Bruce aparca frente a la cárcel y veo cómo Annie baja rápidamente del auto. La abrazo. La abrazo con todas mis fuerzas. Con todo lo que puedo. Con todo lo que soy.
Tomo su rostro entre mis manos y la beso. La beso como jamás creo haberlo hecho porque ella sigue aquí conmigo, a pesar de todas las cosas que han sucedido.
- ¿Cómo te fue? -me pregunta con la respiración un poco agitada tomando mi rostro entre sus manos-.
- Te explico cuando lleguemos, sube -le ordeno-.
No me gusta que esté fuera del auto y menos a esta hora. Ella obedientemente sube al auto y yo subo tras ella. La visita a la cárcel ha sido corta, así que los niños siguen dormidos.
- ¿Y entonces? -me pregunta tomando mis manos-.
- Todo fue por tomar revancha. Al mi padre abandonarlo, él se sintió abandonado y... -un nudo comienza a formarse en mi garganta-, maldita sea Annie, sufriste por mí, mis hijos sufrieron por mí, yo...
- Ey -dice tomando mis manos-, nada de esto es tu culpa, quien tiene la culpa aquí es tu padre por abandonar a Cristian... No te eches la carga de los demás, te seguirás hundiendo en un vaso de agua -dice susurrando mientras se le escapa una lágrima-.
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Bruce aparca frente a nuestro hogar y muchas patrullas rodean la misma, lo primero que pienso es en mis hijos. Salgo disparado de la furgoneta y entro a mi hogar. Una mujer de edad tiene a Mikael en sus brazos, mientras que otro señor está sentado en el sofá con Amahia a la derecha y Teddy a la izquierda, ambos son policías.
- ¿Qué sucede? -pregunto tomando a Mikael en mis brazos y caminando rápidamente donde mis otros dos niños-.
- ¿Dónde estabas? -dice Teddy corriendo hacia mí mientras me abraza de la cintura-.
- Tuve que salir un momento -digo agachándome a su altura-, ¿sucedió algo?
- No, solo teníamos miedo -dice Amahia levantándose lentamente del sofá con la cabeza cabizbaja-, le pedimos a Bruce que nos trajera.
- ¿Por qué tenían miedo? Aquí estaba el equipo de seguridad, las alarmas estaban puestas, las cámaras de seguridad también...
- Pero aún así nos llevaron papá -me interrumpe Amahia-.
Un fuerte nudo se me hace en la garganta y tengo la necesidad de llorar, pero no puedo hacerlo, no frente a mis hijos. Annie llega hacia mi corriendo y cuando ve mi semblante toma a Mikael en sus manos y abraza a los niños, "todo está bien" les susurra mientras los besa en la cabeza.
Mis rodillas tocan el suelo y mis manos se posan en las mismas. Una lágrima comienza a rondar mi mejilla, estoy llorando, frente a mis hijos.
- ¿Derek? -susurra Annie-.
Levanto mi mirada lentamente hacia ella y cuando ve mi rostro, su semblante cambia por completo. Está sorprendida, jamás me ha visto llorar. Deja a Mikael con el policía que aún seguía en el sofá admirando la escena y escucho que le dice a los niños "quédense con el policía, necesito hablar con su papá", los niños obedientemente van con el policía y se sientan a su lado. Annie se arrodilla frente a mí y toma mi rostro entre sus delicadas manos. Su tacto me calma. Me da un casto beso en los labios y me murmura un "vamos a la cocina" lo cual obedezco involuntariamente.
Cuando llegamos a la cocina Annie saca una botella de Vodka y unos cuantos vasos para los tragos, ella se sirve uno para ella y otro para mí. Ambos a la misma vez lo tomamos, el ardor que pasa por mi garganta es tan nulo comparado con el quemazón que siento en mi corazón. Me duele. Me arde. Me quema pasar por esta situación. Annie sirve otro trago, me lo pasa a mí y cuando voy a tomarlo, una mano me detiene.
- ¿Así es como pretenden arreglar este problema?
Cuando alzo mi mirada, es él...
Es mi padre.
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Fue un poco corto el capítulo, pero prometo volver con más, los amo ❤️
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Veinticuatro Horas (Trilogía EDMJ)
AzioneEn realidad, nadie sabe que está viviendo el momento más feliz de su vida mientras lo vive. Y por mucho que sea ley de vida, va a ser imposible aceptar que quienes amamos, en algún momento de nuestras vidas, desaparecerán. Nunca me había dado cuenta...