—Despierta, despierta, ¡despierta! —gritó Bree la mañana siguiente.
—¡Ugh! Bree, no tenemos clase por cuatro horas. ¡Vete!
—¡De ninguna manera! ¡Es tu cumpleaños tienes que salir de la
cama!
Oh claro. Cumpleaños. —A nadie le importa, vuelve a dormir —me
quejé y tiré del edredón por encima de mi cabeza.
—A nosotros sí, ¡ahora levanta tu trasero! —Arrancó completamente
el edredón de la cama y lo tiró al suelo.
—Algunas veces, quiero golpearte.
Me dio una sonrisa radiante. —Lo sé. ¡Me amas!
—Eso también.
La seguí por las escaleras y casi me oriné cuando mamá y papá
gritaron—: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS ______! —Poniendo tortitas, huevos, tocinos
y regalos en la mesa de la cocina cuando entramos.
Jesús, ¿podrían estas personas ser más maravillosos? Primero
navidad, ¿ahora esto? Comimos juntos y cuando los platos estaban
lavados, abrí mis regalos. Bree me regaló tres blusas que podía usar ahora,
y cuando estuviera "expansivamente grande", mamá y papá me dieron
otro libro de embarazo, así como un libro con nombres de bebé, un brazalete, y una pañalera verde de parte de los tres.
¿Cómo podía darles las gracias por mucho más que sólo los regalos?
—Gracias. Ustedes son increíbles. Los amo.
Fui bombardeada por abrazos y no pude evitarlo pero también
deseaba los brazos de Zayn. Sonreí cuando recordé que hoy era el día.
Desde que Bree y yo no tenemos universidad mañana, todos íbamos a
cenar esta noche, y luego volveríamos a ver películas. Leí a través de la decimocuarta semana de "Qué esperar cuando estás esperando",
marqué mi lugar con la imagen de la ecografía más reciente, hojeé el libro
con nombres de bebé y luego salté a la ducha para estar lista para mi día.
Esta era la primera vez que estaba emocionada de tener un cumpleaños,
y quería verme linda por eso. Así que me tomé mi tiempo con mi pelo y el
maquillaje, asegurándome de que lucía perfecta para mi día y para
cuando se lo contara a Zayn. Me vestí con mis jeans oscuros favoritos,
sandalias y una blusa nueva que Bree me regaló. Era de un gris oscuro con cuello en V, larga y ajustada, pero muy elástica. Sip, me gustaría ser capaz de llevar esto a través de todo el embarazo. Casi me cambio cuando vi mi panza definida mostrándose a través del elástico material, pero pensé que
era tiempo de dejar de ocultarlo. La gente puede no darse cuenta que mis
pechos están más grandes, pero si alguien mira abajo, definitivamente
sabrían lo que está pasando. Cuando entré a la cocina, mamá y Bree
estaban emocionadas con mi nuevo traje porque sabían que esto sólo
puede significar una cosa y mamá se acercó a acariciar mi panza.
—¡Las veo en la noche chicas! ¡Las amo! —Tenía la más amplia
sonrisa que he visto desde que le dije que Zayn era el padre, y era sin
lugar a dudas contagiosa.
Estábamos casi en nuestra primera clase y yo tenía reservada una
silla cerca de la puerta. Poco a poco me acerqué y tomé el ramo de lirios
naranjas, metida en un lado había una nota con mi nombre en el sobre.
Miré a Bree que miraba alrededor confundida y me uní a ella. Había gente
que me conocía vagamente en muchas partes, pero aparte de Bree y mamá, sólo dos tipos sabían de esto. Y ninguno de ellos se encontraba
alrededor. Abrí la nota y una enorme sonrisa se dibujó en mi cara cuando
leí la escritura masculina.
"Feliz cumpleaños Princesa".
Mordí mi labio y busqué con la mirada a un hombre alto, bronceado,
bien formado, con el pelo negro enmarañado, brillantes ojos miel y una
sonrisa asesina.
—¿De quién son? —Bree tomó la nota de mis manos.
—Zayn, ¿lo has visto?
—No. Ese chico lo juro, ¿quién sabía que podía ser tan dulce?
Después de otra mirada rápida, de mala gana la seguí hasta el salón
de clases. Tan pronto como nos sentamos, mi teléfono sonó.
Zayn: Te ves linda hoy.
Yo: ¿Me estás mirando?
Zayn: Quizás. Finalmente te di tus lirios.
Yo: Ya me habías regalado lirios hace unos meses atrás, ¿recuerdas? Zayn: No podría olvidar ese día incluso si lo intentara.
Yo: Bueno, podrías habérmelos dado tú mismo, ya sabes. Me hubiera
gustado verte.
Zayn: Valió la pena ver esa sonrisa en tu cara.
Yo: Emoticón smile Gracias por mis flores. Me encantan.
Zayn: ¿Qué estás haciendo por tu cumpleaños?
Yo: Cena con tu familia esta noche, películas en la casa después.
Estás invitado.
Zayn: Veré que puedo hacer.
Otra vez, no era exactamente un no, pero tampoco era un sí y traté
de no decepcionarme. Las palabras enigmáticas eran su especialidad.
—Ah, mírate ______ —susurró Bree.
—¿Qué?
—Ya tienes totalmente el brillo de embarazada, y ahora tu rostro se
iluminó como el maldito sol después de enviar mensajes de texto con mi
hermano.
La miré confundida. —¿Cómo sabes que hablaba con él?
Me entrecerró los ojos, luego levantó sus cejas. —Como dije, tu cara
se iluminó como el sol. —Empujando mi rodilla, se dio vuelta para escuchar
al profesor.
Le sonreí a mis flores una vez más, y traté de seguir el ejemplo de
Bree. La clase voló y nos fuimos a almorzar y a reunirnos con todos, Zayn
no estaba allí, pero estaba un muy sorprendido Liam. Todos los chicos
me dieron abrazos de oso y después de un abrazo incómodo con Liam,
se congeló y retrocedió lentamente, sus ojos fijos en mi estómago.
Finalmente había sido real para mí en la primera ecografía, pero no creo
que fuera real para Liam hasta que vio el bulto empujando fuera de
mis caderas. Mi estómago se revolvió y mi corazón dolía al pensar en el
amor que perdí, pero sabía que tenía que superarlo. Yo era la que lo había
arruinado, y necesitaba superarlo para poder seguir adelante con mi vida. Ninguna de las chicas llegaron a la mesa antes de que nos sentáramos, e
incluso los grandes ojos de Liam miraban donde mi estómago estaba
escondido bajo la mesa, nadie más vio la evidencia. Desde el restaurante
que estaba justo en la calle del campus, después del almuerzo, Bree y yo
fuimos a una tienda cerca de la universidad e hicimos la mayor parte de nuestra tarea antes de salir a cenar.
Nos encontramos con Claire y Robert en el restaurante a las seis, e
intenté pasar un buen tiempo sin Zayn. Claire compartía historias
divertidas sobre sus dos embarazos y las hilarantes cosas que Breanna y
Zayn habían hecho cuando pequeños. Estábamos todos
desmoronándonos y secándonos las lágrimas de nuestros ojos cuando el
camarero llegó con la cuenta. Revisé mi teléfono otra vez y mis hombros
cayeron cuando aún no había nada de Zayn. Claire habló con él hoy para invitarlo a cenar, y él había rechazado venir. No lo entendía. Pensé que después de nuestras palabras ayer las cosas iban a cambiar, y hoy después de las flores, que se pondrían positivas. Mi corazón se hundió pero
intenté mantener una cara feliz para la gente que me amaba.
Aparentemente no hacía un buen trabajo, Claire se deslizó por la mesa y
tomó mi mano, su cara triste.
—Cariño, no te preocupes por eso, por favor. Todo esto funcionará,
estoy segura de ello. —Por una vez, nadie parecía creerlo.
Asentí con la cabeza y esbocé una sonrisa. —¿Tiempo de películas?
Nos miramos el uno al otro con torpeza, pero nos fuimos a casa. Bree
tenía un brazo colgando sobre mis hombros y hablaba sobre cuán idiota
era Zayn cuando abrimos la puertas delanteras y todos jadeamos. Había
lirios blancos y naranjas cubriendo cada mesa y mostrador. Zayn. Una
sonrisa apareció en mi cara cuando miré alrededor de la entrada,
comedor y sala de estar, Robert dejó escapar un silbido de apreciación y
cerró la puerta. Mi sonrisa murió pronto cuando lo escuché en otra habitación.
—¿¡Estás bromeando!? ¿Cómo pudieron ocultármelo? —La voz de
Zayn resonó en la cocina mientras rodeaba el bar y se dirigió a través del Salón