¡Seamos como el amor, totalmente irracionales!

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Narra Kiba

Ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hable con Hinata, cada vez que voy a su salón a buscarla no la encuentro y cuando le pregunto a su amiga Sakura, ella siempre me saca excusas totalmente idiotas como "no sé, creo que está en la cafetería", "hoy la llamo un profesor, dijo que volvía después del receso" "ella se fue temprano hoy". Era lógico que me estaba evitando, yo quería dejar que le durara un poco el berrinche y que después ella solita volviera a mí, pero no lo hizo. Todo me parecía una serie de mentiras que, aunque me las creí en el principio, hoy no va a ser el día. Quiero que me regale besitos y mejor si es a las malas, así es más delicioso.

-Ey Sakura, ¿Hinata tampoco está aquí hoy? - me miró como con preocupación y esquivo mi mirada.

-No lo sé, cuando entre al salón ella ya no estaba - sakura sabía algo, se le notaba en sus gestos y en sus palabras.

-Ya veo, gracias - Antes, me la pasaba buscando alrededor del colegio, pero siempre se me iba el tiempo buscándola y jamás la encontraba, solo me falta un lugar en el que quería buscar, dudo mucho que ella esté ahí, ya que ella no suele saltarse las reglas. Nada pierdo con ir a buscar a la azotea, joder, sé que va a ser una pérdida de tiempo.

Narra Hinata

No sé hasta cuando todo esto saldrá bien, le conté a Sakura sobre el entrenamiento con Naruto, le dije que si alguien me preguntaba entonces que le inventara una excusa. Pero no creo que durante estas semanas se sigan creyendo el cuento, basta ser muy imbécil para creerlo tantas veces.

-Llegaste más temprano de lo normal- dijo Naruto con una sonrisa, también venía con prisa.

-Tenía ganas de verte -... espera, eso sonó muy comprometedor - debemos acabar con mi entrenamiento rápido - dije para remediar, casi balbuceando, estaba muerta de la pena.

-Ya veo - hizo una mueca, parecía una sonrisa mal hecha- entonces comencemos, podemos comer entre clases - ambos dejamos de lado nuestros almuerzos y nos colocamos la ropa para entrenar.

Juntos dábamos golpes, yo esquivaba y trataba de defenderme, él hacía lo mismo. Tratábamos de no chocar nuestras miradas, nos hacíamos los idiotas. La tensión en el ambiente no era muy suave que digamos, ambos sabíamos que ayer nos besamos y que ese beso no fue para nada algo de lo que arrepentirse.

-Uff, descansemos, estoy agotada - dije dirigiéndome a mi mochila, quería tomar agua.

-Te cansas rápido presidenta - el me siguió y ambos quedamos muy cerca, al parecer él quería que le regalara agua.

-Lo que tú digas "robot" - me reí de mi propio chiste, era algo demasiado estúpido, pero aun así me pareció divertido, tan solo quería hacer más relajado nuestro encuentro.

-Te ves hermosa cuando sonríes - luego de eso tomo mi botella y tomo un sorbo largo de agua, de mi agua, eso se puede considerar como un beso indirecto ¿no?

No sabía que decir, cuando él me elogia mi corazón late a mil, cada palabra que él decía de mi podía llevarme al cielo o al infierno.

Así que solo me quede viéndolo con cara de idiota, mi cuerpo se movió solo y de la nada lo bese, fue tan repentino que ni siquiera había podido pasar el agua que tenía en la boca, al parecer se alarmo y empezó a toser, cuando se calmó, volvió su mirada a mí, se notaba que estaba feliz, a lo mejor estaba a punto de hacer un chiste o decir algo fuera de lugar. Pero cambio la expresión de su rostro al ver a alguien atrás de mí. Ante mi curiosidad yo también voltee y era kiba, la persona que menos quería que se apareciera.

-ASÍ QUE TE HAS CONVERTIDO EN UNA ZORRA, bueno, eso ya lo sabía-bajó su tono de voz - PERO NO SABÍA QUE ESTUVIERAS DE PUTA ESTAS SEMANAS, ¿ASÍ QUE AHORA ESTÁS CON ÉL? - hizo una pausa- ¡¿ESTÁS CON ÉL AUN ESTANDO CONMIGO?!

¿El amor es dulce o agridulce?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora