CAPITULO 15

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Dos meses después...

Hace unos días Miguel me dijo que vendrían sus familiares, estoy súper nerviosa, le pago a una señora para que me arreglara el pelo, a otra para que me arreglara las uñas, y no sé qué más, (La muy desgraciada me dijo que desde hace cuánto no me las arreglaba, pinche puta que sabe).

Miguel está muy elegante como siempre, no con su uniforme de policía, pero este traje le queda mejor. Le arreglé el cabello. Estoy sentada en una silla mecedora, <tocan la puerta>

- ¿Por qué me miras a mí?

- Levántate amor, para recibirlos –dice dándome la mano para levantarme)

- Ya va, Miguel.

(Estamos atrás de la puerta)

- Cuando quieras Miguel. –digo negándome abrir la puerta-

(Miguel rodea los ojos, y abre la puerta)

Están dos mujeres muy finas y cultas creo que se dice así, al frente de nosotros. Abrazan a miguel, me las presenta.

- Hola Madre, chiquitina, les presento a Victoria.

- Hola señora, señorita, un placer conocerlas. -(todo lo que estuve estudiando y practicando glamour y etiqueta para estar a la altura de estas, espero que sirva de algo)-

- Que tal señorita, al fin nos conocemos.

- Si por fin, pero no se queden ahí paradas, pasen, pasen. –digo con una de sus maletas en la mano, Miguel Ángel tiene las otras-

- ¿Así que tú eres la que tiene embobado a mi hermano? –dice con una sonrisa en el rostro-

- Eso creo –respondo con la misma gentileza-

- ¿Te llamas Victoria cierto? –pregunta-

- ¿Victoria Rose Santos, y tú? –digo tratando de alejar la atención en mí.-

- Samantha Daniel's, mi madre se llama Ivanna Slevi de Daniel's –dice apuntando hacia su madre-

- ¿Gustan pasar a comer?

- Si claro –dicen, que rabia ahora tengo que verles las caras mientras comen-

Estamos en el comedor, Miguel y yo preparamos la comida, hubo momentos en que la perdida memoria mía regreso, dijo que le echara algún tipo de veneno, pero de un modo u otro si quería estar con Miguel tenía que actuar como una persona normal, y tratar bien a su familia, porque según cómo lo ve él, ellas son mi familia.

Por unos minutos hubo un gran silencio, para la mayoría incomodo, para mi mejor, hasta que la madre de miguel habló.

- Delicioso este almuerzo –dice saboreando cada bocado-

- Lo preparo V –dice miguel mirándome a los ojos-

- Pues felicidades hijo, tu novia cocina delicioso –dice Ivanna-

- No como se les ocurre, Miguel Ángel lo hizo casi todo –digo, no me gusta la presión-

- Hacen una bonita pareja hasta en la culinaria –dice Samantha-

- Gracias hermanita –dijo Miguel-

Terminamos de comer, fuimos a la sala a ver televisión, este frio en Londres es muy fuerte, subo a ponerme un saco y guantes.

- Tienes frio –dice Miguel-

- Si mucho –respondo-

- Es el invierno, aumenta en estas épocas –dice Samantha-

- ¿Cuáles épocas? –pregunto-

- La de Diciembre –dice Miguel rápidamente-

- Ah, claro –digo aun extrañada-

...

En la noche le pregunto a Miguel.

- ¿Ustedes de que país son?

- Ecuador –dice mientras lee un libro de su teléfono-

- ¿Y porque no te fuiste a vivir con ellas, después de Afganistán? –cuestiono-

- V, hace tiempo he querido decirte algo, pero no sé cómo. –dice dejando a un lado su teléfono.-

- ¿Qué cosa? –(levanto una ceja)-

- Te acuerdas, el día que llame al médico para que te revisara –dice-

- Si, era un psicólogo. –digo-

- Bueno si, lo que sucede es que...

- Miguel, dime ya que pasa, además no es raro que yo visite al médico, en mi infancia se volvió tan regular, que ya no me incomoda –digo-

- Bueno él dice que tienes un problema mental, tal vez psiquiátrico. –dice con los ojos fijos en mi-

- Dime algo que no sepa. –digo con total naturalidad-

- ¿Cómo? ¿Ya lo sabias?

- Sí, no te digo que he ido a visitar a muchos psicólogos, pero no sé con exactitud que tengo, yo me veo normal. –digo-

- Eres un caso excepcional –dijo entre risas-

- ¿Y qué era lo que me querías decir pero no sabías cómo? –digo-

(Se le borra la sonrisa del rostro, en un milisegundo)

- Pues, nena, nosotros estamos en Colombia.

- ¿En dónde?

- Si reina, yo la he escuchado decir a usted varias veces que estamos en Londres, y no sé qué otras cosas, pero nosotros vivimos en Colombia, a veces pienso que no se si tú sabes cuál es tu verdadero nombre. –dice en un tono triste-

- Ah –digo sin saber que responder-

Me acuesto, de espalda a Miguel, me acobijo.

- ¿V, tu estas bien?

- Si, dormiré un poco.

No entiendo, como es posible, nosotros vivimos en Londres, o eso era lo que decía mi conciencia, o no sé. De donde carajos, pero no entiendo. Dormiré.

2C

MENTE DE UNA PSICOPATA SEXUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora