Prometidos.

...MALETAS...

Adam se había levantado más tarde que de costumbre ese día, y aunque seguía con sueño al llegar a la sala pudo darse cuenta de que habían dos maletas allí. Se quedo mirándolas con expresión perdida, pues no podía suponer el motivo.

_Hijo, vaya que te has levantado tarde – era su padre que salía del comedor y con una seña le invitaba a sentarse.

_Papá ¿de quién son las maletas?

_son tuyas. Veras, ya es tiempo de que dejes esta casa, para partir a lo que será tu nuevo hogar.

_ ¡¿Qué?! – no sabía luego de sentarse si pararse o seguir cayendo en la silla - ¡¿Es que ya no me quieren como su hijo?!

_Adam, cariño esto estaba decidido desde hace mucho tiempo – dijo la madre, luego agrego una sonrisa algo dudosa- tú sabes que te queremos.

_ Sí hijo, se decidió desde antes de que tú nacieras.

_ ¿Desde antes de mi nacimiento?

_ Un día me llamaron al trabajo diciendo que tu madre se había desmallado en plena calle. Yo estaba a punto de entrar a una importante reunión, pero decidí ir y estar al lado de tu madre.

_ Allí en el hospital dijeron que estaba embarazada, ambos nos alegramos muchísimo.

_ Pero al día siguiente al presentarme al trabajo mi jefe estaba furioso por mi ausencia en la reunión, y casi pierdo el empleo de no ser por ti, hijo.

_ ¿por mi? No entiendo.

_si, mi jefe se entero de lo del embarazo y su esposa acababa de dar a luz. Por lo que acordamos un matrimonio entre ambos niños.

_Eran tiempos muy duros, gracias a ese trato pudimos salir adelante y...

_ ¡Esperen un momento! ¡¿Matrimonio?!

_Jugaban mucho juntos cuando eras pequeño. Quizás si lo charlan puedas anularlo.

_Quiere decir que... ¿conozco a mi prometida?

_Hijo, sobre eso...- se hizo una pausa y luego de que entre los padres se miraran, el continuo – Veras, en ese momento no sabíamos que serias un niño y nos dejamos guiar por el árbol genealógico de tu madre... y... no sé cómo explicarlo.

_Es-estas intentando decir... ¡¿Qué yo soy la chica en esta historia?! ¡Me niego! ¡Quiero anular el trato!

_ Adam, lamentablemente no es tu decisión. Solo Claus, el hijo del señor Jefferson, puede.

_pero-pero el ya sabe de esto ¿verdad?

_ Sí, ya lo pusieron al tanto.

_ Entonces ya debió negarse al enterarse de que soy un chico.

_ Al parecer le dio igual- dijo la madre que vio la expresión cambiar en su hijo- dice que está bien en cuanto pueda vivir apartado de sus padres.

Adam volvió a poner una expresión perdida pensando en el porqué se quería alejar Claus de sus padres.

_Pero yo tengo 16 ¿porque las maletas ahora?

_ Claus y tú pasaran un tiempo de prueba conviviendo juntos, en el caso de que no congenien. Aun así dependerá de Claus si sigue el trato.

_mamá, si yo me reusara despedirían a papá ¿no es así? ...¡De acuerdo! Intentare convencer a aquel chico Claus- Adam dijo esto último dudando de sí mismo.

Luego de terminar la explicación su madre le dijo una frase que le dejo pensando "quiero que seas siempre sincero con Claus" al decirlo le paso la dirección de lo que sería, al parecer de ellos, su nuevo hogar.

Al volver a la sala Adam noto que las maletas ya tenían todas sus cosas, lo que lo hizo darse cuenta que sus padres desde un inicio sabían cuál sería su decisión.