...NOMBRE...

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Adam seguía en aquel árbol, no sabía si bajar y de algún modo temía moverse mucho, pues cambiaria la temperatura que aun alojaba su mejilla. Luego de un rato escucho la voz de Claus.

_Adam, puedes bajar.

No hubo respuesta, por lo que Claus volvió a subir.

_Adam, disculpa si te incomode, pero...

_No es eso – lo vio y volvió en sí - ¿Por qué te has sentado en la rama contraria?

_Yo... pensé que estarías más cómodo así.

_Yo he sido sincero contigo, pero tú me dejas inquieto... no sé qué titulo darle a lo que me pasa cuando te veo, se me acelera el corazón y cuando... ¡¿Qué haces?!

_Me preparo para saltar a donde estas. – Claus salta esta vez de forma que queda de pie sobre la rama, se acomoda pero termina sentado en la dirección opuesta a Adam. – No ha salido como esperaba.

_ Claus.

_ ¿Sí?

_ Quiero que voltees y mirarte un momento ¿puede ser?

_Claro.

Ambos se miraron directamente a los ojos, esto duro segundos antes de que Claus volviese a hablar, pero para ambos el tiempo paso más lento.

_Adam, yo tengo el nombre, por lo menos de lo que yo siento.

_y... ¿Cuál sería?

_ "Amor"... no creo que sea un cariño que se le otorga a un familiar o un amigo, pero no me malinterpretes, no quisiera que se vuelva algo que nos aleje de lo emocional.

_ Ya veo – Adam comenzaba a sonrojarse, pues no sabía que mas decir y no quería quedar en silencio – Creo que le daré el mismo nombre.

Claus le extendió su mano, a lo que Adam contesto entrelazando sus dedos.

_ ¡Qué pena! – Dijo Adam quien estaba rojo y parecía que iba a llorar.

_ ¿lloraras? ¿Es broma no?

_ ¡Perdón! – Dijo lloriqueando.

_ ¡Descuida! – Claus se abalanzó sobre Adam y lo abrazo, lo que hizo que casi perdieran que equilibrio. Su tono había cambiado parecía el tono de un niño.

_Se-será m-mejor bajar de este árbol ahora. Podría ser peligroso. – a pesar de lo que decía, no parecía querer moverse a no ser para corresponder más tiempo el abrazo de Claus.

_ Tienes razón. –Claus se soltó lento de Adam y comenzó a bajar luego. - ¿Qué pasa? – Dijo mirando a Adam que estaba aferrado a la rama.

_Olvide como hice para subir ¡Tengo miedo!

Claus contuvo la risa y regreso para ayudar a Adam. Al bajar, ambos decidieron que era tiempo de irse de aquella reunión de la que ni siquiera tuvieron oportunidad de participar.

Adam quiso sujetar la mano de Claus, pero no quería mencionarlo y él tampoco se dio cuenta, y así llegaron al departamento. Con emoción y calma, ambas combinadas en cada uno pero de modos distintos.

Prometidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora