Capitulo 11.

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  —Yo iré. —Josh también tenía el entusiasmo de Dannielle. Después todos dijeron «Yo» con sonrisas estampadas en sus rostros. ¡¿Por qué las ganas de ir a un lugar sin baños bien construidos?!

— ¿Qué hay de ti, Emma? —Miré a Ryan. El cual estaba comiendo un sándwich.

—Supongo que me obligarán a ir... —Hice un mohín.

— ¿No quieres? —Sacudí mi cabeza.

— ¡Oh, vamos! No estará tan mal. Creo que hasta será divertido. —Josh intentó animarme.

—Si tú lo dices...

—Deja tu pesimismo a un lado. —Me regañó Kim.

—Bueno... —Me moví incómoda en mi asiento. Le di un sorbo a mi lata de refresco.

[...]

Al entrar a mi casa, lo primero que hice fue arrojar mi mochila a un costado del sillón y fui a la cocina para comerme un sándwich de queso y tomate. Hice mis tareas de inmediato, mientras tenía una taza con helado de pistacho.

Estaba boca abajo encima del colchón, me apoyaba de los codos, mis piernas se movían adelante y atrás, haciendo que mis pies golpearan la pared con suavidad. Pasaba canales al azar, buscando algo que captara mi atención. Había varios trozos de galletas en el suelo.

El sonido de unos pasos en las escaleras hizo que me sobresaltara un poco. Me relajé cuando vi que sólo eran mis padres que llegaron temprano hoy. Fui a saludarlos, contenta de tenerlos en casa.

— ¿Qué tal su día? —pregunté.

—Realmente agotador. —Papá suspiró. En sus ojos se notaba el cansancio, mucho más que a mi madre.

—Richard... —dijo mamá.

— ¿Qué?

—Olvidaste entregarle esto a Erin. —Cogió una carpeta con varios papeles.

— ¿Tan importante es? —Richard rogó. Mi madre asintió, tan decepcionada como él.

—Si quieres, yo puedo ir a entregárselo. —Me ofrecí.

— ¿De verdad? —Ambos preguntaron ilusionados.

—Sí, sólo tengo que ir a su casa y listo. —Me encogí de hombros.

—Gracias, cariño. —Mamá besó mi frente.

Bajé las escaleras luego de apagar el televisor. Me coloqué mi chaqueta, tomé mis llaves y el celular y salí de casa. El viento golpeó mi rostro, lo cual me hizo aferrarme más a la chaqueta que tenía puesta.

Después de haber caminado un buen rato, llegué a la casa de Erin. Toqué la puerta. Atendieron en seguida. Una mujer, un poco baja, de cabello oscuro y ojos grises atendió. Al igual que Justin, era de tez pálida y apariencia extraña. No lucía tan atemorizante como él. Supuse que era su madre.

—Hola, ¿se le ofrece algo? —Su suave voz capturó mis oídos. Asentí. — ¿Gustas pasar?

—He traído una carpeta con ciertos papeles importantes. —Erin me miró con confusión. —Soy la hija de Richard Sanders —expliqué.

—Oh... Gracias. —Le entregué el objeto.

—Mamá, ¿quién tocaba? —Justin se detuvo cuando me vio— ¿Emma?

—Vaya, al menos uno de los dos al final sí pudo seguir con su vida... —Erin se cruzó de brazos, mirando a otro lado.

—Estoy igual o peor que tú —dijo entre dientes.

Not An Ordinary Boy. -Justin Bieber-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora