¿Y si tentamos nuestra suerte?

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Narra Naruto

Llego el día, si digo que no estoy nervioso estaría mintiendo, solo espero que ahorita las cosas no se pongan densas en el ambiente.

-Sí que eres puntual Naruto – era Hinata, primero llegaba yo y luego ella, nos dábamos un espacio de 5 minutos, y así no levantaríamos muchas sospechas.

-Es solo como habíamos acordado, será mejor no dejar rastro.

-Bueno, comamos rápido – ella se sentó cerca de mí, su cabello olía delicioso. Destapo su envase y empezó a comer.

- ¿Qué miras? – dijo mientras se sorprendía al ver como la miraba de reojo.

-Nada, mera curiosidad, olvídalo – aparté mi vista de ella y me enfoqué en mi almuerzo. Mis movimientos eran de un desinterés total.

Solo había silencio entre nosotros, ninguno de nosotros hacia mucho ruido al comer, no había tema de conversación, solo un ambiente denso. Lo que menos deseaba.

-Iré a cambiarme – era ella que me sacaba de mis pensamientos- dame 5 minutos.

-Okey- dije con desgané, sé que está en mi mente, pero para mí todo lo que decía parecía como si me estuviera provocando. Parecía un lunático.

...

Cuando entre al salón, ella estaba con una ropa deportiva bastante ajustada. - Esto está entre el cielo y el infierno- Dije en mis pensamientos.

-Que linda ropa – dije un poco sonrojado, no quería demostrar "hambre" frente a ella.

-Gracias, también es linda la tuya- yo había aprovechado que ella se estaba cambiando, para yo cambiarme también, no había traído lo que siempre traigo, hoy estaba estrenando algo más "decente".

...

-Sí, comencemos – ambos nos pusimos en actitud de entrenar, calentamos nuestros músculos y comenzamos con movimientos básicos.

A lo largo de unas semanas hicimos entrenamiento de la misma rutina, le enseñaba cosas básicas de cómo defenderse. Poco a poco nos acostumbramos a la presencia del otro. Lo que más note de ella a lo largo de las semanas fue estaba ganando confianza. Todo marchaba genial, ella sonreía y de vez en cuando hacíamos chistes... éramos como amigos.

Ahora que me doy cuenta, no sé nada de ella, siempre pensé que era fuerte y que su actitud era un poco altiva, con este suceso he estado conociéndola, el cómo se sonroja cada vez que le haces un cumplido, como sonríe cada vez que le dices un chiste sin gracia alguna, el cómo se esfuerza para quitarse una carga de encima, en fin, muchas cosas me han hecho entender que ella es una mujer fuerte, alguien que odia estar amarrada a alguien... definitivamente esta chica es mi tipo.

Por si fuera poco, creo que me volví a enamorar de ella, pero este deseo es diferente, es como si quisiera protegerla de todo, el decirle que ya no debe preocuparse de nada, susurrarle que yo la protegeré de cualquier peligro. Pero eso es algo que no puedo dejarle saber, no en un momento como este, en el que está confiando en mí.

-Bien, atácame – dije al ver que ya se había aprendido los movimientos que le enseñé.

-Si te ataco seguro te mando a la enfermería- me sonrió de lado, ahora tiene mucha confianza.

-Lo que tú digas presidenta – reímos un poco – a la cuanta de tres

1...2...3

Ella se abalanzó a mí con toda la fuerza que tenía, yo la esquivaba, sin embargo, al dar la vuelta para volverme a atacar se enredó y cuando estaba a punto de caer, reaccioné rápido y agarré su mano, pero ella al contrario me atrajo hacia ella y al final ambos terminamos en el piso.

- ¿No crees que es un poco injusto que engañes a tu oponente de esa manera? – dije colocando una mano al pie de la cabeza de ella, ambos quedamos frente a frente, pero con una distancia suficiente como para que disimulara el calor de nuestra respiración.

-En la guerra todo se vale, ¿no es así? – me sonrió, con esa sonrisa que me vuelve loco.

Qué situación tan peligrosa, yo estaba encima de ella, Hinata estaba sonriendo y yo como un estúpido viéndola.

Creo que ya aguanté demasiado, ¿y si me permito una travesura?

Ambos nos quedamos en silencio por un rato, mi cara estaba caliente, a lo mejor era porque en mi mente y en mi corazón había un lío, no sabía si respetar su toxica relación con Kiba, o permitirme el tentar con mi suerte.

- ¿Por qué lo dudas tanto...Naruto? - ella también esta roja, al parecer no era yo el único que quería dejarse llevar por la tentación

-Hinata, disculpa, aun no puedo verte como una amiga, de hecho, creo que me he enamorado de ti.

Ella se quedó sorprendida, trate de esperar una respuesta, pero ninguna llego a mis oídos.

Lo único que hice fue olvidar todas mis preocupaciones y enfocarme en esos labios carnosos que estaban delante de mí, me imagine a mi como alguien quien solo quería acortar ese camino hasta la tentación, miré a sus ojos como si fueran los faroles que guiaban mi vida, me sentía como un buque perdido que solo quería llegar a su destino, poco a poco me fui acercando, poco a poco esos perlados faroles se iban cerrando, también estaba esperando por mi venida, sin embargo ninguno de los dos sentía el miedo de perderse, ya que ahora estábamos unidos por nuestros labios.

Si... este beso era discreto, era tierno, algo así como nuestro primer beso, nada brusco, nada violento, era lento y prometedor. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Hinata y yo hemos estado tentando nuestra suerte, pero como todo lo bueno, tiene que acabar.

Din dom

-mmm... mm... espera Naruto- Dijo Hinata con la respiración entrecortada, me despegue de ella, estaba sonrojado, el corazón me latía a mil.

-Lo siento, creo que me deje llevar- me levante de prisa y cogí mi uniforme, estaba apenado, sin embargo, Hinata no se veía para nada arrepentida.

-No fuiste el único que se dejó llevar, además yo también llevo algo de culpa – se la lleva toda, ella me tentó hasta el infinito.

-Si...mmm...creo que me voy – no quería huir, pero algo me estaba taladrando el corazón, el haberme confesado, haberle robado un beso y no recibir respuesta por parte de ella me sofocaba, hacía que mi alma se revolviera.

- ¿Mañana vas a venir a entrenar conmigo?... ¿o quieres que ya dejemos esto? – al parecer ni se inmuta por lo que acaba de pasar, esa mujer solo se preocupa por ella.

-No voy a faltar a mi promesa, - me dirigí a la puerta y me dirigí al salón primero que ella. Cuando salí, me pareció que quería decir algo, sin embargo no dijo nada, ¿Por qué se demora tanto en confesar sus sentimientos? ¿será que si siente algo por mí? ¿ese beso fue solo uno de sus juegos absurdos? ¿Por qué soy tan idiota al martirizarme con estas preguntas?

Narra Hinata

¿Por qué dudas tanto? - en qué carajos estaba pensando yo cuando le dije eso a Naruto.

Joder, nada que se calma mi corazón, pensé que se iba a salir de mi pecho, por otra parte, ese beso que Naruto me dio, no se compara a ninguno de los que Kiba me ha dado, es como si en ese momento hasta las últimas células de mi cuerpo se encendieron.

¿Por qué debo ser tan débil?, ¿Por qué no le dije nada a Naruto? Estaba a punto de confesarle lo que siento por él, pero me parece incorrecto de mi parte hacer eso, aún estoy con Kiba y hasta que no esté separada de él, no voy a decirle nada a Naruto, pero es difícil, se notó que ahorita le dolió que no le hubiera dado una respuesta concreta.

Perdóname Naruto, espérame un poco más, solo necesito liberarme de Kiba primero, y seguro después podremos repetir ese dulce beso que nos dimos hoy.

-Mi determinación creció aún más - dije con una sonrisa mientras que bajaba a mi salón.

Continuará...

Mil gracias por leer, votar y comentar. Ame hacer este capítulo. 

Adieu <3

¿El amor es dulce o agridulce?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora