La excusa más cobarde es culpar al destino.

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Narra Naruto

Ver de nuevo a Hinata después de mucho tiempo es un poco abrumador, además de que acaba de pasar un hecho realmente vergonzoso, o bueno, solo para ella y para Sakura. En el momento en el que todos volteamos a verla, ella estaba súper roja, por un instante chocamos miradas, pero ella me esquivo, tenía ganas de sonreírle, al final yo también volteé la mirada. Al igual que ella, yo estaba rojo como un tomate, verla sonrojada hacia que recordara mis primeros días en el instituto.

De nuevo siento mariposas en el estómago.

Le echaré la culpa al hambre, ya casi es el receso de clases, no quisiera cruzarme de nuevo con Hinata, sé que ella debe pasársela de la mano con tu estúpido novio. Mejor me voy a la terraza, quisiera comer y luego practicar un poco de lo que he aprendido en el Dojo, hay que aprovechar que allá hay un cuartico abandonado.

Narra Hinata

Casi que no se calma mi corazón, después de que Naruto y yo cruzáramos miradas, pude sentir como el después la alejo de mí. A lo mejor pensara que soy estúpida, de pronto hasta se burló de mí, todo por la tonta de Sakura y sus malditas cartas sin sentido.

-Ven Hinata, ¿Qué te parecieron las noticias? – Acababa de terminar las clases, era hora de aguantarme a Sakura decir estupideces de amor y esas cosas.

-No molestes, quiero estar sola – dije en un tono cortante, era mejor que ella no me recordara algo que al fin y al cabo no tenía gracia, en este momento ni Naruto me quiere ni yo puedo alejarme de Kiba. Maldita sea, juro que acabare con él y con su maldita extorsión de mierda.

-Creo que alguien no sabe cómo manejar sus sentimientos – dijo Sakura casi cantando.

-Si tú no te vas, entonces lo hare yo – me levanté de mi puesto con mi almuerzo y me dirigí al pasillo.

- ¿Por qué estás tan molesta? ¿no te gustaron las noticias? – se puso delante de mí, me obstruía el paso.

-Son noticias que no tienen nada que ver conmigo- quise hacerle el quite a la situación.

-Que diosa, y eso que yo te iba a decir que ese rubio aún se muere por ti – dijo con una gran sonrisa- ¡Ups! creo que dije demasiado.

-No digas estupideces, ¿no acabas de ver la cara que me hizo?

-Bueno, si está molesto contigo es por obvias razones, ustedes se gustan mutuamente, pero tú sigues con ese tonto de Kiba mientras Naruto recoge los pedazos de su corazón.

-Definitivamente es un martirio hablar contigo, me voy – la esquive.

-Su amor es tan grande que el mismo destino se va a encargar de unirlos – dijo en voz alta, ya estaba bastante lejos pero aun la podía escuchar.

-No creo mucho en el destino – dije entre dientes.

Por ahora debo buscar un lugar en el que pueda comer tranquila, quiero relajarme y pensar en todo lo que me está pasando. Iré a la azotea de la escuela, allá está prohibido el ingreso, pero yo siendo la presidenta puedo tomarme algunas libertades.

Llegué a la terraza y me senté en el piso, recargada en una pared, abrí mi almuerzo y empecé a comer. Wow, el viento en el rostro y el silencio. Ahora a recopilar información: Según Sakura, la única barrera que nos separa a Naruto y a mi es Kiba, sin embargo, lo primero que debo hacer es quitármelo de encima, si tan solo fuera más fuerte, si pudiese defenderme de su fuerza física. Joder, que difícil la tengo.

De repente algo me saco de mis pensamientos, la pared en donde estaba recargada hace parte de un salón vacío que ya no se utiliza, aquí era donde guardaban los implementos deportivos, pero construyeron un pequeño cuartico al pie de las canchas, lo que dejo a esta terraza prácticamente sin nada y sin nadie, bueno, eso se suponía. Encima de mi cabeza había una pequeña ventanita, y ahí pude escuchar algunos jadeos de cansancio, y la voz de parecía conocida.

¿El amor es dulce o agridulce?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora