi celular, me despierto y me apronto pasa volver al liceo. Mi cabeza no para de dar vueltas.
Salgo por la puerta principal y me siento en los escalones de la entrada esperando a Bruno. Aparca su camioneta enfrente a la casa y me subo.
—Hola—le digo mientras me subo.
Me abraza y arranca el vehículo nuevamente.
—¿Quieres escuchar música?—me pregunta.
Asiento. Y el resto del viaje pasa rápido. Los dos cantando a coro con el volumen al máximo.
Nos bajamos del auto y nos dirigimos a la puerta del liceo. Demasiada gente dirigía sus miradas hacia mi.
—¿Que pasa?—me pregunta Bruno al darse cuenta de que estaba nerviosa.
—¿Por que miran tanto?—le pregunto.
—No debe ser nada. No les hagas caso
Entramos y nos dirigimos al salón, uno de los pocos en los cuales compartíamos clases.
Una chica del salón se le acerca a Bruno y comienza a hablarle, mejor diría "coquetearle". En ese momento sentí que los celos se apoderaban de mi cuerpo. No sé que fue lo qué pasó, pero los celos se apoderaron completamente de mi.
—¿Podrías irte? Por favor—le digo a la chica.
Esta me mira con cara de desprecio y continúa hablando.
Miro a Bruno y lo acerco hasta darle un beso. La chica se va.
Bruno comienza a reírse a carcajadas.
—¿Que te pasa?—me pregunta–¿Acaso la señora Mía esta celosa? Imposible.
—Ya quisieras.—le digo y me doy la vuelta para mirar hacia el frente de la clase.
Bruno me abraza mientras se sigue riendo y me susurra "creí que no estaba lista"
—resulta que si—le respondo.Nota de autor (N/A):
Perdón, perdón perdón perdón!!!
Demore muchísimo, voy a empezar a publicar más seguido. Enserio que si.
Espero les guste este capítulo y todos los que se vienen.
Comenten lo que piensannn, de verdad quiero saberr!
Muchas gracias por todo el apoyo!
~Mica.
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entre ellos y yo
Jugendliteratur¿Nunca te has puesto a pensar en todas esas historias en las cuales, el chico se queda con la chica, y todos felices para siempre? Yo opino que son una completa mierda, que lo unico que hacen es darte falsas ilusiones del mundo real... Mi nombre es...