¿Ella muy agresiva y él muy tierno?

470 32 2
                                    

Otro maldito día igual a todos los demás

 -Oye tú, no corras por el pasillo- Diablos, otro maldito día en este maldito lugar

-No seas odiosa presidenta Hinata, mira que tu hermosa boca no debe pronunciar palabras bruscas

- ¿Qué dijiste maldito Kiba, quieres que te lleve a rectoría para que te castiguen por joderme la vida?

-Oye, tranquila preciosa, solo quería entrar rápido a clases

-Si quieres llegar temprano primero debes levantarte temprano, perezoso- joder, como odio la mediocridad

-Okey, okey entendido presidenta - dice esto mientras me guiña el ojo y sonríe

-Espero no volverte a ver en las mismas - doy media vuelta y me dirijo a mi salón

¡Dios!, odio a todos estos ineptos que no acatan las ordenes, ¿acaso son retrasados? Mejor dejo de pensar en banalidades y me doy prisa, no quiero que yo siendo la presidenta me castiguen

Entro al salón de clases y veo a todos mis compañeros con una cara desagradable, no tenía una razón para sonreír, de igual manera no me gustaba este lugar ni su gente

-Hola- me saluda Sakura con una linda sonrisa

-Hola- respondo no con mucha emoción

- ¿Qué tienes, por qué estás tan decaída? - pregunta con una sonrisa irónica

-Nada, solo siento que me voy a volver estúpida al estar rodeada de tanta estupidez

-Nunca escupas hacia arriba, te puede caer en la cara, además tu tampoco eres la gran cosa

Sakura tenía razón, aunque era la presidenta no tenía algo en lo que sobresaliese, sin embargo, era linda, fuerte e inteligente

-Lo sé, pero al menos no soy igual que esta gente

Sakura se ríe un poco y luego se va para su asiento ya que había llegado el profesor

-Chicos, les presento a un alumno nuevo, Naruto Usumaki

Ahí estaba él, parado en frente de nosotros con las mejillas sonrojadas y una sonrisa nerviosa

-Ho...hola, me llamo Naruto. Emm creo que eso lo acaba de decir el profesor - dijo esto último casi susurrando - gus..gusto en conocerlos – y bajo su miraba al suelo

Todos lo mirábamos con cara de "que idiota", o creo que solo yo lo miraba así, da igual

-Cuéntanos Naruto el porqué de tu llegada aquí-dijo finalmente el profesor, como queriendo cortar la tensión

-Emm, mis pa..padres murieron en un accidente, así que el único familiar que tengo está aquí en Tokio - entre más hablaba este chico, más se le quebrantaba la voz, parecía como si se ahogase

¿Acaso quiere que le tengamos lastima? Dije para mis adentros, luego chasqueé la lengua y miré hacia la ventana

- ¿Naruto te sientes bien?,¿Qué te pasa?, ¿Naruto?, ¡Naruto!

En aquel momento solo se escuchó a rubio caer al suelo desmayado

Todos empezaron a alarmarse, unos murmurabas y otros solo se quedaron sorprendidos, en mi caso solo quería reír, sin embargo guarde la compostura aguardando a las órdenes del profesor, que de una manera u otra, ya sabía cuáles eran

- ¿Quién es la delegada a cargo? – pregunto el profesor un poco alarmado

-No vino, respondió una muchacha la cual no sabía su nombre

-si no estoy mal aquí está la presidenta estudiantil, ¿verdad?

Me puse de pie y solo asentí

-Hazte cargo de esta situación, eres fuerte, así que llévalo a enfermería y cuida de él hasta que se recupere

-Si señor – alce al muchacho delicadamente, enrollando sus brazos alrededor de mi cuello y me fui a la enfermería.

Cuando llegamos lo recosté en una camilla y me maldije a mí misma por mi mala suerte, ahora debía hacerme cargo de un mocoso que ni siquiera sabia hablar en público.

Mi única entretención durante esos 40 minutos en los que se encontraba dormido fue mirarlo y observar cada detalle de él. Se veía un poco mayor a mí, y aunque era guapo me parecía inmaduro, era más alto que yo y su cuerpo no estaba nada mal, hice una sonrisa al pensar en semejante barbaridad

-Te ves más linda cuando sonríes – dijo casi murmurando para sí mismo, luego se percató que lo dijo en voz alta – emm disculpa, yo no quise decir eso, lo siento – se sonrojaron mucho sus mejillas

-y tú te veías mejor cuando dormías, en fin, ¿ya podemos irnos?, odio este olor a alcohol – Me levante de la silla y me dirigí a la puerta

-Es..espera – me detuvo sujetando mi falda, casi levantándola

- ¿Quién te crees que eres?, eres un pervertido

-Dis..disculpa – me suelta la falda- yo solo quería darte las gracias, no pensé antes de actuar – y es ahí cuando me doy cuenta de que las palmas de sus manos están heridas

-Oye, muéstrame tus palmas – le digo casi en una orden - ¿Por qué no me habías dicho que estabas herido?

-No dejas de regañarme – dijo en voz baja – además, no quería causarte más problemas

-Ya me has causado los suficientes – saco el botiquín, me arrodillo a un lado de la cama y comienzo a desinfectar sus manos

-No eres tan cruel como pareces, además eres preciosa – otra vez rojo como un tomate

-Ya lo he escuchado antes, y todos los que me lo dicen terminan en mi lista de las personas que más odio

-Sí que eres cruel Hinata chan- en ese instante toma mi rostro y lo hace mirar hacia arriba, acercándolo poco a poco, sus mejillas están a un rojo vivo, pero eso no lo detiene

Detengo mi rostro a centímetros del suyo y esbozo una sonrisa

-Si quieres besarme, hazlo, pero solo atente a las consecuencias bastardo.

Continuará. 


Espero con ansias que les guste, es mi primera historia y quiero darlo todo, agradezco que hayan leído mi historia, Bye

Este capitulo se lo dedico a mi posible editora, que es una gran amiga Kimberly







¿El amor es dulce o agridulce?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora