Bad Girl [SIN EDITAR]

Capítulo 17.

KAIDAN POV

La alamar del celular sonó indicando un nuevo día, sentí un peso en mi torso bajo la mirada y lo único que veo es una melena castaña oscura.

No sé qué debería sentir en este momento, es la segunda vez que duermo con ella, pero esta vez es ella la que me despierta con su brazo alrededor de mi cintura.

– Despierta.

– Shh... Duermo –Dijo con voz ronca.

Cálmate amigo, Cálmate es solo una chica.

Una canción sonó avisando una llamada, no era mi celular, mire y era el de Claire, ¿Contesto o no? Mire y era su hermano.

– ¿Aló? –escuche al otro lado de la línea.

– Hola.

– ¿Kaidan?

– El mismo.

– Lo voy a matar, maldito hijo de... –sentí que me quitaron el celular.

– Calmado Diego –le escuche decir a la castaña.

Siguieron hablando, algunas veces gritos y así, Claire se colocó a mirar mi habitación, bajo la mirada al cuerpo de ella y vio una camisa blanca que le quedaba grande, me miró con los ojos bien abierto y juro que pude ver fuego en ellos, estoy muerto.

– Adiós Diego, hoy no voy al instituto.

Colgó y me miró.

– Eh... Yo... –me rasque la nuca.

– Gracias.

¿Gracias? Yo pensé que me iba a pelear.0

– ¿Por qué?

– Por ayudarme a salir de la cárcel –bajo la mirada– pero ¡Maldito hijo de puta me viste desnuda!

– Pero no es algo del otro mundo.

– Me dejaría de un gay, pero eres un heterosexual ¡Te gustan las mujeres! Así que no estoy segura si me manoseo mientras dormía.

Pero que cambio de humor.

– Tranquila, te entiendo, debes estar en tus días.

– ¡Acaso esa es la excusa de todos!

Se levantó y comenzó a caminar por todos lados.

– Claire...

– No he terminado de hablar, de seguro tuvimos sexo y ahora voy a terminar embarazada además –agrego– siendo madre soltera.

– Sí tuviera un hijo no lo dejaría –y es la verdad, pero eso no importa ahora– Claire...

– ¿Que paso?

– Eh...

– ¡Diga! –le señale el camisón, miró y se le salieron los ojos.

Bien, tampoco tan exagerado.

– ¡Voltéate! –me señaló y le hice caso– tápate los ojos.

– Ya jefa ¿algo más? –dije y juro que escuche una risa.

– Necesito ropa y ya sabes...

– ¿Toallas?

– Sí –me voltee y la mire.

– ¡Qué no mires!

Saque del armario una camisa y pantalón, me coloque la ropa junto con unos converse y salí, llegue al auto y conduje hasta una droguería.