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Una vez nos quedamos hablando por teléfono hasta la madrugada.

Yo no hacía nada más que sonreír al otro lado de la linea mientras te oía hablar de las canciones que tú y tu familia cantan en navidad.

Y cuando te reías...

Cuando te reías porque llegabas a la parte en la que intercambiaban los regalos de broma.

Juro que era la risa más linda que algún día había escuchado.

También recuerdo los silencios que se formaban, esos hermosos silencios que luego venían acompañados de sonrisas y pequeñas risas.

Yo recuerdo cada cosa que me dijiste.

Todas esas veces en las que juraste que me querías.

Recuerdo cada una de nuestras platicas en la madrugada, cuando podía quedarme despierta hasta las 3 de la madrugada y al día siguiente tenia que ir a clases.

Pero a mi no me importaba lo cansada que estuviera si gastaba ese tiempo contigo.

También recuerdo esa confianza tan alta que tú me hacías sentir. Porque a tus ojos yo era bonita, y había días en los que yo sentía que era verdad. No importaba lo que pensará el mundo si para ti lo era.

Y cosas como esas para mi lo eran todo.

Después. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora