Capitulo 14; un look diferente

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Me quede parada en un mismo lugar mirando a Bruno con probablemente la cara más estupida que alguien pudiese tener.
—Si, y vino conmigo—dice Ben sacándome de mi burbuja.
Bruno se aleja caminando con las manos en alto.
—¿Qué pasó?—me pregunta Maya casi gritando por el volumen de la música.
—Nada...—digo bastante bajo lo cual hace que ella no me escuche.
—¿Qué?—vuelve a preguntar.
—¿Bailamos?—le pregunto esta ves más alto.
Ella asiente.
Nos metemos entre la gente intentando hacer espacio y una ves ya en el espacio acomodado como pista de baile, las dos comenzamos a bailar.
Bailamos bastante, después se sumó Clara, pero al rato se fue con Nicolás, y ahora Gastón se encontraba bailando con nosotras,
Alguien le toca el hombro a Maya, ella se da vuelta y le da un abrazo al sujeto desconocido.
Comienzan a hablar y siento que dos manos me agarran por arriba de la cadera.
Me doy la vuelta rápidamente y veo a otro sujeto desconocido.
—suéltame.—le espeto.
—¿Te moleta?—me pregunta acercándose más—Disculpa, solo intento divertirme.—se sigue acercando y de pronto nuestros labios impactan.
—No—digo alejándome.
Comienzo a caminar en dirección contraria a el, pero no hay rastro de ninguno de mis amigos.
—Aquí estás—me dice de nuevo  el chico y nuestros labios impactan nuevamente.
—Que me sueltes—digo y comienzo a caminar nuevamente.
Siento como me agarra nuevamente de las caderas pero esta ves me sube a su hombro.
—Hey, para—una vos le dice pero no veo quien porque está parado frente a él, y m cabeza está para el otro lado.
—¿Quién te crees tú ahora? ¿Que papel te crees que estás haciendo?—le pregunta y da un pequeño salto para acomodarme ya que casi me caigo por estar pegando patadas y puñetazos para todas partes.
—En realidad sí, —esperen,—el de hermano... o algo por el estilo.—Lucas...—Asique bájala.
El chico me baja.
—¿Estás bien?—me pregunta Lucas una vez que el chico se fue.
Lo único que logró hacer es abrazarlo.
—Gracias...—le susurró al oído.
—No hay de qué—me suelta de a poco.
—Creo que las fiestas después de todo no son lo mío...—digo mientras bajamos las escaleras.
—¿Quieres que te lleve a casa?—me pregunta mientras toma algo de un vaso rojo de plástico.
—No... Todavía no.—comienzo a mirar en todas las direcciones posibles—necesito hablar con alguien primero.
—Ok, si necesitas algo, simplemente llámame.
—Gracias—le digo mientras se aleja pero la música hace que no me escuche.
Comienzo a caminar, buscándolo por todas partes hasta que lo encuentro.
—Te ayudaré con lo que sea que quieres que te ayude, pero necesito que antes me respondas algo.
Nose porque se me dio por ir a hablar con el, pero debía hacerlo.
—Ok...
Después de unos cinco minutos, me encontraba afuera de la casa sentada en un pequeño muro en el cual Bruno y yo solíamos jugar cuando éramos chicos.
Bruno me mira con cara extraña mientras yo pienso que es exactamente lo que planeo preguntar.
—¿Porque fuiste tan injusto conmigo?—las palabras salen bastante más rápido y alto de lo que esperaba, hasta sone un poco grosera demás.
—¿A qué te refieres?—me pregunta.
Idiota.
—Por favor podrías por una ves ser sincero y responder esta única pregunta. ¿O me vas a decir que te olvidaste de cómo solíamos ser mejores amigos y ahora me tratas como basura?  De cómo pasaste de ser una de las personas más importantes para mí a ser una de las más odiosas en el mundo...
—Mia, no fue así... No tienes la historia completa, es complicado.
—Ahhh... Discúlpame por no estar al tanto de la situación, discúlpame por no saber la razón por la cual un día dejaste de hablarme, y no hacerlo por casi cuatro años.
—Mia, escúchame por favor, hay dos lados para cada historia.
—¿Dos lados? ¿Quieres saber cuál fue el mío? Para mí, fue como si todo lo que Lucía me hizo a mi haya sido una especie de película, y lo único que hacías tú, era sentarte en primera fila viendo como ella me lastimaba mientras comías tu estupido pop.—mi vos suena muy enojada, y de a poco comienza a quebrarse.
—Si pudieras entender el porqué me fui con Lucia, sería muchísimo más fácil, pero no es tan simple Mia.
—Pues entonces dime, porque alguna razón debe haber para que te hayas ido de la nada y dejado a tu mejor amiga a la cual conocías de toda tu vida por una zorra de cuarta que acababas de conocer.—las lágrimas comienzan a correr.
—Mia, necesito que me escuches, tres cosas que te pido que intentes por lo menos entender, que te pongas en mi lugar.
-¿Cuáles?
—uno, soy un completo imbecil
—Esa ya me la sabia.
—No es solo eso, mi madre y su madre siempre fueron amigas, entonces siempre tuve la presión de parte de  ambas para estar con ella, y sé que no es excusa ni nada, pero eso siempre hizo que me sintiese atraído a ella.—hablaba nervioso, con muchas muletillas—Después cuando la conocí mejor me di cuenta de que con ella no todo eran arcoiris y sonrisas. Pero cuando mama se enfermo, su mama pago casi todos sus estudios y operación y todo, sigue sin ser la excusa, pero mama y yo le estamos muy agradecidos. Después de que me enterara de que su mama pago todos los estudios fue cuando la presión aumento. De alguna manera sentía como que se lo debía, y ademas ella nunca me trató mal...
—Últimamente parece ser todo lo que hace...—digo en voz baja.
—Mia, sé que no es excusa ni nada parecido, y se que debería  haberme dado cuenta mucho antes, pero ya no estoy con ella, y no volveré a estar. Créeme que se que fui un completo imbecil, y no te pido que me perdones porque sé que no pasar de la noche a la mañana pero sí que me entiendas y intentes aunque sea perdonarme...
—Wow—me mira desconcertado—la excusa más patética que escuche, incluso las de mi hermano son mejores.
Me mira aún más desconcertado y se nota algo que tristes en sus ojos. Pero se lo merece, después de todo lo que pasó y el nunca me ayudó, se lo merece,¿O tal vez no?
—Cuando se te ocurra una excusa un poco más realista y estés listo para dar una disculpa sincera, si es que tienes en mente disculparte, sabes dónde encontrarme, pero esta ves no pienso esperar cuatro años más, Asique más vale te apures...
Comienzo a caminar hacia adentro cuando siento que alguien me tira del pelo que está atado en una trenza y escucho el sonido de una tijera cerrarse... Veo como una gran parte de mi cabello cae al piso

 Veo como una gran parte de mi cabello cae al piso

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rápido me doy vuelta.

Lucía...
—¿Qué parte no te queda clara? NO TE QUIERO CERCA DE MIS COSAS!
Bruno...
Me doy la vuelta rápidamente y entro a la casa, voy hasta dónde estan Lucas y Maya los cuales al verme  se ven muy sorprendidos.
—Quiero irme a casa.
—¿Qué le pasó a tu cabello?—me pregunta Maya.
—Solo quiero irme a casa, porfavor— digo con lágrimas en la cara mientras observo mi trenza cortada.

Una ves en mi cuarto me paro frente al espejo y lo único que logró hacer es llorar.
—¿Porque lloras?—me pregunto a mí misma en susurro.
Sigo mirándome al espejo. Y noto otra cosa en que las películas nos mienten.
Al llorar mi cara no permanece intacta y perfectamente maquillada como en las películas, sino que mis ojos y mis mejillas se quedan rojos, mis labios tiemblan. Y sin duda mi maquillaje no se mantuvo como hubiera querido.
Alguien toca a mi puerta.
—Pasa—me digo a ese alguien del otro lado de la puerta mientras me limpio la cara con las mangas del buso viejo de mamá que uso para dormir.
—¿Cómo estás?—me pregunta Lucas una ves dentro de mi cuarto.
—De maravilla...
Comienzo a desatar mi trenza pero lo único que logró hacer es enredar más el pelo.
—Te ayudo—me dice mientras comienza a desenlazar los mechones de pelo.
—Gracias—le sigo observando las puntas de mi pelo.
—Quiero que sepas que si necesitas a alguien con quien hablar o lo que sea, puedes contar conmigo.
—Gracias, enserio gracias.
—No tienes porque decir gracias—una pausa—Bueno... Creo que voy a volver a la fiesta.
Se va.

Conectó mi celular al cargador y dejo correr el álbum "purpose" de Justin Bieber que logra terminar de desconectarme totalmente de mis problemas y hacerme por unos cuatro minutos hacerme creer que vivo las letras de las canciones... Desconectándome totalmente de lo que es en verdad mi vida.
Mis ojos comienzan a cerrarse de a poco.
Apago la portátil en mi mesa de luz y cierro mis ojos hasta caer completamente en sueño.

Pero al cerrar los ojos lo único que logró ver es a Bruno, a un Bruno diferente, a un Bruno pequeño sentado en un muro de ladrillo con lágrimas en sus mejillas mirando su rodilla que tiene un pequeño raspón.
Veo unas pequeñas manos poniéndole una curita en la herida. Veo como esas manitos abrazan a Bruno
Veo como MIS manitos abrazan a Bruno. Y como luego me sujeta la mano para salir corriendo y volver al patio a jugar.

entre ellos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora