¿El amor es dulce o agridulce?

El día está como está el corazón

Narra Hinata

Siento en mi pecho un poco de dolor, es algo como un hoyo en el corazón, pero más que preocuparme por lo que me está pasando por dentro, debería preocuparme de lo que está en frente mío.

- ¿Es por eso que estas triste? - dijo Kiba realmente enojado - ¿Es porque Naruto y Sakura están juntos?

-Claro que no, y ya deja de mencionarlos – cada vez que lo decía era como una cachetada para mi.

- Mira tu cara, se nota la preocupación en tu mirada, en tus palabras y en tus acciones – dijo como con una mirada de asco.

-Ya deja de hablar así, yo solo quería estar contigo – dije  para apaciguar la situación.

-NO ME JODAS, viniste aquí para que te consolara, hoy viste a Naruto y a Sakura cogidos de la mano, ¿crees que no note que estuviste todo el tiempo pendiente de ellos?

-Eso no es cierto, ¿Qué pasa contigo? – no quería ser mala con él, pero en este momento era en el que menos podía permitirme pelear con Kiba.

-Pasa que en realidad me gustas muchísimo, que me duele cada pequeña cosa que haces – me dio una mirada un poco triste – y odio cuando no lo aprecias.

Aunque Kiba siempre decía cosas lindas, se sentía como si esta vez fuera diferente, no le quise decir nada después de esa confesión, el hecho es que no sé qué siento por él, tal vez solo amistad o puede que me guste un poco, pero aunque odio las comparaciones, Naruto le lleva ventaja en todo a Kiba, bueno, menos en la popularidad.

- ¿No me vas a decir nada? – el silencio lo estaba matando – no me vas a decir que también te gusto, me qué quieres ¿verdad?

Dios, no sé qué responderle, es mi error por llegar a su apartamento con una carita triste y con los sentimientos a flor de piel, la verdad es que quisiera devolver el tiempo y arreglar el hecho de darle el "sí" a este muchacho. La única que terminó mal en el juego que yo misma invente... fui yo, que idiota.

-No sé qué responder, no tengo claros mis sentimientos.

De la nada, Kiba se abalanzó sobre mí, por suerte estábamos en el sofá, el me empezó a levantar la camisa y a tomarme en suaves caricias, caricias que cada vez se iban tornando más bruscas.

-Yo te haré entender qué es lo que sientes por mí – esta escena me estaba retumbando en la cabeza, era casi igual a lo que había pasado pocos días antes.

-Déjame, no... no quiero, suéltame – se escuchaban nuestras respiraciones entrecortadas, el no dejaba de tocarme, de besarme.

-Tus acciones dicen lo contrario preciosa

-Aléjate de mí... Naruto – estaba hablando entre jadeos, mis pensamientos se transformaban en palabras automáticamente, cuando había dicho "Naruto" supe que todo en lo que pensaba era él. Kiba por su parte solo se levantó y dio un puño a la pared, estaba muerto de la rabia

-Yo...yo lo siento Kiba, tal parece que, sí me gusta ese idiota de Naruto, creo que es mejor dejar las cosas así – el ambiente estaba tan pesado como el plomo, antes de que reaccionara más mal de lo que ya estaba, cogí mi bolso y me apresure a salir de su apartamento. Pero sus palabras me detuvieron

-Ahí vas como una zorra a moverle la cola al estúpido ese ¿cierto?, ¿crees que después de todo lo que me costó estar contigo voy a soltarte así nada más? – cada vez se acercaba más – lamento decirte esto, pero yo tengo un As bajo la manga, o ¿quieres que te lo diga mejor tu primo Neji?

Neji, una vez escuche que tuvo una pelea con un chico de la escuela, aquel chico que casi lo mata y que lo dejó en el hospital por meses, no puedo creer que ese bastardo haya sido Kiba.