Capitulo 34: Recuerdo y peticiones parte 1

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POV ANASTASIA

-y ¿me vas a contar? - me pregunta Cristian mientras estamos acostados en la cama.

Es un día gris, quizás casi negro. Se avecina otra tormenta, así que don controlador decidió que lo mejor era quedarnos en la casona y descansar. Muy temprano hablo con Camacho y le dijo que reunieran a los animales y los dejaran en los corrales ya que estaba seguro que esta lluvia sería más fuerte que la anterior y no quería perder algún animal.

Son aproximadamente las tres de la tarde. Estamos almorzados y como no hay televisión es hora de hablar. Aunque no me guste mucho el tema de conversación que plantea Cristian es mejor contarlo de una vez por todas.

- ¿de verdad quieres saber eso? - digo

-si. Necesito conocer cada cosa de ti. Además, Ray me dijo que no fue una situación muy buena y que casi te costó lo vida. Solo quiero saber a qué atenerme con tus problemas alimenticios- suspiro resignada. Este hombre no sabe darse por vencido.

-está bien, te contare. Pero quiero que te siente y te ganes frente. No me gusta estar abrazados ya que no puedo verte el rostro- le digo.

-como mande la patrona- malvado. Se burla de mí. Tomo una almohada y la abrazo. No me gusta recordar este episodio de mi vida, ya que herí a la persona que más quiero en este mundo, aparte de Cristian, que es mi padre.

-bueno esto ocurrió cuando tenía 15 años. Fue la consecuencia de una pelea entre Carla, Amelia, Simona y yo- suspiro.

- ¿Quién es Simona? -

-la cocinera de la casa, bueno la ex-cocinera. El problema fue que Carla quería de cena un filete al punto, con todas las características de un filete al punto. Osea, que el centro este crudo y que botara sangre. Ese platillo no es para nada el gusto de mi padre o el mío. Por este motivo Simona hizo de un filete dos platillos, un al punto y el otro muy cocido. Cuando Carla se enteró, puso el grito en cielo, ya que según ella le había echado a perder el filete. Cuento corto la empezaron a insultar y yo me metí a defender- niego con la cabeza.

- ¿Qué paso? - me pregunta Cristian.

-lo que paso es que tanto Carla como Amelia dejaron de insultar a Simona, pero me comenzaron a insultar a mí. Me dijeron de todo, comenzando con que soy una tonta hasta ser la bastarda más olvidada de la historia. Obviamente todo eso lo dijo Amelia, apoyada por Carla- le digo

-hijas de pu...- lo detengo.

- ¡Cristian! Nos seas vulgar al hablar. Se escucha feo- le regaño

-lo siento nena. Perdón. Continua-

-en esa época estaba bajo tratamiento, ya que mi cuerpo tiene un comportamiento bastante extraño- digo

- ¿Cómo que extraño? -

-bueno cuando no como bajo de peso muy rápido, pero cuando como mucho no subo de peso. Aunque como dos o tres días como una ballena, con suerte subo 100 gramos. Según el, tenía problemas de autoestima baja y que era provocado por Amelia y Carla-

- ¿Ray nunca hizo nada para cambiar eso? -

-uf... mi padre intento de todo para que lleváramos la fiesta en paz, hasta que amenazo a Carla con el divorcio y ella se asustó. Llegaron a un acuerdo y mientras ninguna le mirara los callitos a la otra, no habían pelean, hasta la pelea por el filete-

- ¿Qué ocurrió? -

-la poca autoestima que me quedaba desapareció y apareció un aborreciendo a mí misma. Me odiaba por no ser como Amelia, por no ser bella como ella. Me odiaba porque no entendía mi forma de actuar, pensar e incluso mi forma de pensar. En ese momento mi mente comenzó a jugarme malas pasadas-

- ¿malas pasadas? - me pregunta Cristian que no deja de mirarme. Sé que no le está gustando el relato, pero él es quien quería saberlo y es mejor ser sincera, a esconder cosas por siempre.

-paso lo siguiente. Comerse a pensar que si no existía era mejor para todos, ya no sería una molestia y mi mente lo acepto gustoso. Entonces cuando no comía y me miraba al espejo me veía en los huesitos y me daba pena y miedo a la vez, pero cuando comía y me miraba en el espejo me veía como una pelota y corría al baño a intentar eliminar la comida de mi cuerpo-

- ¿Cuánto tiempo duro eso? -

-un mes y medio. Tenía mi revisión mensual y la estaba posponiendo. Pero mi padre se enteró, me llevo casi a las rastras donde el médico. Comenzó con sus analices hasta se dio cuenta de mi estado-

- ¿no se dio cuenta de tu baja de peso? ¿cómo? -

-usaba ropa suelta. Siempre las he usado y así pasaba desapercibida para mi padre, pero no para el doctor. Cuando me dijo que quedara solo en ropa interior y vio mi estado físico casi se desmaya. Me dio el reto de mi vida y mando a llamar a mi padre que nos esperaba afuera.

- ¿Qué paso? - suspiro pesadamente.

-a mi padre casi le dio un infarto. En sus ojos podía ver de toda clase de sentimientos, pero no fue capaz de seguir mirándolo y baje mi mirada al suelo. Mi padre con el medico llegaron a un acuerdo, hicieron unos cambios en mi tratamiento y se pusieron de acuerdo en convertirse en mis verdugo-

-no creo que se haya terminado poniendo tu vida en peligro-

-no. Solo que durante este proceso de baja de peso drástica me enferme-

- ¿de qué? -

-de neumonía. No tenía defensas y eso me agarro de una. Fue de un día para otro. Pero resumiendo estuve dos semanas en coma, y luego dos meses de rehabilitación para fortalecer mis articulaciones-

- ¿Cuánto pesabas antes del episodio y cuando bajaste? -

-pesaba 54 kilos, pero después de termine pesando 34. El médico me dijo que si yo quería podía comer todo lo que quisiera pero que nunca más dejara de comer, ya eso es lo que me costaba recuperar. Según el, las bajas de peso con las peores para mí, ya que me cuenta mucho recuperar esos kilos. De hecho, los 20 kilos que perdí en un mes y medio los recupere en un año y medio- digo susurrando.

-si en mis manos esta que no dejes de comer, créeme que lo hare-

-no lo dudo señor Grey. Además, usted cuenta con varias formas de hacerme comer o ¿no? -

-no lo dude señora Grey. Y una de esas formas es esta- me pagara mi pie y me arrastra hasta quedar desparramada en la cama. Coloca en su boca un trozo de frutilla en la boca y me besa. Pasa el trozo de la fruta a mi boca y me besa. Cuando se separa mastico el trozo y me lo trago.

- ¿ves que puedo hacerte comer? -

-nunca lo he dudado- digo a modo sarcástico.

-uy... señora Grey no me gusto ese tono. Así que me la pagaras- sus manos se centran en mi punto débil haciendo que ría como loca, este un ataque de cosquillas, no son de mi agrado, pero cuando lo hace Cristian me encanta.

EL PRIMERO DE DOS CAPÍTULOS SOLO PORQUE ME LO PIDIERON MUCHO Y ADEMAS TUVE UN MOMENTO DE INSPIRACIÓN... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO 

Y NOS LEEMOS PRONTO.



El Engaño: Miradas de Amor, Cristian y Anastasia (1 T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora